Cinco películas que hay que ver de Jack Nicholson

Nunca es mal momento para repasar la carrera de uno de los mejores actores en la historia, es por eso elegimos 5 películas que si o si debes ver de Jack Nicholson, una estrella de Hollywood que acaba de cumplir 87 años.
miércoles 24 de abril de 2024 | 13:00hs.

Nunca es mal momento para repasar la carrera de uno de los mejores actores en la historia, es por eso elegimos 5 películas que si o si debes ver de Jack Nicholson, una estrella de  Hollywood que acaba de cumplir 87 años.

 Considerado por muchos una fuerza de la naturaleza, Jack Nicholson es uno de los pocos actores que pude presumir de haber vivido gran parte de la Historia del cine, hasta el punto de que sería difícil entenderla sin su figura. Un hombre que ha trabajado con los grandes maestros y que ha sabido adaptarse a los cambios de una industria que conoce desde los cimientos gracias a sus comienzos de la mano del todoterreno Roger Corman. Una leyenda viva que en los años setenta descubrió que su hermana era en realidad su madre y la que él creía su madre, su abuela.

Hagamos un repaso por esta leyenda viva de Hollywood a través de algunas de sus películas más emblemáticas.

Chinatown (1974)
Dirigida por Roman Polanski, esta película supuso, de la misma manera que El Padrino, un auténtico choque de trenes que salió bien. La mezcla de talento es difícil de asimilar pues reunió, además de al cineasta polaco, la escritura de Robert Town, un reparto estelar encabezado por Nicholson, Faye Dunaway y el director John Huston, así como la producción del emergente productor Robert Evans, que tenía buen olfato para reunir a los mejores. La película se centra en un detective privado de poca monta, Jake Gittes, que se ve envuelto en una trama en la que nada es lo que parece. Tras la visita de una mujer que quiere contratar sus servicios para investigar la presunta infidelidad de su marido, el protagonista descubrirá que detrás de ese suceso sin importancia se esconde una oscura trama inmobiliaria en la que también hay espacio para los más retorcidos secretos familiares que nadie pudiera sospechar.

La película supone una de las últimas interpretaciones sobrias de Nicholson, el cual sucumbió a su tendencia histriónica tras recibir el Óscar por Alguien voló sobre el nido del cuco, dirigida por Milos Forman un año después.  Aquí encarna a un tipo de escasa credibilidad que se abre camino por la vida como puede, ante el desprecio de sus compañeros de profesión. Su interés por desentrañar el secreto que se va desvelando ante sus ojos lo convertirá en una persona mejor. Nicholson le otorga al personaje un aire de perdedor entrañable con aires de seductor y, sin duda, consigue hacernos empatizar con él hasta el punto de que su presencia resulta lo único luminoso en una trama cada vez más turbia.

 The Shining (1980)
Stanley Kubrick adaptó la famosa novela de Stephen King, The Shinning, en la que cuenta la historia de Jack Torrance, un escritor alcohólico que encuentra un trabajo como vigilante del Hotel Overlook durante el invierno. Allí, él y su familia, permanecerán alejados de todo durante la temporada baja. Pero su hijo Danny pronto comenzará a sentir presencias extrañas en el lugar y el propio Jack verá como sus demonios interiores se apoderarán de él, poniendo en peligro su vida y la de su familia.

Quizás nos encontremos ante la interpretación del actor que más ha dividido al público. Considerada por un amplio sector de la audiencia como sobreactuado, aquí nos brinda la que quizás sea su composición de personaje más desquiciada. Sin duda alentado por los deseos estéticos de Kubrick, quien en el pasado también le había dado alas a los excesos interpretativos de Peter Sellers y que, sin lugar a dudas, no buscaba una representación naturalista sino más bien un estudio abstracto de la obsesión, sin ningún tipo de concesión al realismo. A pesar de las duras condiciones del rodaje y del carácter difícil del Kubrick, de la película se desprende la buena sintonía entre el cineasta y el actor, y éste último supo darle lo que quería al mismo tiempo que dio rienda suelta a su registro más delirante.

 Batman (1989)
A finales de los ochenta, Warner Bros. llevó a cabo la primera adaptación cinematográfica oscura del Señor de la noche. De la mano de Peter Guber y Jon Peters, y bajo la dirección de Tim Burton, la famosa historia sobre el huérfano multimillonario reconvertido en justiciero nocturno, rompió récords de taquilla e inauguró una franquicia a la que le queda gasolina para muchos años. La elección inicial de Burton para el papel era Brad Dourif, pero el tiempo ha demostrado que Nicholson se desenvolvió como pez en el agua y creó uno de sus personajes más icónicos. Aquí interpreta al gánster Jack Napier que, tras una pelea con Batman, caerá en un tanque de ácido y se convertirá en el temido archienemigo que todos conocemos.

Sin lugar a dudas, el personaje de Jóker ha sido uno de los que mayor rédito económico le han supuesto, ya que renunció a un salario mayor a cambio de tener un porcentaje de los ingresos en la taquilla. La jugada le salió redonda y el recorrido de la cinta por todo el mundo contribuyó a llenar los bolsillos del bueno de Jack. El cartel de la película colocaba su nombre por delante del de Michael Keaton, que interpretaba a Batman, y lejos de los motivos comerciales, el carisma de Nicholson nos hace interesarnos más por el personaje antagonista pues, a estas alturas de su carrera, era toda una estrella y su magnetismo estaba muy por encima del papel que interpretara.

Mejor… Imposible (1997)
James L. Brooks volvió a reunirse con Nicholson tras su colaboración en La fuerza del cariño y el resultado fue uno de esos proyectos tocados por una varita mágica, en los que todos los elementos funcionan a la perfección. La historia se centra en la vida de un escritor de novelas románticas con trastorno obsesivo-compulsivo. Las circunstancias harán que su vecino gay y una camarera por la que siente algo incapaz de reconocer, tambaleen los cimientos de su estructurada vida y le hagan confrontarse con una mejor versión de sí mismo.

La película que le valió su tercer Óscar es también una de las más queridas por el público. Su interpretación del excéntrico e insoportable Melvin Udall nos llegó a todos al corazón, y es que, las historias de redención de esos Scrooges a los que tan a menudo interpreta Bill Murray, son muy del agrado del público. Aquí hace una interpretación más contenida pero con destellos del Jack que todos queremos ver. También nos regaló, con permiso de Aaron Sorkin, una de las frases más inolvidables de su filmografía: “tú haces que quiera ser mejor persona”.

 A propósito de Schmidt (2002)
Warren Schmidt acaba de jubilarse y descubre que no sabe qué hacer con su tiempo. Además, su hija se va a casar con un tipo al que detesta. Y por si esto fuera poco, su mujer muere de forma repentina. Tras descubrir que ésta le había sido infiel en el pasado y sin nada que perder, decidirá emprender un viaje con el fin de convencer a su hija que desista de su idea de casarse con su prometido. El viaje en furgoneta por la América profunda será también un viaje a su interior.

Sin duda uno de los últimos grandes papeles de Nicholson, con permiso de Francis Costello. Aquí, bajo las órdenes de un cineasta con talento para la dirección de actores como Alexander Payne, el intérprete se adentra en un registro más intimista y nos regala un personaje melancólico. Nicholson hace un ejercicio de introspección al representar a este hombre abatido, que siente que ya lo le quedan razones para vivir. Hay algo de testamentario en esta cinta, a pesar de que tenga más de veinte años. Tiene un sabor amargo a despedida, y Nicholson nos regala uno de sus papeles más duros.

 

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