La lucha olímpica, un camino a la inclusión

Domingo 30 de noviembre de 2014
Las oportunidades también se presentan a la vuelta de la esquina. Desde el 2012, Adrián y Fabiana recorren la ciudad de Posadas llevando la lucha olímpica a barrios humildes.
Arriba de un trailer esta dupla de profesores ha sido el cable a tierra para muchos y hasta la salvación para otros. Es que Adrián y Fabiana no sólo utilizan al deporte olímpico para llevar esparcimiento, sino que también se dedican a captar futuras joyas, generando oportunidades únicas. Se trata del “Proyecto de Desarrollo, Difusión y Formación de Nuevos Talentos” impulsado por la Asociación Misionera de Lucha Olímpica.
“Todo nació hace tres años, cuando se incorpora la lucha olímpica dentro del programa de los Juegos Evita. Esto nos empujó a buscar talentos y, con la ayuda de Nación, recibimos un juego de colchonetas para trasladarnos a los barrios”, inició Adrián Báez el diálogo con El Territorio.
“Una vez instalados, los chicos que jugaban al fútbol, por ejemplo, se acercaban y recibían nuestras invitaciones para la práctica, siempre explicando el reglamento básico y entregando folletos que especificaban el lugar donde entrenábamos. Así, los padres interesados se acercaban y todo fue creciendo”, agregó.
Con el correr de los días el éxito fue mutando casi de manera inmediata hasta convertirse en una fiel opción para desprenderse de los malos hábitos.
“En 2012 le presentamos el proyecto a Samuel López, director del Hogar de Día, y nos llevó 20 chicos de la calle, algunos con problemas severos de drogadicción. El resultado fue que la mayoría viajó a Mar del Plata para formar parte de los Juegos Evita ese año; ya competitivamente rescatamos a Alejandro (16), que sigue entrenando, y a Jonathan (17). Ellos dejaron de consumir gracias al deporte”, recalcó Adrián.
Hay otros inconvenientes con los que lidiar; uno de los más recurrentes es la mala alimentación.
“Nos encontramos con que los chicos muestran interés y hasta les apasiona lo que hacen, pero tienen deficiencia alimentaria. Entonces, mediante el Ministerio de Salud, conseguimos suplementos (leche, azúcar, polivitamínicos y hierro). Nosotros estimamos que si los entrenamos mal alimentados, no solamente no vamos a conseguir resultados, sino que provocamos un daño en el metabolismo al joven”, indicó Báez.
“Tenemos permanente contacto con los chicos a los que les proporcionamos esta alimentación. Si ellos la dejan, nosotros los captamos y tratamos de persuadirlos para traerlos de nuevo; es un trabajo de contención importante”, agregó.

Espacio físico y métodos
Actualmente Adrián y Fabiana Vidal entrenan a 45 chicos en el Salón Comunitario del barrio Santa Lucía. “Acá viene gente del barrio Itaembé Miní, por ejemplo. Y si hay problemas de movilidad, nos comunicamos con los padres para que los acerquen, siempre con un certificado en el que autorizan a sus hijos a practicar la actividad”, remarcó Adrián.
En cuanto a los inicios, señaló que “al principio enseño lucha lúdica, así entablan amistades y se integran con los demás. Después se trabaja en lo competitivo, con el tiempo. La verdadera lucha se inicia a los 16 años y depende de la Secretaría de Deportes si los toma o no. Lo que hacemos nosotros es cobijarlos y hacerlos competir en torneos nacionales como el último Argentino de Lucha que se hizo hace unos días en Posadas”.
Los métodos para llegar a los barrios parecen simples. “Aprovechamos cuando se organiza una fiesta, porque hay ambulancias a disposición, para llevar el tapiz de lucha. Los chicos se enganchan enseguida porque la lucha está en los genes. Les digo para hacer tres tumbadas sin patadas y puñetazos, nunca practicaron y hacen tomas que a veces me sorprenden”, señaló.
Al referirse al futuro, Báez fue claro: “Queremos expandirnos, seguir con esto y ver si podemos abrir otro lugar de entrenamiento; tenemos gente capacitada”, cerró.

Algunos logros
Los frutos del esfuerzo no tardaron en aparecer. En 2012 el cadete y alumno Nicolás Báez obtuvo una medalla de oro en los Evita y fue becado por la Secretaría de Deportes de la Nación; hoy en día entrena en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) integrando el seleccionado argentino.
“Además, en 2013 trajimos el mejor equipo de lucha sub 14 (fue medalla de oro). Este año cosechamos una de oro y dos de bronce en la categoría 2001 y 2002, con vistas a los Juegos Olímpicos de la Juventud en el 2018. Lo que estimamos es que el año próximo los Juegos Evita serán más competitivos porque se repetirán las categorías”, añadió Báez.

Por Cristian Avellaneda
deportes@elterritorio.com.ar


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