Nuevas formas de ahorro para ganarle a la inflación

Domingo 5 de mayo de 2013

En las últimas décadas muchos argentinos se acostumbraron a un método muy básico de ahorro: comprar dólares y guardarlos bajo el colchón. Eso no va más por dos motivos. Por un lado, hay infinitas restricciones para la compra de divisa. Por otro, la gente cada vez tiene menos capacidad de ahorro. Y en este último punto, la inflación acapara todo el protagonismo. Entre algunos de sus efectos negativos, se reconoce que la inflación aumenta la pobreza, vuelve más desigual la distribución del ingreso, erosiona la competitividad, genera pérdidas de eficiencia y desincentiva el ahorro. 
De manera que la situación económica que atraviesa el país obliga a repensar el ahorro en su forma más tradicional. Llenar de billetes y monedas la alcancía o bien, depositar el dinero en el banco, ya no es negocio para nadie. Pareciera que el peso quema; cada vez se evapora más rápido. Desaparece sin saludar.
La mayoría de los analistas coincide en que las opciones de ahorro en este momento son muy pocas. La inflación no sólo se está “comiendo” los ahorros en pesos. También está reduciendo el número de personas que pueden ahorrar. Para esa minoría que todavía tiene algún margen  en sus libros contables domésticos, materializar el esfuerzo en algo palpable ya sean ladrillos, un auto o un viaje a Brasil, es lo que se erige como tendencia.

Para tener una idea, El Territorio relevó los datos de varias concesionarias de la capital misionera, que reconocieron que los planes de ahorro para comprar un auto aumentaron notablemente desde la dificultad para adquirir moneda extranjera.
En la actualidad, se venden unos 900 planes de ahorro con cuotas que van desde los 500 y superan los 1.000 pesos.  “Se trata de comprar un auto en cuotas a valor actualizado en 84 cuotas. Los grupos están integrados por 168 ahorristas y se notó un incremento de esto con las restricciones de la Afip” admitió Alejandro Novoa, de Seewald.
Este diario además realizó una encuesta en el centro de Posadas, que si bien carece de rigor científico refleja la realidad de la gente.  La mayoría de los consultados respondió que: “no sólo no puede ahorrar sino que apenas llega a fin de mes”. El sondeo deja en evidencia que tiempo antes, para la clase asalariada era viable ahorrar con vistas a algún proyecto personal, en tanto ahora todo se reduce a maniobras para cumplir con las obligaciones mensuales.

Otras formas de ahorro
Muchos optaron por volcar los sobrantes de sus ingresos en el consumo, en especial en la compra de autos y electrodomésticos, una de las pocas cosas para las que se ofrecen créditos y generosas cuotas sin interés. “Como los pesos pierden valor rápidamente por la inflación, la gente prefiere usarlos para adelantar gastos futuros, en especial comprando bienes durables”, explicó el economista Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) en una entrevista a un medio nacional y agregó: “de esta forma pagan menos de lo que pagarían si esperan para comprarlo más adelante y tienen un bien que pueden vender si necesitan dinero. De paso disfrutan del producto que compraron”.
En Misiones, al menos en la zona urbana, hay quienes destinan el efectivo a un plan de ahorro de auto, cuyas cuotas se actualizan, obviamente, al valor del 0 KM. Otros que si bien no tienen fecha exacta de edificación compran ladrillos, aberturas y todo tipo de material que no se eche a perder por lluvias. Y existe un grupo menor, el más afortunado quizás, que destina su dinero a planificar vacaciones.
“Notamos que aumentó la venta de plan ahorro desde las dificultades de ahorrar en moneda extranjera porque el valor vehículo acompaña en términos relativos la divisa. Se incorporan niveles de consumo, se transformó en una alternativa de ahorro concreta de la gente”, comentó Novo, de Seewald.
“Nos visita gente de otros lugares del país diciendo que son planes nacionales, y en realidad todos los planes son cien por ciento de fábrica y gente inescrupulosa le cobra dos o tres cuotas de suscripción. Como parece que lo que viene de afuera es mejor, llegan a pagar importes de 1.500 pesos. Yo digo compren en las agencias de Misiones, donde tienen una puerta donde pueden ir a golpear, donde existe defensa del consumidor”, señaló.
Ejemplificó que cada mes se venden 900 planes de este tipo, en las diferentes firmas.
Gabriel Mocciola, de Corralón El Amigo, contó que a excepción de marzo – mes que comenzaron las clases – la venta de materiales de construcción anduvo muy bien, sobre todo porque disponen de créditos de entre seis y 18 cuotas con entrega en el acto.
“La gente lo que hace en vez de tener el dinero ahorrado que se desvaloriza prefiere hacer refacciones, mejorar su calidad de vida, cambiar el baño, cambiar el piso de su casa, pero no creo que sea una manera de ahorro. Es inversión” subrayó.

