La crueldad golpea, viola y asesina

Domingo 7 de octubre de 2012
En poco más de tres meses, tres adolescentes fueron violadas y asesinadas en Misiones. Las tres en localidades del interior. Y las tres sometidas a tormentos incalificables que conmocionaron a la opinión pública de toda la provincia.
¿Por qué el hombre es capaz de someter, golpear, lacerar, vejar y quitarle la vida a un menor indefenso? ¿Qué circunstancias coinciden en la conducta de este tipo de criminal? Este informe presenta la búsqueda de tales respuestas o explicaciones relacionadas a los perfiles criminales de estos casos, en manos de profesionales de la salud mental, peritos forenses y actores sociales.

Taty Piñeiro
La fría mañana del jueves 12 de julio, la población de Puerto Esperanza despertó sobresaltada porque en un trillo, un vecino rumbo a su empleo se topó con el cuerpo destrozado y semidesnudo de Lieni Itatí Piñeiro, de 18 años, estudiante secundaria, violada y degollada a la salida del colegio nocturno al que concurría.
Por el crimen de Taty, cuyo cuerpo fue salvajemente ultrajado genitalmente, se detuvo a Norberto Hernán Céspedes, de 19 años, quien se quitó la vida en una celda de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú, tres días después de su captura.
Las pruebas testimoniales y pericias forenses coincidieron en que el joven llevó en motocicleta a la víctima hasta el lugar donde la violó y la degolló.
El macabro crimen se inició el miércoles 11 de julio entre las 21.30 y 23. Lieni salió del Bachillerato Polivalente 20 junto a una compañera de curso. Caminaron juntas por el centro de Puerto Esperanza hasta que sus caminos se bifurcaron hacia sus hogares.
Pero la suerte para Taty fue cruel. Fue raptada, abusada y asesinada.
Su cadáver fue encontrado al día siguiente en el pequeño camino que, de acuerdo al uso peatonal, divide los barrios Esperanza II y Progreso.
Una semana después, a las 19, el juez de Instrucción Penal III de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, ordenó la detención de Céspedes, quien habría sido visto manejando una moto. La clave para su detención fueron las manchas halladas tanto en el rodado como en el casco y los borceguíes. El Cuerpo de Bioquímicos del Poder Judicial indicó que se trataba de sangre humana.
Al día siguiente se halló el celular de la víctima en la casa del imputado. El teléfono estaba escondido en el cielorraso. También encontraron manchas en su ropa interior y en otras prendas.
A los tres días, Céspedes amaneció colgado con la soga de una campera atada a los barrotes de su celda. Dos meses después las pruebas genéticas confirmaron que el semen hallado en la víctima correspondían al sospechoso, como también un cabello encontrado entre las pertenencias de Céspedes, que se corroboró era de Taty.

Santa Ana
El 6 de agosto, una niña de 13 años, Miriam Celeste Valiente, fue abusada sexualmente y asesinada a golpes. También fue descubierto el cadáver por un transeúnte que divisó el cuerpo a un costado de un camino.
Su tío, Omar M. G., paraguayo de 18 años, habría concretado el abominable crimen acompañado de su amigo, Federico V. (45) de oficio olero en la misma localidad.
El abuso y muerte de la menor se produjo entre las 19.30 y 20 del domingo 6 de agosto, a menos de tres metros de la ruta 103, muy cerca del puerto de Santa Ana.
Miriam, de acuerdo a las primeras conclusiones, habría sido violada genitalmente primero por su tío y posteriormente contra natura por Federico V., restando establecerse quien la golpeó con una piedra hasta matarla.
También de acuerdo a los resultados de la autopsia, más de una persona participó de la violación, por la cantidad de semen hallado.
Al menos veinte testimonios recogidos por los investigadores fueron clave, porque coinciden en que Miriam fue vista junto a los sujetos detenidos.

El caso Angélica
El 26 de septiembre, en Puerto Rico, la adolescente de 14 años Angélica Beatriz Ramírez fue brutalmente violada y asesinada a palazos o garrotazos en la cabeza a la salida de la escuela 114 donde cursaba estudios primarios en el horario nocturno.
Los detectives tienen fuertes indicios de que Angélica fue llevada hasta la escena del crimen en auto, y que en la banquina de la calle Pionero Kuhn fue violada, anal y vaginalmente, para posteriormente recibir al menos cinco golpes en el cráneo, uno que le destrozó la cara, los cuatro restantes en distintos puntos de la cabeza, que terminaron con su vida.
El cuerpo fue tirado a poco más de tres metros de la calle terrada, en una excavación donde además había basura. En ese sitio una vecina a las 6.40 del jueves 27 de septiembre divisó el cadáver y dio aviso a la Policía.
El único sospechoso detenido, por el momento, es un repartidor de pan, separado y de unos 50 años de edad. En un allanamiento en su vivienda incautaron elementos que fueron remitidos a laboratorios para pericias y otros estudios científicos.
Los tres hechos tienen coincidencias llamativas, horarios similares, humillaciones y tormentos similares, los que indican una vez más que la realidad supera la ficción constantemente, inclusive cuando se manifiesta violenta.


Un cabello y ningún asesino
Un cabello es todo lo que hay del asesino de Marisa Serrano, la adolescente hallada golpeada y abusada en un terreno baldío de Villa Sarita de Posadas.  La prueba permanece archivada en el expediente a la espera de algún sospechoso para ser sometida al examen de ADN.
De esto ha pasado ya doce años. Marisa, de 15 años, fue hallada la mañana del sábado 12 de septiembre de 1998 en un predio en inmediaciones de las calles Ramón García y Coronel Álvarez. Dos obreros descubrieron el cuerpo de la adolescente, sin ropas y con signos de haber sido golpeada en el rostro y en distintas partes del cuerpo. El o los asesinos intentaron cubrir el cuerpo con chapas, trozos de madera, piedras y ladrillos.
El cadáver estaba boca abajo, posición que entre los investigadores no es buena señal,  es interpretado como un indicio inequívoco de que el caso nunca será resuelto. La muerte databa de dos o cuatro días antes. En el lugar los pesquisas rescataron un jean azul y una bombacha beige. También se secuestró un martillo, de los que se usan en construcción, que aparentemente habría sido utilizado para dar muerte a la joven. La principal hipótesis que se manejó fue que la muchacha fue asesinada en otro lugar y el cadáver trasladado hasta la obra en construcción.  La joven vivía con su familia en el barrio Los Pinos de Posadas. Se había ausentado de su casa una semana antes. Según la investigación, había ido a visitar a su abuela y de allí salió para encontrarse con un amigo de Buenos Aires en la Plaza San Martín, pero jamás regresó. Durante la investigación hubo varios sospechosos, pero las pruebas no fueron suficientes para demostrar la vinculación con el crimen. Los detectives trabajaron para reconstruir el hecho y dar con el asesino pero los esfuerzos fueron en vano. Un cabello en todo lo que queda para atrapar al asesino. Así de endeble y así de importante, el vínculo con una verdad que se resiste en llegar.


Los números
3
niñas o adolescentes fueron las víctimas desde el 11 de julio. Las tres fueron raptadas, violadas despiadadamente y asesinadas.
4
Detenidos tienen las tres causas judiciales, dos al borde del procesamiento, caso Miriam Valiente. El acusado por el caso Piñeiro se quitó la vida ahorcándose en su celda. Mientras que en el crimen de Puerto Rico, un repartidor de pan figura como primer sospechoso.

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