El agro y la ganadería frenados por la falta de servicios básicos

Domingo 17 de julio de 2011
El mes pasado durante el remate de animales de la Asociación Ganadera del Alto Paraná  (Agap) se recordó la presencia de pocos animales ante los efectos de la lluvia. “Los camiones quisieron entrar a las chacras pero se “hundieron en el barro”, comentó un ganadero presente en el encuentro. Y así los ganaderos de la región, incomunicados por el mal estado de los caminos, no pudieron vender sus animales a grandes firmas.
La ánecdota recordó a muchos presentes como el “valor agregado” de las chacras misioneras aún es muy difíl de relucir en otros mercados.
En 2010 un productor yerbatero de la zona de Apóstoles, Héctor Barchuk, comentó a El Territorio las limitaciones para diversificar en su chacra. Y como la mayoría tenía un problema común la falta de energía.
“Soy yerbatero, además hago forestación y estoy incursionando con el cultivo de nuez pecan hace dos años. Pero el tema es que no vivo en el campo, donde no tengo energía. No sé como voy a hacer ya que hay que regar el pecan y no tengo electricidad", se lamentó por aquel entonces el productor y explicó en base a sus necesidades “Hay líneas pero es muy caro hacer la instalación porque estoy a más de tres kilómetros de la trifásica. Si me pidieron 5 mil pesos para hacer  la monofásica -que es cruzar la calle- con la otra el costo va a ser mucho más”, se recordó.
En otro ejemplo de fuertes limitaciones se expuso también por este medio el caso del productor y ex diputado Norberto Hein.
“Compré 65 vacas lecheras de las razas Jersey y Holando y me equipé con maquinarias de primera calidad que fui a comprar a Santa Fe donde está la crema y nata de la industria lechera del país”, relató allá por septiembre del año pasado.
El problema de Hein fue que -según sus propias expresiones- pecó de ingenuo. “En la fábrica donde adquirí la pasteurizadora y la ensachetadora de leche, me aseguraron que con la electricidad no iba a tener problemas y que esas máquinas iban a andar bien con luz monofásica. Pero no fue así”. Además de no contar con luz trifásica, la caída de tensión lo perjudicó, indicó Hein. “"Es que en General Alvear donde vivo y en la zona Centro no hay tensión. A veces llega a 190 en vez de 220 (voltios) y con eso no se puede mover ningún motor”, recordó con pesar.


Asegurar una potencia constante
Son varias las ventajas de una conexión trifásica frente a la monofásica. La potencia en kVA (Kilovoltio amperio) de un motor trifásico es aproximadamente 150% mayor que la de un monofásico (según explicaron técnicos locales con anterioridad). En un sistema trifásico balanceado los conductores necesitan ser el 75% del tamaño que necesitarían para uno sistema monofásico con la misma potencia en VA y esto ayuda a disminuir los costos. La potencia que da un sistema monofásico cae tres veces por ciclo y que la proporciona uno trifásico nunca cae a cero. Así, la potencia enviada a la carga es siempre la misma.

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