Con su proyecto, Rulo Sánchez alumbró el centro de Wanda

Domingo 30 de octubre de 2016
Beck ayudó a Rulo con su proyecto. | Foto: Julian Vera
Roberto Beck fue dos veces interventor municipal y en dos períodos intendente de Wanda. Su conocimiento no sólo se limita a la administración comunal, sino que además conoció de cerca cómo fue aquella histórica construcción de la pequeña represa o microturbina instalada en Wanda, aprovechando el curso de agua del arroyo Tupicuá, a unos quince kilómetros del casco urbano en propiedad de Raúl “Rulo” Sánchez.
Beck lo recuerda como un apreciado empresario que contaba con un establecimiento yerbatero y que fue un “muy activo y visionario” empresario. Indicó que en el inicio de la década de 1960 se encontró con un serio problema, que era la falta de energía eléctrica para poner en marcha su secadero de yerba.
Según Beck, cuando se le ocurrió construir la represa pequeña, imaginaba que podría generar suficiente energía para su empresa y con la posibilidad de extender el servicio a la localidad.
Fue así que Sánchez terminó hablando de su proyecto con Beck, quien por ese entonces era interventor municipal y uno de los pioneros de la comunidad.
Beck, además es un conocido dirigente de la Cooperativa Agrícola Wanda por muchos años y con sus 87 años, sigue manejando los destinos del Centro de Jubilados y Pensionado de esta comunidad.

El relato
“Don Sánchez, cuando venía por acá, siempre hablaba de hacer una represa, porque él había visto una que estaba en la propiedad de Juan Zichowski en Apóstoles y andaba muy bien y daba mucha luz. Entonces se animó y decidió construir la represa, yo lo ayudé dándole las máquinas de la Municipalidad, lo poco que teníamos en esa época”, recordó.
“Fuimos haciendo el dique, no me acuerdo bien cómo era toda la operatoria. Como era privada, él hacía como quería, yo lo ayudaba en lo que se podía. Después, cuando estaba todo echo y comenzamos con las pruebas, surgieron los primeros problemas”, recordó Beck.
“Una vez que arrancamos, las máquinas andaban muy bien”, acotó. Más adelante le aconsejaron adquirir un generador antiguo o una excitatriz (generador de corriente, que produce la intensidad de corriente necesaria para alimentar la excitación en el rotor de un alternador).
Lo concreto es que, en ese momento, con esta iniciativa Rulo Sánchez abastecía de luz a su establecimiento y extendió las líneas hasta el pequeño pueblo de Wanda, distante del aserradero unos quince kilómetros.
Más adelante, Sánchez compró un generador con una excitatriz y fue haciendo las correcciones. “En definitiva, don Sánchez fue muy efectivo en sus cálculos, después se rectificó todo lo que estaba mal echo y las cosas andaba muy bien, pero lamentablemente vinieron problemas que fueron bastantes graves en la familia que nunca conocí a fondo”.

Abandonado

Recordó que también surgieron otros inconvenientes con la represa, porque el lugar fue utilizado por los vecinos como pasatiempo en el verano “porque se podía nadar en el lugar. Los fines de semana se llenaba de gente, se paseaban en lanchas y se fue abandonando el uso (de la pequeña represa) con la llegada de la luz de la Provincia. Hoy es muy visitado por cazadores, pero está muy abandonado”. Y añadió que finalmente la propiedad fue vendida.


Opinión
Ricardo Barrios Arrechea
Gobernador cué (ex mandatario provincial 1983-1987)

Pequeños y medianos aprovechamientos hidroeléctricos Misiones tiene un gasto de más de 500 millones de pesos anuales en quemar petróleo para generar parte de la energía que demanda la provincia. Paralelamente debemos saber que el cálculo potencial de energía disponible de los muchos y buenos arroyos que tiene Misiones alcanza a la nada despreciable cifra de más de 500 megavatios, que sólo son aprovechados por Urugua-í y antiguas pequeñas represas hidroeléctricas en Nº de 11, construidas en la década del 80 en arroyos de la provincia, que lamentablemente por razones de política partidista fueron abandonadas hacen ya varias décadas.
Estas pequeñas turbinas eran construidas enteramente en la Facultad de Ingeniería Electromecánica de Oberá por el ingeniero Eric Barney y colaboradores y montadas en lugares alejados donde resultaba más gravoso el tendido de cables para abastecer a población o escuelas muy dispersas. La financiación la proveía el Estado nacional.
Hoy, después de décadas, el Gobierno provincial retoma la idea de construir pequeñas o medianas seguramente en el futuro represas hidroeléctricas. No contaminan, no usan combustible que cuesta dinero y emite carbono a la atmósfera, tienen un mínimo mantenimiento y generan una industria local con enorme potencial. 
Cuando era gobernador visité en Austria una empresa fabricante de turbinas pequeñas, medianas y grandes. Seguramente los austríacos comenzaron primero haciendo las pequeñas y aprendiendo, como no hubo gobiernos que las discontinúen siguieron progresando y aprendiendo hasta que llegó el momento de exportarlas a todo el mundo. Para andar mil quilómetros-dijo Mao- hay que dar el primer paso…
Esas pequeñas turbinas de Barney -hoy que acosa el cambio climático- tendrían demanda de muchos países, serían actualmente de tamaño mucho mayor y la provincia tendría una pata metalúrgica, más el valor agregado que más pesa en el mundo moderno: el conocimiento.
Como nunca es tarde para las buenas acciones, este Gobierno arranca nuevamente sujetando el agua de nuestros arroyos para que nos den energía gratis -que no daña el medioambiente- y devuelvan apacibles el agua al Paraná y Uruguay. De ahí a las turbinas de biomasa hay un paso.
Es de esperar que los próximos gobiernos continúen el mismo camino que ya tiene un enorme presente. 


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