Por adelantado y con beneficios
Las agencias de viaje también tienen un ritmo sostenido de trabajo gracias a las características económicas actuales. En el caso de Carlota Stockar, se manejan mucho con el sistema de pre-compras dado que trabajan directamente con la financiación con tarjeta de crédito que corresponden a diferentes firmas bancarias.
“Trabajamos con seis o siete bancos con los que tenemos un acuerdo de hasta doce pagos con la tarjeta de crédito. La gente tiende más a financiar su viaje. Cada vez más personas toman recaudos con mucha anticipación. Normalmente se paga el aéreo para asegurar la tarifa. Y después pasado un tiempo, la gente cancela” dijo Carlota Stockar a El territorio.
“En verano ya tenemos paquetes vendidos para Brasil (el nordeste) y Caribe, otra cosa que se pide mucho son los viajes en cruceros, porque tiene todo incluido. Cuanto más antelación, hay más beneficios. Hay algunas operaciones en efectivo pero más que nada la gente utiliza la tarjeta” añadió.
“Si yo le tomo el dinero al cliente y no le congelo nada, la persona pierde de beneficiarse, por eso le explico qué es lo más correcto, porque que pague arbitrariamente una tarifa sin saber para qué después se puede encontrar en una diferencia de moneda y contratiempos así”, argumentó.


Pocas opciones para el ahorro
La mayoría de los analistas coincide en que las opciones de ahorro en este momento son muy pocas.
La inflación no sólo se está “comiendo” los ahorros en pesos. También está reduciendo el número de personas que pueden ahorrar.
Según la Encuesta de la Deuda Social Argentina realizada por la Universidad Católica Argentina (UCA), más del 37% de los hogares con niños no tiene ingresos suficientes para cubrir su consumo habitual.
Con estos números, muchos sostienen que los problemas económicos del país no se resolverán con más restricciones, sino reduciendo los índices de inflación.


“Al que tiene plata sin mover le convendría stockearse”

POSADAS. Diego Giacomini, economista jefe de la consultora Economía y Regiones y profesor de Dinero, crédito y bancos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ofreció varios conceptos sobre las nuevas formas de ahorro y en ese sentido resaltó que “una manera de ahorrar es stockearse”.
“Imagináte que sos un productor pequeño o mediano, tenés un aserradero y tenés capital de trabajo, pierde poder adquisitivo porque el precio de la madera está atado al mercado internacional, entonces un productor que enfrenta ese fenómeno y una manera de ahorrar es stockearse. Ahí está ahorrando” comentó a modo ejemplificador en comunicación telefónica con El Territorio.
Para el economista, a todo aquel que tiene plata inmovilizada “le convendría es stockearse”. De hecho, el ejemplo del mediano productor se aplica a cualquier ámbito doméstico.
“Toda persona con capacidad de ahorro, que tiene en un país inflacionario, una alternativa viable es ahorrar. Si te regalan un freezer industrial y podés comprar 20 kilos de colita de cuadril y 20 kilos de peceto estás ahorrando. En realidad vas a ganar plata. El motivo del ahorro es para consumir más en el futuro. En un país excesivamente inflacionario esto se desvirtúa un poco, pero en realidad el ahorro es pesos inmovilizados para consumir más en un futuro”, explicó.
“Cuando el exportador de soja no liquida la soja, está ahorrando. Tiene la expectativa de que el tipo de cambio va a aumentar, entonces está guardando la soja, está ahorrando en soja. Si le dijeran que va a bajar el cambio, se apuraría y liquidaría toda la soja”, añadió otro ejemplo.
“Los economistas decimos ‘la inflación es mala’, pero a veces tengo la sensación de que la gente lo toma como una verdad revelada. ¿Por qué decimos que la inflación es mala? La inflación destruye el ahorro, sin ahorro no hay inversión y si cae la inversión hay menos bienes de capital, hay menos capacidad de producción, se generan menos puestos de trabajo con lo cual crece el desempleo y por ende repercute en el nivel de vida de toda la sociedad”, argumentó.

Nota siguiente:
Un ejemplo de ahorro en la cotidianeidad
Llenar la alcancía, misión imposible en los hogares
No quedarse con pesos extra en los bolsillos
Invertir en pesos es resignarse a no superar a la inflación