Para juntar 30 pesos, toda la familia debe salir a cartonear

Domingo 24 de abril de 2011
Los cartoneros o recicladores urbanos piden a los vecinos que colaboren en la tarea de clasificar los residuos y a las autoridades que no los persigan. En Villa Cabello dicen tener conciencia de que el trabajo de cartonear ayuda al cuidado del ambiente y quieren el apoyo del Estado con alguna cobertura para los adultos mayores.
En el populoso barrio del oeste son poco más de cien personas las que se dedican a separar de los desperdicios los cartones, madera y botellas entre otros materiales que después venden en los centros de acopio para el reciclaje. Es gente que quedó sin empleo, no tuvo acceso a la educación y sale a la changa con la familia para poder juntar de 10 a 30 pesos por día. Son mayoría niños y mayores de 60 años.
“Tenemos miedo de dar la cara porque después la Policía nos persigue, hace poco sacaron a gente que vivía en unas carpas en un estacionamiento, eran familias de laburantes que les echaron porque hacían quilombos decían, pero no es cierto, es gente pobre pero buena que se quedaron sin lugar para vivir”, contó Ponce (59), un cartonero domiciliado en un asentamiento de la chacra 145.
Nicolás Pereyra (61) es eldoradense tiene siete hijos, trabaja de cartonero pero su oficio de toda la vida fue el de carpintero y armador de hierro. “Trabajé en grandes empresas constructoras pero la pérdida en la visión y una temblequera en las manos me dejó afuera y sin ninguna posibilidad de tener un nuevo trabajo, relató.
“Estoy en problemas… no puedo andar en las alturas en la obra, para carpintero me tiemblan un poco las manos y tengo problemas en la vista veo poco, mi única salida fue salir a hacer unas changas y empecé a cartonear hace cuatro años”.
El trabajo de cartonero es sacrificado, Pereyra gana diez a doce pesos por día y dedica seis horas a revolver entre la basura, sus pocos ingresos suele compartir con algún compañero de tareas.
La fuente de su ingreso es un carrito que él mismo diseñó. “El carrito es una ayuda grande, gracias al carrito puedo trabajar, a veces consigo un trabajo de changa para tirar escombros o llevar tierra o chatarra”.
El hombre vive en un asentamiento en Santa Rita y dijo que se ayudan entre familia, “mis hijos trabajan, algunos bien otros más o menos, nos ayudamos entre todos y cuando uno estuvo flojo en la changa otro le respalda. Para eso somos familia”, señaló.
Pereyra dijo que empezó a cartonear cuando perdió la posibilidad de acceder a un trabajo en relación de dependencia y hoy lamenta no contar con ningún tipo de cobertura. Cada vez le cuesta más salir a trabajar con sus achaques.  Acerca de la tarea de reciclaje que realiza y que beneficia al cuidado del ambiente consideró que los vecinos aprecian su trabajo, “ya tengo todo un recorrido que empiezo a las siete de la mañana, voy por los almacenes y negocios que la gente me separa la basura, tengo un lugar donde vendo los cartones y otro comprador para las maderas, me pagan en el día así que por suerte tengo para ir tirando”.
En cambio, reclamó que las autoridades no ayudan a las personas que trabajan en la calle. “Sería bueno que se preocupen por apoyar nuestro trabajo que es de limpieza y también que nos den alguna ayuda porque hay muchos viejos, no tenemos ni doctor ni comida nada, sólo vivimos de lo que nos da la changa es sacrificado”.
Según cifras de 2010, al centro de acopio de Villa Cabello llegan 70 personas por día con su carga, mayormente de papel y cartones. 
El centro llega a pagar hasta 50 pesos a un cartonero según el volumen del material recolectado.
Son muchos los niños que realizan la tarea de buscar material reciclable entre la basura.

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