Niños que no juegan

Domingo 25 de agosto de 2013
“En el país se entregaron 2.500.0000 de netbooks a alumnos de escuelas públicas de la Argentina... por eso no vas a creer  lo que te vamos a pedir... te vamos a pedir que la apagues... un rato y salí...”. El último aviso de Conectar Igualdad disparó el informe que hoy presenta El Territorio.
Este medio consultó a especialistas sobre las razones en el cambio del mensaje y las consecuencias que hay con el abuso de las tecnologías en los hogares.
Los médicos, docentes y profesores de Educación Física consultados por este medio se mostraron felices con el cambio de mensaje. El director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación, Sebastián Laspiur, afirmó: “Esa publicidad apunta directo a uno de los graves problemas sanitarios de los jóvenes de la actualidad, que llevan una vida sedentaria ayudados por la tecnología que les permite hacer casi todo lo que les gusta moviendo solo los dedos sobre teclados o monitores”.
Es que detrás de las pantallas y los juegos virtuales se ocultan preocupantes enfermedades silenciosas: el sobrepreso y la obesidad.
No se trata de demonizar las nuevas tecnologías, sino adaptarse a los cambios, al nuevo mundo en el que vivimos y a establecer los límites en los que los niños se desarrolla.
“Hay que equilibrar los mensajes y dialogar. No creo que los chicos sean tontos, sino que hay que dialogar con el chico y ver nuevas formas de que tengan la posibilidad de experimentar ambas experiencias”, comentó Omar Silva, quien es docente de la carrera de comunicación Social (ver página 10).
“No pasa por la prohibición, esos son nuestros modos actuales, pero sí tiene que haber una mediación de los padres, de los maestros y de los comunicadores para orientar a ese niño y seleccionar qué tipo de juegos poder jugar. No pasa por apagar la computadora, pero sí una política de equilibrio, que el niño experimente ese espacio virtual -porque es su mundo, es su era y lo va a ser de cualquier manera- pero también, desde nuestra experiencia de adultos, posibilitarles jugar en espacios como las plazas públicas, el barrio, en los ámbitos rurales, ejercitar la memoria del juego”, agregó el docente.
 Y ese nuevo mundo que plantea Silva se vio reflejado hace unos días a la hora de elegir el regalo del Día del Niño.
Según comerciantes posadeños consultados por este medio, se vendieron más juegos tecnólogicos que los tradicionales.
Así, la Play Station, netbooks y celulares superaron en ventas a las bicicletas o las pelotas de fútbol en Posadas.

Los motivos
“Niño, deja ya de joder con la pelota”, canta desde hace algunos años Joan Manuel Serrat cuando interpreta Esos Locos Bajitos. Pero hoy esa canción ya no refleja la realidad, o al menos una parte de ella.
Los profesores de Educación Física y los entrenadores deportivos son un buen termómetro a la hora de medir las consecuencias que acarrea el uso de las nuevas tecnologías y su incidencia en el aumento del sedentarismo. “Se ven chicos más gorditos por la falta de actividad física”, dispararon (ver páginas 6 y 7).
Los profesores resaltaron que no hay espacios para el desarrollo de los juegos tradicionales: “Ya no se puede jugar en la calle”
Los lectores más viejos seguramente recordarán que antes había que retar a los chicos para que dejen de jugar a la pelota,  o ir a buscarlos para que dejen de tirar al aro en la cancha de básquet o que se bajen de la bicicleta. Los tiempos cambiaron y los juegos también. Ahora las madres deben pedir que los chicos se desconecten de las computadoras o los profesores que apaguen los celulares.
Tanto cambió que antes eran pocos los que se llevaban Educación Física y hoy cada vez más adolescentes van a rendir esa materia.
En la escuela preocupa la situación: “Tratamos de salvar lo lúdico. Los chicos pasan muchas horas en la computadora o en un videojuego o con el celular, y eso tratamos de que no pase acá”, afirmó Alicia Toldo, directora de la Escuela Nº 1 Félix de Azara (ver páginas 8).
Según datos del Programa de Sanidad Escolar (Prosane), que permanentemente realiza controles de talla y peso en alumnos de escuelas primarias de la provincia, donde más creció el sobrepreso fue en niños que están en quinto y sexto grado.
“Nosotros lo relacionamos a la mala alimentación, la poca actividad física y las horas que los chicos pasan encerrados jugando en la computadora”, explicó Rosa del Carmen Piragine, directora de Atención Primaria de la Salud y coordinadora del Prosane en Misiones (ver página 12).
“Ahora los niños y jóvenes de divierten más con la tecnología y esto trae aparejados altos índices de sedentarismo y también una serie de trastornos emocionales, porque no es igual comunicarse por el chat que hablar cara a cara” señaló Laspiur (ver página 11).

