Tendencia alarmante: resistencia del organismo a los antibióticos
Domingo 10 de abril de 2016
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS). la resistencia a los antibióticos constituye una de las mayores amenazas a la salud. Puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad y el país en el que vive. En Europa, por ejemplo, ya se registran más muertes por infecciones resistentes a los antibióticos (30 mil anuales) que por accidentes de tránsito (25 mil anuales).
Argentina no está exenta de ese problema, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los factores que agrava la situación es la facilidad para adquirir medicamentos.
“La automedicación lo que genera es que el organismo ya esté acostumbrado al remedio y cuando realmente lo necesite, no tendrá el efecto terapéutico”, señaló Roxana Galiano, a cargo de la Dirección de Farmacia del Ministerio de Salud Pública de Misiones.
“Uno no dimensiona los riesgos. Otra cuestión es cuando no se respeta el tiempo y la dosis, cuando no se completa lo prescrito por el médico. Mucha gente tiene que hacer un tratamiento de cinco o siete días, y al tercer día se siente bien y deja de tomar el antibiótico. El organismo crea resistencia" explicó, y seguidamente añadió: "Después el paciente debe someterse a estudios complejos para saber a qué antibiótico es sensible su cuerpo, qué medicamento le hace efecto”.
Según la recomendación de la (OMS), los antibióticos deberían venderse siempre bajo receta, ya que sólo son eficaces ante ciertas infecciones que sólo pueden diagnosticarse con análisis clínicos y debieran ser tomados durante un período determinado de tiempo y en una dosis exacta para evitar que sean perjudiciales para la salud y que provoquen resistencia en los microbios ante futuras infecciones.
El dolor es una advertencia
"Hay que tener en cuenta que cualquier dolor que padecemos es porque algo pasa en nuestro cuerpo. Es una advertencia”, insistió Galiano.
Para dimensionar lo extremo de la situación, se refirió a la enseñanza que le dejó una capacitación en oncología, en la que los médicos especialistas abordaron cómo repercute la automedicación en los pacientes.
“Según explicaron, las personas pueden presentar síntomas o dar señales durante un año hasta que se despierte la enfermedad. Pero sucede que si la persona se siente mal, toma una pastilla para esto, o toma una pastilla para aquello y no va al médico. Entonces, es una manera de dilatar el tratamiento del problema”, resaltó Galiano.
Otro punto en el que insistió la funcionaria es en que todos los remedios deben venderse sólo en las farmacias. "Que sean de venta libre no significa que se puedan vender en cualquier lado", aseveró.
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→ Contraindicaciones
→ “La gente consume medicamentos casi como si fueran golosinas”
→ Es muy frecuente ver daño hepático en jóvenes que toman anabólicos
Argentina no está exenta de ese problema, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los factores que agrava la situación es la facilidad para adquirir medicamentos.
“La automedicación lo que genera es que el organismo ya esté acostumbrado al remedio y cuando realmente lo necesite, no tendrá el efecto terapéutico”, señaló Roxana Galiano, a cargo de la Dirección de Farmacia del Ministerio de Salud Pública de Misiones.
Según la recomendación de la (OMS), los antibióticos deberían venderse siempre bajo receta, ya que sólo son eficaces ante ciertas infecciones que sólo pueden diagnosticarse con análisis clínicos y debieran ser tomados durante un período determinado de tiempo y en una dosis exacta para evitar que sean perjudiciales para la salud y que provoquen resistencia en los microbios ante futuras infecciones.
El dolor es una advertencia
"Hay que tener en cuenta que cualquier dolor que padecemos es porque algo pasa en nuestro cuerpo. Es una advertencia”, insistió Galiano.
Para dimensionar lo extremo de la situación, se refirió a la enseñanza que le dejó una capacitación en oncología, en la que los médicos especialistas abordaron cómo repercute la automedicación en los pacientes.
“Según explicaron, las personas pueden presentar síntomas o dar señales durante un año hasta que se despierte la enfermedad. Pero sucede que si la persona se siente mal, toma una pastilla para esto, o toma una pastilla para aquello y no va al médico. Entonces, es una manera de dilatar el tratamiento del problema”, resaltó Galiano.
Otro punto en el que insistió la funcionaria es en que todos los remedios deben venderse sólo en las farmacias. "Que sean de venta libre no significa que se puedan vender en cualquier lado", aseveró.
Alerta de la OMS
La Organización Mundial de la Salud hace un llamado de atención especialmente en el consumo indebido de antibióticos: "La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. El mundo debe cambiar urgente las prácticas en materia de prescripción y utilización de antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los hábitos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos y una buena higiene de los alimentos".
Y en esa línea habla de las infecciones: "día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia, socavando así la capacidad para tratar las enfermedades infecciosas más comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia y la gonorrea, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, conforme los antibióticos van perdiendo eficacia".
"En los países donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora las cosas. Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales" alertó la OMS.
Y en esa línea habla de las infecciones: "día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia, socavando así la capacidad para tratar las enfermedades infecciosas más comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia y la gonorrea, son cada vez más difíciles —y a veces imposibles— de tratar, conforme los antibióticos van perdiendo eficacia".
"En los países donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora las cosas. Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales" alertó la OMS.
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