“Antes, los hijos eran más fácil de manejar”
Domingo 16 de agosto de 2015
Este domingo 16 de agosto no será uno más para la abuela Silva. Es que hoy, Santa cumple los 70 años y lo único que estaba en duda días atrás, era si la fiesta familiar se realizaría en la casa de Santa Clara, o en la casa de la hermana gemela de Santa, en Santa Rita.
"Todavía eso está por verse, no sé, pero seguro que nos juntaremos, eso espero", dijo sonriente y sorprendida Santa Silva, la mujer que goza de una salud impecable y está feliz por tener a sus seis hijos y ocho nietos prácticamente todo el día al lado suyo.
"Desde hace 30 años que vivimos acá con mi compañero de toda la vida (Ramón Caballero), cuando acá todo quedaba lejos", dice Santa, y naturalmente está en lo cierto. Es que tres décadas atrás, vivir donde ahora es el barrio Santa Clara, del paraje San Isidro, no llegaba ninguna línea de colectivo y caminar largos trayectos era la única alternativa.
Ahora con el asfalto de la avenida Alicia Moreau de Justo (ex ruta provincial 213), la urbanización está empezando a hacerse realidad.
"Pero no hay luz en las calles, deberían poner al menos unos focos... yo estoy pensando en pedirles a los políticos ahora que están de campaña, que hagan eso por el barrio", reclamó Santa, que, precisamente, por ser participativa en las actividades sociales del paraje, es conocida por todos.
"Nunca me van a ver sentada en la silla, yo ando de un lado para el otro todo el día, hay mucho por hacer. No me quedo quieta", dice la abuela, quien asegura que se mantiene sin enfermedad alguna por comer sano, y enumeró, como ejemplo, al puchero, a los porotos y a la polenta. "El borí borí, por ejemplo, no lo quieren comer", dice, entrando directamente al tema por el cual en el barrio la destacaron.
"A mí me respetan más que a los padres, yo veo eso, que ahora los niños no le contestan a los padres y antes los hijos eran más fácil de manejar", reflexionó Santa, que no dejó de lado el humor al respecto, y dijo: "A veces dicen que no me quieren contestar porque estoy vieja...".
De todo para todos
Santa dijo que toda su vida fue ama de casa, que ésa fue su profesión, su oficio, la de mantener a la familia con las necesidades básicas satisfechas. Pero cuando había que ayudar a la economía general, "yo fui lavandera mucho tiempo, realmente cansada de lavar ropa de toda la gente y a mano, antes no había lavarropas como ahora", recordó casi como una queja, en una inevitable comparación de los tiempos de Santa como madre al frente de la casa y ahora como gran mamá que guía los pasos de sus dos hijas.
La buena salud que goza Santa, le permite aún hacer los trabajos en la huerta. "Ahora no tenemos nada plantado, pero me pondré la azada al hombro y empezaré a ponerla como tiene que estar", anticipa la gemela de Eleuteria, quien en Santa Rita también ofrece lucha entre su familia y en el barrio.
Santa, entonces, lejos está de bajar los brazos y seguirá cocinando la comida que sus nietos, se resisten a probar.
Por Mauro Parrotta
miparrotta@hotmail.com
:: Notas relacionadas
→ Más respeto, soy tu abuela
→ Carmen evitó que vendieran a su nieto y ahora está a su cargo
→ Pide ayuda para rescatar a su nieto de las drogas y el delito
→ La villa puede ser un lugar mejor
"Todavía eso está por verse, no sé, pero seguro que nos juntaremos, eso espero", dijo sonriente y sorprendida Santa Silva, la mujer que goza de una salud impecable y está feliz por tener a sus seis hijos y ocho nietos prácticamente todo el día al lado suyo.
"Desde hace 30 años que vivimos acá con mi compañero de toda la vida (Ramón Caballero), cuando acá todo quedaba lejos", dice Santa, y naturalmente está en lo cierto. Es que tres décadas atrás, vivir donde ahora es el barrio Santa Clara, del paraje San Isidro, no llegaba ninguna línea de colectivo y caminar largos trayectos era la única alternativa.
"Pero no hay luz en las calles, deberían poner al menos unos focos... yo estoy pensando en pedirles a los políticos ahora que están de campaña, que hagan eso por el barrio", reclamó Santa, que, precisamente, por ser participativa en las actividades sociales del paraje, es conocida por todos.
"Nunca me van a ver sentada en la silla, yo ando de un lado para el otro todo el día, hay mucho por hacer. No me quedo quieta", dice la abuela, quien asegura que se mantiene sin enfermedad alguna por comer sano, y enumeró, como ejemplo, al puchero, a los porotos y a la polenta. "El borí borí, por ejemplo, no lo quieren comer", dice, entrando directamente al tema por el cual en el barrio la destacaron.
"A mí me respetan más que a los padres, yo veo eso, que ahora los niños no le contestan a los padres y antes los hijos eran más fácil de manejar", reflexionó Santa, que no dejó de lado el humor al respecto, y dijo: "A veces dicen que no me quieren contestar porque estoy vieja...".
De todo para todos
Santa dijo que toda su vida fue ama de casa, que ésa fue su profesión, su oficio, la de mantener a la familia con las necesidades básicas satisfechas. Pero cuando había que ayudar a la economía general, "yo fui lavandera mucho tiempo, realmente cansada de lavar ropa de toda la gente y a mano, antes no había lavarropas como ahora", recordó casi como una queja, en una inevitable comparación de los tiempos de Santa como madre al frente de la casa y ahora como gran mamá que guía los pasos de sus dos hijas.
La buena salud que goza Santa, le permite aún hacer los trabajos en la huerta. "Ahora no tenemos nada plantado, pero me pondré la azada al hombro y empezaré a ponerla como tiene que estar", anticipa la gemela de Eleuteria, quien en Santa Rita también ofrece lucha entre su familia y en el barrio.
Santa, entonces, lejos está de bajar los brazos y seguirá cocinando la comida que sus nietos, se resisten a probar.
El otro lado de la vejez, los asilos Para el director de Gerontología del Ministerio de Salud Pública, el médico José Miérez, los ancianos deben ir a un asilo únicamente por propia voluntad o si las circunstancias lo exigen, ya que deberían “morir en su casa, en su cama”.
Por eso es que días atrás pidió que la problemática de la tercera edad sea transversal a todo el sistema de salud, ya que con la reducción de la mortalidad infantil y el aumento de la esperanza de vida, la cantidad de adultos mayores se incrementará exponencialmente.
“Todos los programas que hay en la provincia trabajan para que la gente viva mejor y viva más años, pero ninguno tiene un módulo de qué es la gerontología y qué es la geriatría", dijo.
"El otro día me decía un médico, ‘¿qué tendrá que ver la gerontología con los programas materno-infantiles?’. Está totalmente equivocado, porque está el abuelo”, expuso el funcionario sobre las distintas problemáticas de los viejos.
Por eso es que días atrás pidió que la problemática de la tercera edad sea transversal a todo el sistema de salud, ya que con la reducción de la mortalidad infantil y el aumento de la esperanza de vida, la cantidad de adultos mayores se incrementará exponencialmente.
“Todos los programas que hay en la provincia trabajan para que la gente viva mejor y viva más años, pero ninguno tiene un módulo de qué es la gerontología y qué es la geriatría", dijo.
"El otro día me decía un médico, ‘¿qué tendrá que ver la gerontología con los programas materno-infantiles?’. Está totalmente equivocado, porque está el abuelo”, expuso el funcionario sobre las distintas problemáticas de los viejos.
Por Mauro Parrotta
miparrotta@hotmail.com
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