José
Artigas -Teniente Gobernador-
Casi
simultáneamente al alejamiento del general Belgrano del
territorio misionero, tras su fracasada expedición al Paraguay,
su gobernador Tomás de Rocamora será relevado de su cargo,
abandonando la provincia a fines de mayo de 1811. Al no nombrársele
sucesor, la provincia de Misiones, con el departamento de
Candelaria ocupado por los paraguayos y reducida por los hechos
a sólo 10 pueblos, será gobernada momentáneamente por sus dos
subdelegados: Celedonio José del Castillo en el departamento de
Concepción y Bernardo Pérez Planes en el de Yapeyú,
subordinados directamente a la autoridad de Buenos Aires.
En octubre, cuando a raíz del tratado firmado con el virrey Elío,
las tropas enviadas a la Banda Oriental deben abandonar dicho
territorio, el gobierno porteño encuentra oportuno
“restablecer la tenencia del gobierno del departamento de
Yapeyú”. Por cuya razón el 15 de noviembre nombra al “Señor
Coronel Don José Artigas para el correspondiente desempeño de
aquella Jurisdicción Real y Militar (...) Teniente Gobernador
Justicia Mayor y Capitán del expresado Departamento y sus
partidos”, situando su residencia en Santo Tomé.
No decartándose las razones políticas que pudieran existir
–de mantener ocupado y alejado del escenario central del Río
de la Plata al caudillo oriental–, las principales causas de
este nombramiento hay que buscarlas en la crítica circunstancia
militar que en esos momentos vivía el Triunvirato con respecto
a nuestras fronteras orientales y en la delicada situación que
había quedado la provincia de Misiones luego del alejamiento de
Belgrano y de Rocamora.
Desde el punto de vista institucional vemos, por parte del
Gobierno de Buenos Aires, la intención de restablecer –en el
caso de Misiones–, las Tenencias de gobierno, de acuerdo al
antiguo sistema colonial que otorgaba a sus autoridades mayor
poder y autonomía con respecto al gobierno central y, aunque en
este caso desaparece la figura de gobernador, en la práctica y
en los hechos veremos que el Teniente de Gobernador del
Departamento de Yapeyú, Artigas, se convierte en el de todos
los pueblos misioneros, es decir gobernador de los 10 pueblos
que entonces respondían al Gobierno Superior Provisional del Río
de la Plata.
Instalado en su Campamento del Salto, en la margen occidental
del Uruguay, en territorio misionero, luego de dirigir y llevar
a buen término esa heroica epopeya que fue el llamado Éxodo
del pueblo oriental, José Artigas, con el grado de coronel y 47
años de edad, no sólo asumirá la responsabilidad de gobernar
a los misioneros, sino que seguirá siendo el jefe de los
orientales.
Desde su cuartel general, el 10 de diciembre Artigas comunicará
al Corregidor y Cabildo de Santo Tomé, pueblo en el que debía
fijar su residencia y que de hecho se había convertido en la
nueva capital misionera, su designación como Teniente
Gobernador, disponiendo que la misma debía ser trasladada “a
los Jefes militares y cuerpos municipales” de los demás
pueblos. Conjuntamente con esta comunicación, enviaba tres
ejemplares del Estatuto Provisional o Acta Cívica, para su
publicación y juramento.
Al mismo tiempo que los corregidores y cabildos reconocían al
nuevo gobernante también en solemnes actos vecinos, tropas y
jefes militares, seguidos de misas de acción de gracias,
juraban el Estatuto Provisional y reconocían al “Gobierno
Superior Provisional de las Provincias Unidas del Río de la
Plata”. Así lo hicieron La Cruz el 28 de diciembre, Yapeyú
el 31 y Santo Tomé, el 1º de enero de 1812.
Como Teniente Gobernador del departamento de Yapeyú –en los
hechos lo era también de toda la Provincia–, le corresponderá
a Artigas la aprobación de las elecciones de los cabildos del
departamento de Concepción las que, como en los otros pueblos,
se seguían realizando anualmente según la antigua costumbre
colonial. Asimismo le corresponderá al caudillo oriental
instruir al subdelegado de dicho departamento, Celedonio del
Castillo, sobre las disposiciones militares que había que
adoptar, ya que este quedó subordinado lo mismo que el
subdelegado del departamento de Yapeyú Bernardo Pérez Planes.
A éste último incluso lo suspenderá en sus funciones.
Posteriormente, ante una solicitud del Triunvirato, levantará
la medida.
Durante su gestión como gobernante misionero, Artigas no tuvo
oportunidad de trasladarse ni de conocer Santo Tomé, pueblo
donde se había fijado su residencia. De hecho Salto Chico, en
lo que hoy es la localidad entrerriana de Concordia y a 50 km
aproximadamente de la incipiente población de Mandisoví, se
convertirá transitoriamente en la capital misionera. Lo más
cercano que llegó a los antiguos pueblos misioneros, fue a la
Capilla de San Gregorio, en la estancia fundada por Juan de San
Martín, padre del libertador, en el rincón formado por el
Mocoretá y el Uruguay.
