Cada uno aporta su cuadrito de tela

Domingo 31 de agosto de 2014
"Tu cuadrito abriga". | El proyecto se modificó a partir de la observación de una iniciativa similar en el Hospital Garrahan. | Foto: Graciela González
"Tu cuadrito abriga" es la campaña solidaria que inició en marzo pasado Gloria Filizzola junto a vecinos y el grupo de jóvenes de la iglesia católica, y diariamente se suman más voluntarios. La campaña consiste en recolectar o confeccionar cuadritos tejidos a crochet, tejido de dos agujas, telar u otros métodos, para confeccionar colchas y abrigar a los más necesitados.
Gloria vive en el barrio Belgrano, tiene 55 años, es  mamá de tres hijos y abuela de dos niños. Oriunda de Garuhapé Mí, lleva 36 años de residencia en Montecarlo y desde hace 23 es portera del Instituto Carlos Culmey. Además, es animadora del grupo de catequesis del barrio.
“Soy misionera de alma, pero muchas veces me limita mi trabajo, soy catequista de confirmación en el barrio, en la congregación católica Sagrada Familia. Me gusta trabajar con los jóvenes, sobre todo porque los adultos los criticamos y no nos damos cuenta de que ellos tienen un potencial que podemos explotar, ellos tienen el empuje que los mayores ya no tenemos. Por eso trabajo con ellos, y así surgió esto con el grupo de jóvenes del centro. 'Tu cuadrito abriga' era un sueño que teníamos desde hace mucho y con Rodrigo Silva, el otro animador, dijimos ‘¿si nos lanzamos?’. Fuimos a los medios y así empezamos a involucrar  a los vecinos, a las mamás de los niños”, contó Gloria.
Además, relató: “Se sumaron las abuelas, tías. Nos donaron lanas también, un día llego a casa y me encuentro con una caja enorme y no sé quien la donó, y así otra gente que vino a traernos la mano de obra”.
En principio, los colaboradores se juntaban a tejer en la capilla, pero después decidieron continuar la tarea en sus casas mientras ven televisión o cocinan. “Empezamos a juntar los cuadritos, ya armamos nueve colchas, en mi lugar de trabajo me dejan los cuadritos, hay gente que teje y trae a mi casa, otros buscan los hilos para tejer y así se va sumando gente”, detalló.
En principio el objetivo era entregar las colchas a los más necesitados, pero se pensó que las colchas, además de abrigar, transmitan protección: “Siempre hay familias necesitadas, pero Rodrigo me contó que pasaron mucho tiempo en el Garrahan (de Buenos Aires) y ahí vio que cubrían a los niños con esas mantas multicolores. Las enfermeras le comentaron que las mantas se hicieron con amor, con tantas manos, y por eso cubrían a los niños trasplantados, oncológicos. Eso me removilizó. Sabemos de gente que teje  mientras cuida enfermos y teje en oración”.
Cada colcha demanda 60 cuadritos de 20 por 20 centímetros.
“Esperamos que esto se contagie, se puede, para nosotros fue mucho tiempo un sueño, queremos ver qué va a ser cuando las entreguemos, pediremos permiso para contar las historias de la gente que las recibe y esperemos que se contagien otras comunidades; no cuesta tanto”, finalizó Gloria.

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