Se gana la vida mejorando la numeración de la ciudad

Domingo 28 de abril de 2013
La sublimación. | En este proceso se logra imprimir el diseño a la cerámica. | Foto: Natalia Guerrero
Fuera de las cuatro avenidas la ciudad capital adolece de la falta de algo importante para no perderse o algo más simple como poder llegar a destino sin tener que estar preguntando a todos los que se cruzan en el camino, como si se viviera en el campo. Las numeraciones de muchísimas de las casas de Posadas no están señalizadas y en varios casos persisten las dobles numeraciones, aunque en muchas de ellas se dividen hasta en tres casas con una misma identificación numérica. Un verdadero enredo y peor si tampoco están señalizadas las calles con sus nombres asignados.
En este problema urbano hay un actor que si continúa por el buen camino quizás hasta logre no sólo inundar de sus obras la ciudad, sino algo mucho mejor, educar a los posadeños a saber en dónde viven y saber informar en dónde viven.
César Daniel Garayo, de 32 años, se decidió como muchos de los de su edad a enfrentarse solo en el mundo actual y no depender de la suerte o del fracaso de los demás. “Hace 5 años que vivo de esto”, dijo sin dudar. Y lo que hace es fabricar placas de numeración y recordatorias estampadas en cerámicas.
Como no son muchos, o quizás sea el único en hacer esta tarea, Bochi, como lo llaman su familia y sus mejores amigos, se está ganando cada vez más espacios en la ciudad y empieza ahora a ser más reconocido que cuando se largó en esta aventura de sobrevivir sin estar ligado a una empresa o algún o una pymes.
El hombre se recorre los barrios posadeños a pie y ofrece sus placas personalizadas a pagar recién cuando él mismo las coloca y además en cómodas cuotas. Así, de esa forma, su libro de clientes y direcciones es cada vez más voluminoso.
“Estoy solo ahora, pero había empezado con otras personas... y sí, con el tiempo empezaron los problemas y me abrí... estoy mejor, en mi propia casa y con mis propios horarios. Esto me da de comer y puedo cumplir con mi hijo Lorenzo y la madre de mi hijo”, comenta Bochi, que sufre, se divierte y aprende, con su heredero de apenas 2 años.
Y así como empezó con compañía y no le fue bien, recuerda también cómo empezó a personalizar sus primeras placas. “Al comienzo hacía los dibujos y las tramas con escarbadientes. Tardaba horas, muchas madrugadas consumidas y con dolores en las manos. Ahora, con la máquina serigráfica y la computadora, puedo hacer 10 a 20 copias en 30 minutos...”.
El diseño ahora se lo perfecciona en la computadora y una vez logrado y aceptado, se pasa la información a la impresora a color, en donde en un papel especial sale impresa la imagen seleccionada.
Luego, ese papel especial, es llevado a la máquina para cumplir con el proceso de sublimación en donde se conjugan el diseño y la cerámica elegida, de acuerdo al tamaño y al trabajo pretendido por el cliente que se sintió atraído por esta técnica.
“Es una cerámica especial, las compro en cantidad, justo ahora me estoy quedando sin stock, pero básicamente no son muchos los gastos que me genera esto”, admitió Bochi, que también cuenta con varios factores amigables en este emprendimiento que tiene toda la posibilidad de seguir ganando espacios.
Esos factores amigables son, nada menos, que la máquina serigráfica no produce calor, es inolora y no deja rastros algunos en el pequeño espacio dentro de su vivienda del barrio Villa Urquiza. Y naturalmente tampoco hace ruido.
En otras provincias, algo similar a lo que ofrece Bochi, son las  placas en material aluminio personalizadas con el nombre de la calle y el escudo de la ciudad o municipio, si es lo que se desea.
Las placas constan de un color de fondo más un color de personalización, o un color de fondo más la personalización a todo color.
Es decir, no tienen la mágica posibilidad de incluir paisajes con todos los colores que sí los puede hacer el creativo posadeño.

Personalizar todo
Está de moda personalizar. Sean autos, motos, bicicletas, zapatillas, plaquetas... Bochi explica que las placas de numeración pueden llevar incluso fondos de paisajes o fotos de personas. También están las placas recordatorias, para colocar en las tumbas de los seres queridos.
“Pasa lo mismo que con las de numeración. Se puede hacer muchas cosas en la cerámica con este procedimiento. Y son más baratas que las placas de bronce o metal”, se explica.
De acuerdo a lo detallado por el emprendedor, pueden costar entre los 70 a los 120 pesos. Y se reitera eso de que pueden pagarse en cuotas de acuerdo a la posibilidad de cada cliente.

“Sigo descubriendo”
César Daniel Garayo lo dice sin vueltas. “Sigo viendo, sigo descubriendo cosas. Se pueden hacer muchas cosas y creo que todavía no estoy explotando el espacio de las redes sociales, por ahora sigo con mi trabajo de recorrer la ciudad caminando y en eso también me dí cuenta que a la gente hay que ofrecerles el producto y ser directo a la hora del precio y las facilidades... porque la gente pone mala cara cuando la saludás y le decís que estás ofreciendo algo...”.
El proyecto de Bochi pudo despegar y multiplicar las cantidades de placas en menor tiempo, gracias a la presentación del proyecto en el Ministerio de Desarrollo de la Nación.
“Resultó y con esa ayuda compré lo necesario para dejar de lado, por ejemplo, los escarbadientes”. dijo y en eso, realmente, pegó un verdadero salto como las numeraciones de las avenidas del Sur de la ciudad.

:: Notas relacionadas
Inventarse el propio trabajo
Ser emprendedor para expresar todo el potencial laboral
Con sello original
Buscan tener su propia firma
En Oberá, con maderitas cambió su rumbo laboral y comercial
“Hoy la gente busca productos hechos por emprendedores”