El problema en casa
La escuela es la caja de resonancia de lo que pasa en las casas y aquí van otros interrogantes: ¿cuánto tiempo dedican los padres a jugar con sus hijos? Pese a las obligaciones, ¿se hacen tiempo para jugar con ellos? ¿Quiere la respuesta? Vaya hoy amigo lector a cualquier plaza de la provincia y vea cuántos niños están jugando los tradicionales juegos como el fútbol, básquet o simplemente andando en bicicleta y de ellos cuántos están acompañados por sus padres.
El Territorio salió a la calle y consultó a padres sobre el tiempo que le dedican a jugar con sus hijos y que actividad hacen con ellos.
La mayoría contestó que solamente le dedica un día a la semana para jugar o de noche algunas horas cuando vuelven de trabajar. Otros respondieron que llevan a sus hijos a fútbol, taekwondo o a básquet para que hagan actividad física.
Seguramente muchos padres  que están leyendo este informe se defenderán diciendo que “hoy no hay tiempo”, “tengo que trabajar” o “estoy cansado”.
No tenemos respuesta mágicas de cómo tiene que ser la relación padre e hijos, pero el basquetbolista Emanuel Ginóbili en una entrevista que dio esta semana al diario La Nación, habló de cómo es la relación con sus hijos y cómo cambió su vida luego de la llegada de sus hijos, que tranquilamente puede servir de respuesta a los ocupados padres de hoy.
“Los chicos no saben lo que hace el papá, ni por qué puede estar contento o triste. Es una inocencia distinta que te nivela... Se nota en el auto, a la ida o a la vuelta. Antes cuando no había chicos la ida era silencio sepulcral o escuchando mi música, poco diálogo. Termina el partido. Si se ganó, normal, gentil, simpático. Si perdía, no decía palabra. Bufaba. Mi mujer lo recuerda bastante seguido. Hoy, termina el partido y estoy haciendo un masaje y ya empiezo a escuchar las voces de los dos enanos en los pasillos, vienen corriendo con el pijamita y ya está. No te puede durar el enojo. Emocionalmente me nivelaron”.
En ese sentido la psicóloga Roxana Aranchuk resaltó la importancia de la relación familia-niños-juegos y su importancia en la construcción de la identidad y desarrollo mental: “Las redes sociales les permiten mayor sociabilidad frente a la computadora, pero si no hay buena comunicación directa cara a cara, eso dificulta mucho el desarrollo mental del niño y no fomenta la capacidad de jugar o de fortalecer los vínculos para crear”, confesó la profesional (Ver página 9).

Niños e internet
Según datos difundidos en junio por Unicef, en Argentina hay 5 millones de hogares con servicios de banda ancha y 12 millones de argentinos utilizan redes sociales. Además hay 38 millones de celulares activos (25 por ciento son smartphones o celulares de alta gama).
Respecto a los chicos, el 67 por ciento de los chicos y chicas de entre 8 y 10 se conecta a internet todos o casi todos los días. El juego y la conexión con sus amigos y amigas son entonces sus actividades principales.
El 43 por ciento de los niños y niñas de 8 a 10 años reconoce que navega solo, porcentaje que asciende al 80 por ciento entre adolescentes.
Según el documento de Unicef el 50 por ciento de los niños y niñas de 9 años posee su propio celular. El 64 por ciento de los niños y niñas entre 8 y 10 años dice tener siempre el celular encendido para poder comunicarse con sus amigos.
El 62 por ciento de los niños y niñas  de 5 a 12 años está expuesto da una pantalla (TV o computadora) más de 2 horas diarias.
Para los niños y niñas de 8 a 10 años Youtube y Facebook son las páginas de preferencia para jugar.
El 50 por ciento de los adolescentes manifiesta haber conocido al menos a una persona a través de las redes sociales.
El 43 por ciento de los adolescentes pasa entre 1 y 2 horas conectado a internet por semana.
Definitivamente el mundo cambió y los mayores siempre son los responsables de la crianza de los menores. Así que lea el informe de hoy, reflexione y, si le parece bien, salga a jugar con su hijo.


Los números
67
por ciento de los niños y niñas de 8 a 10 años se conecta a internet todos o casi todos los días.
43
de los niños y niñas de 8 a 10 años reconoce que navega solo, porcentaje que asciende al 80% entre adolescentes
62
por ciento de los niños y niñas de 5 a 12 años está expuesto a una pantalla (TV o computadora) más de 2 horas diarias.
4
Por ciento de los niños y niñas de quinto y sexto  grado de las escuelas relevadas por el Prosane en Misiones presentaron problemas de sobrepeso y de nutrición.
43
por ciento de los adolescentes pasa entre 1 y 2 horas conectados a internet por semana.
50
por ciento de los niños y niñas de 9 años posee su propio celular.
64
por ciento de los niños y niñas entre 8 y 10 años dice tener siempre el celular encendido para poder comunicarse con sus amigos.
de 14 a 18
puntos pasó la obesidad entre 2005 y 2009, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. El sedentarismo saltó del 47 por ciento al 53 por ciento, según la cartera sanitaria.


“Frutas y verduras con mala prensa”
El director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud de la Nación, Sebastián Laspiur, se refirió a la influencia de las publicidades en los gustos alimentarios de la población en general y de los niños en particular. Según Laspiur, “si nos ponemos a analizar las publicidades que vemos a diario, la mayoría corresponden a productos que no son esenciales en la pirámide alimentaria. Se promociona más el chocolate o las gaseosas que las frutas o verduras, que casi no tienen prensa”.
Y puso como ejemplo “el caso de las bebidas azucaradas y gaseosas que tienen una relación estrecha con la obesidad infantil, porque son calorías que no se registran. Muchos chicos cada vez que sienten sed las toman como si fuese agua y esto es muy perjudicial para la salud. Antes la gaseosa era un consumo de fin de semana, ahora  eso cambió y además hay diferentes envases, algunos de hasta tres litros”.
A partir de esa realidad, según Laspiur “urge una regulación sobre la venta de alimentos y golosinas en las escuelas sabiendo que hay algunos productos que son más adictivos que otros”.

Por Pablo Lizarraga
Twitter@pablolizar


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