Con sello original

Domingo 28 de abril de 2013
El desafío es tener una idea y animarse a desarrollarla, coinciden en la fórmula los emprendedores que hicieron de un pasatiempo un trabajo rentable con el sello de la originalidad.
Hay una generación que se arriesga a dar forma a proyectos creativos y a capacitarse para lograr competitividad. Promueven el autoempleo y el aprovechamiento de los tiempos propios, y hasta generan posibilidades de trabajo genuino para otros.
“No hay que tener un montón de dinero para invertir, la gente suele creer que hay que tener mucha plata para empezar a trabajar, pero no es así, sólo hay que plantearse metas e ir cumpliéndolas, también sirve juntarse con gente que piensa parecido y entonces las posibilidades se potencian y además se arma una movida interesante que te empuja para adelante”, expone Pedro Insfrán que, con Natalia Brouchy, desde el 2009 tienen la marca de muñecos IXS.
“Lo importante es creer en lo que uno hace, si uno siente que es un poco creativo, que tiene ganas de hacer cosas, hay que dar el primer paso y te vas a encontrar con mil cosas que no sabés, con un montón de cosas por resolver, pero para todo se encuentra una solución, y siempre hay alguien que te puede ayudar”, consideró Carolina Villasanti, diseñadora y recicladora de muebles.
En proceso de expansión, estos autores de marcas misioneras, cuentan la experiencia de ponerse al frente del negocio propio y revelan algunas claves útiles para poner andar un emprendimiento.
Aclaran que no hay recetas, hay pasión y voluntad de superarse. Hay también, algunas herramientas que ayudan al desarrollo del emprendimiento, como las redes sociales que ofrecen la posibilidad de la promoción ilimitada.

Decoración para todos
“Qué buena onda poder inspirar a otros a hacer algo que les haga sentir bien, yo no me las sé todas, pero la verdad es que yo digo que hay que animarse, Posadas es difícil pero cada vez hay más lugar para la gente que muestra su trabajo, y cuantos más seamos los artesanos, más se van a promover espacios para exhibir los productos y más grande se va a hacer el circuito”, relató Carolina.
Es la dueña de Cuquitos, un taller de intervención de muebles, que ya es reconocido por su estilo que mezcla grafitis, colages e indaga en la cultura y la moda de décadas pasadas.
“En el emprendimiento estamos mi novio y yo, y lo empezamos cuando nos mudamos juntos. Como toda casa nueva, empezamos con todo lo que nos regalaban parientes y amigos; entonces teníamos sillas viejas, una mesa de una tía, unas tacitas horribles. Ahí, nos pusimos manos a la obra, compramos lija y pintura y fuimos creando los muebles que queríamos para nuestra casa”.
Carolina indicó que igual que les pasó a ellos, sus muebles apuntan ahora a resolver la ambientación de departamentos de los que se deciden a ir a vivir solos por primera vez. Y con un presupuesto austero.
“La idea es que la gente pueda resolver sus mobiliarios con pocos pesos, y que además eso tiene el valor agregado de que son piezas únicas, personalizadas. Y que se recuperan cosas que estaban en desuso en las familias y que tienen una carga afectiva, eso me reconforta mucho poder recuperar”, expresó, la joven que se recibió en una escuela técnica y estudió arquitectura y diseño de interiores.
“No completé una carrera universitaria, pero todo me sirvió para poder recuperar los muebles, de la secundaria aprendí a manejar las herramientas, sacar cálculos, masillar, es decir no tengo miedo a las herramientas y lo demás fui buscando información, preguntando, investigando, todo se puede aprender”.
Desde la elaboración y venta de sus primeras sillas personalísimas, Carolina hoy pasó a trabajar en la ambientación de casas particulares y de negocios.  Algunas de sus piezas pueden verse en un bar de la costanera de Posadas.
“Todo sirve para que la gente hoy vea un mueble y diga ¡ah! esto es de Cuquitos, y eso es lo que más esperamos lograr, poder imprimir una onda que sea la nuestra, es difícil definir un estilo, hacemos como un cambalache con grafiti, con colage y trabajamos con una inspiración por ejemplo en la música, en el cine, en lo retro, en la utilización de fotos antiguas”.
Carolina relató que algunas personas la buscan para plantearle un diseño más romático. “A veces vienen con unas rosas y quieren un decoupage, yo les tengo que decir que no hacemos ese trabajo, que hay gente que trabaja muy bien esas técnicas. La idea es mostrar algo diferente, algo que todavía no haya, eso hace que el emprendimiento se mantenga y tenga sentido”.
Y definió, “lo que hacemos es diseño popular, para gente común, para casas sencillas y comunes,  es mostrar que cualquier persona puede decorar su casa, darle un aire personal y no hace falta tener miles de pesos para gastar”.
Por último, alentó a quien esté dudando, a iniciar un negocio.
“Yo le digo a la gente que se anime, a veces cuesta dejar un sueldo seguro, la rutina, pero esto es un trabajo como cualquier otro, te lleva tiempo, y hay que remarla para llegar a fin de mes, pero haciendo lo que más te gusta”.

