Cuando el periodismo se juega

Domingo 5 de noviembre de 2006
Una apuesta por la democracia. | Dentro de 20 años nadie va a decir que El Territorio no se jugó en contra del proyecto despótico de un gobernador del que ni siquiera se van a acordar.
E l Territorio tiene el código genético de la imprenta La Lucha, donde nació hace 82 años. Durante este tiempo lideró la provincialización del territorio nacional, impulsó el movimiento cooperativo y promovió la Universidad Nacional de Misiones. Ha peleado mil batallas en esta tierra de pioneros retobados donde se juntan y procrean las razas que en el resto del mundo se matan a patadas.
Si un diario no sirve para construir su comunidad y para defender las instituciones, no sirve para nada. Lo tiene claro El Territorio  parece un organismo vivo  y lo tenemos claro quienes llenamos sus páginas todos los días en medio de las penurias por las que pasa hoy la industria en gran parte de la Argentina profunda. Por eso no nos importó que el estado provincial retirara toda la publicidad cuando nos opusimos al proyecto despótico del gobernador: no vendemos complicidad por publicidad. Quería avasallar la justicia después de “arreglar” a los tres diputados que necesitaba para la mayoría absoluta en la Legislatura, y lo hizo a pesar de nuestras advertencias de mediados de mayo. Entonces el gobierno apretó a empresas del grupo propietario de El Territorio hasta ahogarlas.
Recién después vino lo de la re-re indefinida. La noticia agarró a Misiones embobada con el mundial de fútbol y con toda la oposición desarticulada por la transversalidad (la sopa boba del funcionariado): había que armar todo el arco político y social que se opusiera al Supremo. El Territorio se jugó, convencido de que no podía hacerse el sonso y mirar para otro lado. Cuando están en juego las instituciones y la democracia, no hay medias tintas ni tibieza que valga, aunque los fantasmas te susurren que es una locura. Cualquier MBA lo hubiera dicho con energía impostada: “hay que amigarse con el gobernador”. “El hombre está enojado” nos apuntó un ministro, y siguió “a ustedes les quedan quince días de vida”. Las encuestadoras de López, Haime, Rouvier y Bacman se llenaban la boca con impericias manifiestas o mentiras descaradas. Detrás de ellos, periodistas de impermeable abrían el paraguas con sus cifras de pacotilla: son los mismos que cuentan sin inmutarse cómo pasan cadáveres de inocentes.
Rovira derrochó en la campaña todo el dinero del pueblo en el clientelismo y la compra de votos, pero también dilapidó el dinero del pueblo pagando publicidad en diarios acólitos y radios sumisas. El canal 12 se saturó de propaganda del gobernador: no apareció ni un aviso de Piña y el FUD a quienes querían cobrarle a precio de oro el minuto. Igual que con el clientelismo, al gobierno no le sirvió para nada la credibilidad cero de sus chupamedias.
La historia termina bien porque las causas justas siempre se ganan, pero mucho mejor es ganarlas en serio. Dentro de 20 años nadie va a decir que El Territorio no se jugó en contra del proyecto despótico de un gobernador del que ni siquiera se van a acordar. Alguien lo estará leyendo debajo de una estatua de Joaquín Piña con el arcángel San Miguel chuzando al diablo.

Por Gonzalo Peltzer
Director de El Territorio



Notas relacionadas
»»
Rovira no logró ver su reelección indefinida
»» Cuando el periodismo se juega
»» “Piña nos dejó una gran lección a todos los políticos"
»» “Defendimos la democracia”
»» Cuando toda la oposición se une, le gana al oficialismo
»» “Misiones puede ser un caso testigo en el país”
»» DNI. Preocupación de la Embajada de EE.UU.
»» El FUD denunció persecución
»» Lozina acusó  a la policía de perseguirlo
»» Pidieron la interpelación de Gauto
»» Auto oficial choca con boletas del SÍ
»» Estalla el escándalo de los DNI
»» Esconderlo a cualquier costo
»» “Misiones defendió su integridad”
»» “Nosotros lo vamos a decidir más adelante, creo que hay posibilidades”
»» De la mano de Brignole a Rovira
»» Risko y la disputa por su doble cargo
»» Hace más de un mes no sesionan
»» Prohibido entrar, pero no a todos
»» Misiones y su lucha contra los molinos de viento