Crecer sin escuela: Un nuevo debate en educación

Domingo 5 de agosto de 2012
(Redacción Central y Corresponsalía). Hay padres que sienten que la escuela ya no es el mejor ámbito para la educación de sus hijos y por lo tanto deciden sacarlos de esas instituciones y empezar a enseñarles en sus propios hogares. Se trata de un movimiento denominado “Homeschooling” que se traduce como “hacer la escuela en casa” donde los padres son los maestros.
Los primeros casos de esta práctica se dieron en la década de los  setenta en los Estados Unidos y en la actualidad, casi en todos los países del mundo se la sigue aplicando, a veces con ayuda de los estados y otras con fuertes trabas legales.
En nuestro país no hay cifras oficiales de cuántos padres hoy están educando a sus hijos exclusivamente en sus casas sin mandarlos a la escuela. Según pudo averiguar El Territorio, se trata de una decisión generalmente adoptada por familias de clase media y media alta, por motivos religiosos o filosóficos.
Desde el Ministerio de Educación de la Nación explicaron  a este diario que “la legislación argentina no prohíbe este tipo de enseñanza en algunos casos específicos, donde luego los alumnos rinden en forma libre el año lectivo”. Pero aclararon que tampoco se lo incentiva porque “la escuela sigue siendo el ámbito de enseñanza de la gran mayoría de los estudiantes argentinos”.
Desde el punto de vista legal, la práctica de hacer la escuela en la casa tiene consideraciones distintas, según cada provincia, donde los consejos de educación jurisdiccionales son el ámbito de aplicación de la Ley Nacional de Educación.
Entonces sucede que, por ejemplo, hace cinco años en la provincia de La Pampa se obligó a que los niños de la comunidad menonita asistan a la escuela. En cambio, en la ciudad de Buenos Aires se puede rendir libre y si se aprueba el examen se obtiene un pase para el siguiente nivel, que puede rendirse de la misma manera.
A finales de los 90 un polémico proyecto de ley, que quedó en el olvido, planteaba la penalización con la cárcel a los padres que no enviaban a los chicos a la escuela. Actualmente se promueve una política de inclusión con calidad educativa.
En Misiones, desde el Ministerio de Educación de la provincia indicaron que no tienen planteados casos de deserción del tipo Homeschooling.
“Las escuelas que cuentan con asistentes sociales, suelen visitar las casas de chicos con elevado ausentismo, generalmente se trata de chicos que viven en un contexto familiar con problemáticas sociales y económicas y se intenta incluirlos con ayuda y trabajar con los padres y con otras áreas del Estado que atienden necesidades específicas”, detallaron.
Se informó además desde la cartera de Educación, que la cobertura del nivel primario alcanza al 99 por ciento de los chicos en edad de escolarizarse en la provincia y que está en proceso de expansión de la matrícula.  
Directivos consultados coincidieron en que todavía la escuela no tuvo que asistir a un caso de pedido de acreditación de chicos que se preparan en sus casas.
“Tenemos los casos que son atendibles, que es cuando un chico se enferma o viaja, se hacen mesas especiales”, refirieron.
Sin embargo, los docentes reconocieron que la escuela atraviesa “una crisis de valores”, en la que se perdió “la autoridad y la confianza en el docente y en la escuela”.
Este mea culpa propicia el debate y la reflexión de los actores de la educación sobre los espacios válidos de circulación del conocimiento. El desafío es recuperar la confianza.

