En la zona Sur, un 30% de los tabacaleros dejó la actividad

Domingo 26 de abril de 2015
Los Pellizer. | La producción de tabaco, iniciada 1974, cayó 40% este año. | Foto: Horacio Ortiz
Alrededor del 30 por ciento de los productores tabacaleros abandonaron esa actividad en esta zona en los últimos años debido a las fluctuaciones de precios, los problemas climáticos y otras condiciones que atentaron directamente con el rendimiento en sus chacras. La cifra surge del diálogo con varios productores de esta parte de la provincia que coincidieron en esta apreciación, añadiendo que muchos mudaron su actividad a la ganadería, forestación y producción de verduras.
Pese a esa cifra, aún hay muchos colonos que siguen en la producción, la mayoría de ellos motivados por poder acceder a la obra social que les ofrecen los gremios y la posibilidad de contar con el dinero apenas entregan sus productos, hecho que no sucede con otras producciones primarias tradicionales como el té, la yerba y la caña de azúcar.

Tabacaleros de la década del 70
La familia de Eduardo Pellizer (42) comenzó la plantación de tabaco en 1974 de la mano de su padre, y la heredó luego a él en la zona conocida como Pozo Feio, paraje al que se accede entrando unos 7 kilómetros del kilómetro 25 de la ruta provincial 4, dentro del municipio de Dos Arroyos, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Alem.
Este año “mermó casi un 40% lo que esperábamos cosechar”, dijo Pellizer en diálogo con El Territorio a instantes de entregar su producto a la acopiadora de Nobleza Piccardo.
Planta desde hace varias décadas junto a su familia para dicha firma y recordó que en épocas de su padre, “el tabaco valía mucho más; con la misma cantidad se podían comprar muchas mas cosas”.
Para este período 2014-2015, el productor y su familia sembraron 3,5 hectáreas, de las cuales esperaban una producción de 6.000 kilos de tabaco, aunque solamente lograron 4.000, dejando afuera varias expectativas de poder generar otras inversiones en su chacra.
En ese sentido, reconoció: “Hace ya varios años que venimos diversificando, haciendo de a poco ganadería y forestación, pero es un proceso lento”, aunque a la larga, cuando comience a funcionar bien, la perspectiva familiar apunta a abandonar el tabaco que todavía les significa un buen ingreso de dinero fresco. “Es porque lo trabajamos en familia con mi esposa Karina y por ahí la ayuda de los hijos”, en referencia a Johana, de 15 años, y Marcos, de 8, que según destacó tienen los mejores promedios en sus escuelas, pese a colaborar con sus padres en tareas menores dentro de la chacra.
Como experiencia, Pellizer contó que plantaba caña, "pero es una producción que necesita mucha mano de obra y después el flete que hay que pagar al contado, y cuando la llevábamos al ingenio nunca nos pagaban”, dijo.
Eso produjo que desestimara esa alternativa y con la guía de su padre comenzó a adquirir algunas cabezas de ganado que año a año van aumentando, y a plantar pinos que le permiten poseer una rentabilidad a futuro, concluyó.

Horacio Ortiz
nestor_horacio_ortiz@yahoo.com.ar
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