1. Elegir un tema conocido
Si tenés la posibilidad de elegir el tema, aseguráte de que sea uno que manejes bien. ¿Cuántas veces hemos ido a rendir un examen con el tema a medio saber? Esto ineludiblemente genera nervios e inseguridad.
2. Ensayar
Prepará bien el discurso. Practicá frente a tus amigos, familiares, incluso frente a un espejo. Cuanto más ensayes, mejor te irá.
3. Averiguar el tipo de público
Averiguá qué público vas a tener. Cuanto más sepas acerca de quienes estarán en el auditorio, más segura o seguro te vas a sentir.
4. Conocer el lugar
Días antes de la exposición, acércate al lugar de la disertación y recorrélo para familiarizarte con él.
5. Tener actitud positiva
Si tenés la capacidad de afirmarte a vos mismo que te ira mal, que vas a hacer el ridículo y que la mente se te pondrá en blanco ¡Frená! Hacé el ejercicio de concientizar tus emociones, esto te ayudará a cambiar el chip para visualizarte positivamente.
6. Usar la respiración diafragmática
Este tipo de respiración sirve para relajarte, inhalando aire en tres tiempos y exhalando por la boca suavemente, antes y durante la exposición.
7. Mantener el contacto visual
Mirá al público a los ojos, sus rostros. Conversá con ellos y procurá mirar a todos, del primero hasta el último, con una mirada amigable y serena.