Para chicos y grandes
IXS, la línea de confección de muñecos y remeras infantiles de Pedro y Natalia, tiene inspiración en su hija Gala, y formó parte del grupo artístico Nolup.
Pedró relató que el origen de la pequeña empresa familiar, fue su hija.
“No encontrábamos juguetes o ropa que nos gustara, y entonces hicimos unas remeras y unos muñecos de los personajes que a ella le gustaban, ahora es ella la que diseña también. Y también la gente adulta nos pide remeras con sus personajes preferidos. Así que la marca que nació para chicos, es ahora para chicos y grandes”.
Indicaron que internet da la oportunidad de que personas de otros lugares conozcan su trabajo.
“Nuestras bocas de venta son las ferias, los amigos, y también nos ayuda mucho internet, tenemos pedidos de otra provincia, y eso nos habla de que hay una movida grande de ferias y de feriantes que se potencia por las redes”.
Pedro señaló que un condicionante para las marcas nuevas con impronta artesanal es la capacidad de sostener los niveles de producción.
“Por ejemplo, para vender en jugueterías necesitás mantener un ritmo de producción que no tenemos, todavía no terminamos de despegar”.
Sin embargo, señaló como positivo que “ya la gente nos conoce, por medio de amigos y de la presencia en las ferias, ya sabe de nuestro trabajo y por ahora nuestro espacio son las ferias. Y en eso hay que decir que se avanzó muchísimo, hay muchas ferias, hay un circuito, los eventos culturales incluyen música, artes plástica, diseño, todo esto enriquece mucho, pero falta todavía”.
Natalia se dedica a la confección de los muñecos.
“Nuestro objetivo suele ser llegar para una feria, entonces una semana antes tenés que dedicarle todo el tiempo, nuestros precios son muy accesibles, queremos que todos puedan tener un ejemplar de su dibujo preferido, y todo el tiempo estamos probando moldes hasta que queda el definitivo”, precisó sobre la tarea de diseño y armado.
Pedro es diseñador y agregó que una parte importante del producto es la presentación. “Hicimos una serie de paquetes que tenían un diseño muy copado, constaba de pliegos y no se pegaba, eso le da un atractivo al producto y posiciona la marca”.
Indicó que aún una empresa artesanal, puede ser una fuente generadora de trabajo, y desde una perspectiva horizontal:
“Nosotros queremos intensificar la producción de remeras, tenemos la idea de juntarnos con otros emprendedores para comprar la tela, abaratar costos, y después encargar los cortes, la estampa, esto quiere decir que se hace un circuito interesante, los emprendimientos tienen mucho potencial y tienen una perspectiva solidaria”.


Escuela de emprendedores
Una de las actitudes que se promueve en la formación de los estudiantes secundarios es el perfil de emprendedores. Las escuelas técnicas tienen una impronta en el desarrollo de las competencias de autogestión para encarar el mundo del trabajo y de los estudios superiores.
El director de la Epet 1, Eduardo Montiveros, en conversación con El Territorio resaltó el rol de la escuela en la formación de jóvenes capaces de identificar problemas en su medio, y de dar respuestas superadoras y creativas.
“La formación de los técnicos desarrolla el entrenamiento racional y creativo. Un técnico tiene las competencias para administrar una empresa, interpretar proyectos, detectar nichos de mercado. Además, en lo actitudinal nunca deja de intentar, porque en su formación de transformar la materia con las manos, debe probar hasta encontrar la ecuación apropiada. Es de resaltar que en la provincia, las escuelas, el Estado se interesen por formar jóvenes con el potencial para dar respuesta a las demandas del desarrollo del presente y a futuro”.


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