Un año señalado por la recesión, la inflación y la caída del salario

Domingo 28 de diciembre de 2014
El director de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, dialogó con El Territorio sobre lo que se espera en materia económica para el 2015. Según su punto de vista, “será un tiempo con más de lo mismo, porque el Gobierno intentará terminar su mandato con las banderas del redistribucionismo y el populismo en alto”.
El economista anticipó que “seguirá habiendo anuncios de prebendas, subsidios y planes que seguramente no se ejecutarán en un contexto de recesión, alta inflación y caída del salario real por segundo año consecutivo”.
Según Etchebarne, “el Gobierno tratará de patear los vencimientos hacia adelante, acumulando problemas. Entregará el país a la siguiente administración con una deuda cercana a los 300.000 millones de dólares, un gasto público insostenible del 47 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), un fuerte déficit fiscal cercano al cinco por ciento, un déficit energético sumado a una fuerte contracción de las reservas gasíferas y petroleras; con gran cantidad de juicios pendientes por las tropelías cometidas durante más de diez años de tarifas que no cubren los costos de los servicios, y un tipo de cambio muy atrasado”.
Consultado sobre cuál es su pronóstico para la inflación del año 2015, Etchebarne explicó que “en los últimos meses del 2014 la inflación se ubicó en un 30 por ciento anual, pero posiblemente vuelva a estar en niveles del 40% el año próximo, porque el Gobierno intentará endeudarse para evitar esterilizar la mitad de la emisión monetaria, pero es poco probable que logre ese cometido”.  
Con respecto al valor del dólar para el nuevo año, Etchebarne dijo que “el Gobierno intenta moderar la inflación con el tipo de cambio retrasado, pero al ritmo actual se retrasa un 1,5% por mes, y esa es una situación muy difícil de sostener, porque la contracara es la recesión y la acumulación de inflación reprimida”. En ese sentido, advirtió que “el tipo de cambio oficial irá acercándose paulatinamente a un ritmo algo menor que el de la inflación y puede terminar en los 11 pesos, en tanto que el dólar libre o blue dependerá de las expectativas que genere el presidente electo y podrá rondar los 18 pesos”.
Seguidamente, aclaró que “esos valores podrían mantenerse siempre que no se desate una corrida bancaria o cambiaria, que es un riesgo que sigue latente en la economía argentina”.

Un diagnóstico equivocado
Agustín Etchebarne está convencido de que la principal causa de los problemas que atraviesa la economía argentina “es la mala lectura de situación que viene haciendo este Gobierno en los últimos once años”. Explicó que por eso, “el país viene sufriendo las consecuencias de una serie de políticas desacertadas que privilegiaron el consumo por encima de la inversión, el sector público en vez del sector privado y la redistribución del ingreso antes que las medidas de impulso a la producción”.
Según Etchebarne, “la suma de esas decisiones políticas erradas provocaron la inevitable caída de la productividad, que hoy es una realidad en todas las economías regionales y que impactaron en el salario real de los trabajadores, que sumado a la incontrolada inflación, se convirtieron en el peor enemigo del bienestar de la mayoría de los trabajadores argentinos”.
Luego, el especialista en desarrollo económico destacó que “el retraso cambiario seguirá impactando negativamente en las economías regionales que dependen de la exportación”, y agregó que “si a eso le sumamos los altísimos impuestos y la recesión, se puede avizorar un panorama poco alentador para el año 2015”.


Margen de esperanza con los holdouts El economista Agustín Etchebarne, consultado sobre qué panorama se espera para el conflicto que enfrentó el gobierno argentino con los holdouts, los tenedores de bonos de deuda argentina que no ingresaron al plan de reestructuración de pagos y que se conocen comúnmente como fondos buitre, dijo que “es probable que el Gobierno dilate las negociaciones con estos fondos que finalmente deberán acordar con el futuro Gobierno”.
Pero seguidamente aclaró que “lo positivo es que la mayoría de esos fondos anunciaron que están dispuestos a aceptar algún tipo de quita y que el Gobierno argentino pretende sentarlos a todos en una misma mesa para ver si se puede acordar algún tipo de salida al conflicto”.
Según Etchebarne, “esa situación abre un margen de esperanza sobre la posibilidad de que se logren acercar las partes y se cierre un acuerdo que facilitaría la tarea al próximo Gobierno. Pero esa posibilidad se perdería si las negociaciones se dilatan hasta más allá de los meses de marzo o abril, porque en ese caso los tenedores de bonos empezarán a concentrarse en las declaraciones de los candidatos presidenciales con mayor probabilidad de ganar las elecciones y ya abandonarán la idea de negociar con el Gobierno saliente”.


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