Plantó la semilla que al germinar dio como frutos: nobleza y sensibilidad

Domingo 16 de marzo de 2008

Jovita Dora del Valle de Silva es conocida por sus múltiples cualidades. Quienes vivieron en Misiones saben de su popularidad como locutora de la única radio posadeña que había en esta provincia. Jovita, de destacada personalidad ,en varios aspectos.  En primer lugar está plasmado en su vida activa, su condición  humana. Ya que sabe dar y recibir amor. Así la conocimos desde que inició su carrera como maestra de grado, conjuntamente  con otras  actividades. Una de ellas tiene que ver, con la comunicación radial.
Ya  sea por su sencillez, ese don de abrir el corazón tan claro como el agua. Es que gozó toda su vida del respeto de la gente, que constantemente , la gente demuestran su cariño hacia su persona. Por sus nobles sentimientos.

Su familia
Jovita Dora del Valle de Silva, nació en Candelaria, hija de Pablo Agustín del Valle, oriundo de Concepción del Uruguay  y de Dora Doretto Cortti, nacida en Santo Tomé, Corrientes. Tiene cinco hermanas con quienes se brindan apoyo mutuamente, porque son “familieros”, una característica propia de su ascendencia italiana. Siempre tuvieron el lema, “ lo primero es la familia “ . Son ellas las ex docentes como  Jovita Dora; Blanca Esther , Nydia,Beatriz , Darma Rosa
Nos contó que fue feliz en toda su existencia, y que desde niña en los juegos infantiles, como las rondas y el martín pesacador, ella siempre quería ser la primera en ganar. “Una característica propia de quienes nacen el 1 de agosto”, aseguró. Algo similar le ocurrió en la  vida real, puesto que  en los lugares en que le tocó desempeñarse, tuvo siempre éxito y por lo tanto buena suerte.
Recuerda de su niñez ,los delantales con moño, atado atrás. En especial el cariño con que se criaron, escuchando los sabios consejos de su padre, que les  enseñaba a ser buenas cristianas y  a decir al levantarse y acostarse: “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la virgen María y el Espíritu Santo”. O bien a rezar “Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, hasta que descanse en los brazos de Jesús , José y María”. Ella reza al pie de la letra que les enseñó su progenitor.

En Posadas
Cuando su familia se trasladó desde Candelaria a esta ciudad, Jovita cursó la primaria en la Escuela “Fraternidad” cuando eran docentes las señoras de Margalot, de Amores, Ramírez Barrios, Ana María Galián y Márquez Palacios.
Vivían  entre Salta y Catamarca , donde disfrutaba con sus amigas, una barra grande integrada por Joya Bistoletti, Nélida Acosta, su amiga del alma, Irma Anselmo y Mabel Gómez
Se recibió de maestra gracias a que su hermana mayor ya trabajaba como docente , puesto que su padre había fallecido. Alternando con sus estudios, asistía a las reuniones bailables del Progreso, Casa Paraguaya, Club Mitre, todos famosos por los carnavales. Las chicas y muchachos bailaban los ritmos contagiosos hasta el cansancio. Sobre todo las damas, que se disfrazaban de hombre. También fue campeona de básquet femenino e integró la selección misionera ,de ese deporte . Compitían  en la Capital Fefederal. Jugaba en el club Unión de la calle Sarmiento, donde hoy existe una placa con el plantel de ese entonces. En un club del interior, el equipo femenino de básquet lleva su nombre, afirmó.
En cuanto a sus profesores, nombró a Victorino Mutinelli, Romero, Alvarenga, Giménez Giorio de Colombo, Apóstolo, entre otros.

Una vida llena de matices
Conocida docente y locutora, inscursió con ahínco en varias actividades, entre ellas la publicidad. Junto a su esposo Carlos Jorge Exequiel Silva, ya fallecido, tuvieron  una hija, Nuria Alejandra, y ambos completaron su felicidad.
Él nació en Buenos Aires y al poco tiempo de llegar a Posadas fue novio de Jovita. Se casaron en la Catedral. El destino hizo que después de varios años naciera su querida hija, de quien  los esposos estaban  orgullosos. Según cuenta nuestra entrevistada, Nuria recibió de su padre la honestidad, la servicialidad, el amor al estudio y  al prójimo, como debemos ser todos, expresó.

