“Diez veces más alto que el de los blancos”

Martes 13 de noviembre de 2007
De una investigación concretada durante el año 2000, se reveló que en la región el índice de desnutrición entre los mbya es diez veces más alto que en la población blanca, según aseguró una profesional que atiende a los guaraníes en el puesto de salud de Ruiz de Montoya.
En ese puesto se informó que se concreta la atención a los integrantes de las siete comunidades indígenas de la zona, a quienes se los atiende de forma regular una vez a la semana. En total la población asciende a 400 personas, con un promedio de vida menor al que de los blancos. Y el índice de mortalidad es muy alta en los primeros años de vida.
También se detalló que en el marco de una nueva investigación concretada durante el 2004, el 51,4 por ciento de los niños estaba desnutrido, aunque en la actualidad ronda el 40 por ciento en la zona de Ruiz de Montoya.
La doctora que atiende prácticamente todos los días las 24 horas, se mostró preocupada por el hecho que “todavía la Constitución de Misiones no fue adaptada a la de la Nación, es decir, la enmienda no se hizo y eso un hecho preocupante, porque está afectando a muchas vidas...hay que recordar que el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece la aplicación de todos los derechos pero no se cumplen, como sí en las provincias de Salta, Chaco y Jujuy”, indicó.

Falta de territorio
Si bien para la doctora el hecho de que repartan bolsas de comidas a niños y adultos es una gran ayuda y sirve para mejorar la alimentación de los mbya, la falta de comida no es solamente el motivo de la desnutrición, “sino la falta de territorio, de tierras para cazar y entonces no tienen más perspectiva de vida lo cual los lleva también al suicidio...”.
“Comienza en general en la adolescencia, hay apatía, desculturalización por el simple hecho de no poder continuar con su forma de vida”, explicó.
Y otro ejemplo más que preocupante, según la profesional, es que en la actualidad haya solamente un hombre de 80 años.
“En los últimos tiempos el Gobierno se interesó, hay cosas positivas y aunque la desnutrición bajó, sigue siendo altísima y como médicos hay que formarse para atender a los aborígenes”, admitió e insistió que “lo que es importante para ellos, como el monte, se lo sacamos y al ser de una cultura de no agresión, tampoco pelean para recuperarlo”.

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