No hay pena
El representante de la Asociación de Institutos Privados de Enseñanza de Misiones (Aipem), Jorge Falero,  consultado acerca de los alcances de la obligatoriedad de la educación  desde el nivel inicial al secundario, explicó que “la ley plantea la obligatoriedad, no que se deba concurrir a la escuela, lo dice la Ley Nacional de Educación".
Refirió que “en un artículo se plantea que la educación se pueda recibir en el hogar o en el escuela. Es válido estudiar en la casa siempre y cuando se rinda un examen para certificar esos conocimientos. Eso sí es obligatorio”.
El abogado expresó que, “los padres son agentes educativos y la educación se puede recibir en la escuela pública y privada, en el hogar”.
Sobre el fenómeno del Homeschooling, apreció que “evidentemente hay una desconfianza, un descreimiento en el sistema formal de educación, esa es la lectura que está haciendo esa familia” y continuó “siente que es insuficiente la calidad de la escuela. Eso es preocupante para la escuela y la sociedad. Estamos ante un nuevo fenómeno”.
Acerca de la función histórica de la escuela, marcó que “uno de los mejores logros de la educación argentina es que la escuela se constituya en un lugar más o menos seguro. Y eso en los últimos años se fue perdiendo y el trayecto hacia la escuela y la escuela misma se volvió violento y peligroso”, dijo.
En este sentido, sostuvo que “se debe velar por los derechos del niño a ser educado y si los padres no lo cumplen pueden ser judicializados. Ahora, si la familia garantiza que estos niños están aprendiendo y que de acuerdo a la edad están en el nivel de enseñanza que corresponde, no habría problemas”.
“La ley dice que los padres son los primeros agentes educativos, los padres pueden cumplir con el requisito de la obligatoriedad de la educación cuando los chicos se presenten a rendir, más allá de que puedan salir mal”.
Sobre la sanción que le cabría a los padres que no mandan a sus hijos a la escuela, dijo que “a lo sumo van a tener que justificar el porqué y acreditar que están en el correcto nivel de formación. Pero ya no pasa más eso de que llegue a la casa el comisario con la maestra a llevar al niño, eso no se utiliza más”.

Una escuela que enamore
Mónica Gurina, abogada, docente de la escuela “Fuerza Aérea Argentina” y secretaria gremial de CTA, consultada acerca de esta tendencia de formación extraescolar, consideró que “la escuela hace mucho que está en crisis”.
“Tiene que ver con un requerimiento de los docentes y de una preocupación por cómo hacer que la escuela enamore a los chicos y los retenga y lograr que participen y que aprendan”.
Gurina entendió que, “planteamos la reformulación del currículum, porque en la provincia no hay una política educativa clara, una dirección hacia donde ir, el docente está muy solo en el aula y recibe cuestionamientos todo el tiempo. Entonces, es posible que aparezca un padre que considere que el chico aprende más fuera de la escuela que adentro, es posible que empiece a pasar”.  
La docente expresó que “la escuela no da toda las respuestas que la familia busca, los docentes están sobrecargados de trabajo y poco reconocidos, se pide que la escuela sea abierta, que escuche a los padres pero también hay una tradición autoritaria, son muchas cosas las que hay que cambiar, pero no hay un acompañamiento de las autoridades de Educación. Es más, se ve un total desconocimiento de lo que necesita la escuela y los docentes y la familia”, refirió.
Ejemplificó que “actualmente, la escuela no sabe para qué está enseñando, qué ciudadano quiere formar, en la provincia no hay claridad con respecto a un proyecto educativo, me pregunto si se perfila como una provincia turística, pero eso no se refleja en la currícula, ahí vemos esta desactualización de currículum en la provincia que hace que la escuela pierda el interés para las familias”.
Sostuvo que “hay iniciativas como el uso de las netbooks que se presentan como una revolución pedagógica, pero en las aulas, los docentes no saben cómo enseñar con esta herramientas”.
Indicó que “la escuela pública debe cambiar para reconciliarse con la familia, para hacer frente a la demanda de calidad educativa, pero en los discursos los políticos dan a la escuela una función prioritaria de contención”. Así, dijo que “la escuela se vuelve una guardería, se extiende la jornada para que los gurises no anden en la calle, pero no se centra la atención en qué y cómo se enseña”.
En este punto, marcó que “en los hogares en que la cuestión económica está resuelta, en que los padres acompañan la educación de los hijos, aparece la cuestión de qué conocimientos no está dando la escuela y la procuran por otro lado”.
Rescató que “como docentes, defendemos la escuela porque es el ámbito en que venimos todos de guardapolvo, convivimos, aprendemos de la diferencia”.

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