Fogatas
Con respeto a la escuela N° 22, donde ejerció hasta que se jubiló, dijo que tenía un plantel de maestras a quienes ella quería de alma. Al igual que a sus alumnos, porque toda la vida soñó con ser madre y de allí sus desvelos hacia ellos.
En la calle, frente al establecimiento, se realizaban las fogatas en las noches de San Juan, a las que todo el barrio asistía. Era un acontecimiento poco visto, del cual ella era organizadora, además de otras reuniones a beneficio de la cooperadora escolar. La gente decía “la escuela de Jovita”, ya que era una animosa conductora de estos eventos.

“Querer es poder”
Para Jovita, que tiene fe, su vida fue muy trasparente. Tiene la conciencia tranquila porque en cada paso ,siempre prevaleció la amistad. Su entrega de lleno a las personas que quería y a los posibles enemigos. Dijo que Dios fue generoso con su familia, y ella no hace nada sin pensar en el ser superior que nos guía.
Se entristece cuando habla de su esposo fallecido, lamenta su ausencia porque se amaban. Eran   novios eternos, junto a su hija que los acompañaba siempre. “Lo extraño a horrores”, expresó con un dejo de tristeza.

Otros aspectos
Es digno mencionar que esta valerosa mujer., es sobre todas las cosas un ser humano exquisito, se siente mimada por la comunidad. Y ella da todo lo que siente y tiene, en especial, optimismo y amor. Recordó a sus colegas de la radio; Pitti Luque, Aída González, Silvio Orlando Romero, apodado “El tío”, y que también a ella le decían “tía Jovita”.
No olvidó a las emisoras radiales LT 4, filial de LRA Radio Splendid de Buenos Aires. También la radio de Madelaire, “Argentina y libre” famosa por dicha frase. Asimismo, citó otras facetas de su vida, como animadora y recitadora, que le brindaron satisfacciones.Trabajó junto a su esposo, excelente productor y dibujante, en “Delcar Publicidad”, que fue la primera agencia aupiciadora del Festival Nacional de la Música del Litoral.Recordó que las crónicas sociales radiales ,le escribía el pereiodista deportivo Juan Manuel Irrazábal.
Una de sus pasiones eran los llamados telefónicos, que marcaron la prueba de fuego de su carrera, con el programa “Juventud y la música”. Hasta hoy la gente le hace pedidos musicales. Fue la locura de la juventud. Ella estaba dichosa por complacer a quienes querían escuchar sus canciones preferiddas.
Recordamos que Jovita fue la primera animadora de los desfiles de modelos que se realizaron acá,  además de espectáculos de ballet a beneficio. En sus mensajes radiales dedicados a las familias especialmente. En cuanto a los temas musicales, los propalaba por radio de 14 a 17. Recibía los llamados telefónicos y las cartas del interior de la provincia.La recordamos por su buena disposición para los demás, sin tapujos de ninguna clase. Está bien consigo misma y con Dios. 

La docencia y la comunicación
Un rasgo pocas veces citado es su afición por la docencia, que caminó a la par de la locución. De ambas actividades hizo su apostolado. Es grande el fervor que manifiesta cuando habla de sus pequeños alumnos del primer grado . Del tiempo en que ejerció en el aula durante 11 años.
Sus primeras armas como maestra las hizo ejerciendo en la escuela de colonia Chapá, cerca de colonia Alberdi. Más adelante en Oberá. Aquí tuvo como compañeras de tarea a Irma Anselmo y María Mussi.  Más tarde consiguió el traslado a Posadas y se desempeñó en la escuela de Parque Adam cuando era director Teófilo Puentes.
Ya en esa época empezó su incursión en la radio, alentada por la locutora Martínez. Comenzó a leer los informativos sociales y luego animó el “Radio Club Infantil”, dirigida por don Carlos Madelaire y su esposa Bienvenida de la Paz Kriskovich. Allí comenzó un apostolado que fue otra de sus pasiones. Porque como mujer sensible, que amaba la vida y a la gente, todo lo que emprendía lo hacía de corazón. Con la mejor buena onda, aseguró con énfasis la popular Jovita.

Mercedes “Mecha” Villalba