Las
milicias misioneras y el plan de Artigas
Manuel Belgrano, que ya en su Reglamento para los
naturales misioneros encontraba “indispensable que se levante
un cuerpo de milicias”, aprovechará su estadía, antes de
retirarse en abril de 1811, para impulsar la formación de estos
cuerpos, los que siguiendo sus indicaciones, fueron colocados
bajo el mando de los corregidores que –con el grado de capitán–,
actuarían como comandantes de las mismas.
Bajo la gestión de José Artigas estos cuerpos recibirán un
nuevo impulso, convirtiéndose posteriormente en los más fieles
seguidores del jefe oriental y de sus ideas. Las mismas tendrán
la misión permanente de custodiar la frontera del Uruguay,
constantemente amenazada y perturbada por la acción de los
portugueses, actuando bajo sus órdenes en coordinación con el
grueso del ejército acantonado en Salto Chico.
Habiéndose reanudado las hostilidades con los portugueses,
Artigas –que ya el 21 de diciembre pudo desalojarlos de Belén–,
a mediados de febrero de 1812 exponía al gobierno de Buenos
Aires un plan de campaña por el cual, luego de asegurar el
control del río Uruguay, se ocuparían los pueblos de las
misiones orientales para –en forma envolvente–, desde Santa
Tecla aislar al ejército portugués estacionado en Maldonado, y
después ir sobre Montevideo.
El plan no se pudo llevar a cabo, ya que para concretarlo debía
no solamente disponer de sus tropas orientales, correntinas y
misioneras, sino también de la ayuda de los paraguayos y el
respaldo del gobierno porteño. La prudencia de este último más
la política que, poco a poco, se irá consolidando en el
Paraguay, de aislacionismo y neutralidad en cuanto a los sucesos
del Plata, lo harán naufragar. Recién en 1816, actuando ya
como “Protector de los Pueblos Libres”, ante una nueva
invasión portuguesa a la Banda Oriental, tratará de reeditar
el plan. A su hijo adoptivo Andrés Guacurarí, Comandante
General de Misiones, le tocará emprender la campaña sobre las
misiones orientales; pero los tiempos y las circunstancias no
eran las mismas y se fracasará en la intentona.
La
acción de Yapeyú y el asalto a Santo Tomé
Entre las diversas acciones llevadas a cabo en
defensa de la frontera oriental, merece destacarse el rechazo
que, el 26 de marzo, se realizó en Yapeyú a una intentona
portuguesa de tomar la referida población. Ante la posibilidad
de que la misma volviera a repetirse, Artigas dispuso el envío
inmediato de 100 hombres armados para reforzar el punto.
Pero, sin lugar a dudas, la más destacable es la llevada a cabo
en Santo Tomé los días 4 y 6 de mayo. Ya con anterioridad, a
mediados de febrero, el jefe oriental había dispuesto la marcha
del comandante Fernando Otorguez, con su división de 150
hombres, a situarse en dicha localidad para, desde allí,
“sostener cualquier operación a que se vean obligados
aquellos hermanos nuestros si fueran invadidos”. Su previsión
fue acertada, ya que el 4 de mayo el comandante general de las
Misiones Orientales, Francisco das Chagas Santos, aprovechando
que las solicitadas divisiones correntinas no habían llegado,
con 400 hombres y seis piezas de artillería ataca a Santo Tomé.
Sus defensores optan por replegarse al reducto formado por la
iglesia, el colegio y el cuartel, donde resisten al asalto pese
al intenso fuego de artillería, obligando a los invasores a
retroceder. El día 6 se repite la intentona, con similares
resultados, haciéndolos desistir de la toma del pueblo y
repasar el Uruguay.
La acción de Santo Tomé se inscribe entre los primeros grandes
hechos de armas, donde los bravos misioneros hermanados con los
orientales, tuvieron la oportunidad de demostrar su valor y
destreza defendiendo uno de sus bienes más preciados: el solar
nativo. Si bien se pudo rechazar al invasor, lamentablemente no
se pudo impedir la destrucción y saqueo de la campaña y el
robo de gran número de ganado, muy propio de Chagas, como
veremos en años venideros.
En junio, el Brigadier Chagas tratará nuevamente de incursionar
en la zona, esta vez dispuesto a atacar La Cruz. Un oficio
remitido por Elías Galván, recientemente llegado con sus
tropas correntinas, en el cual le comunica la suspensión de las
hostilidades como consecuencia de las negociaciones entabladas
entre la Corte portuguesa y el gobierno de Buenos Aires, lo
detendrá en la intentona.
Los
sucesores de Artigas
Habiendo llegado al territorio misionero las
solicitadas tropas correntinas para auxiliar a las fuerzas de
Concepción y de Yapeyú, al mando del teniente de gobernador de
Corrientes don Elías Galván, Artigas decide, el 22 de mayo, en
mérito a su rango, nombrarlo “Comandante General de aquellas
Armas”.
Luego de firmado el 24 de mayo el tratado Rademaker-Herrera, que
contemplaba el cese de hostilidades con Portugal y la evacuación
de las tropas del general Diego de Souza, e instalado a mediados
de julio en Salto Chico, el vocal del Triunvirato, Manuel de
Sarratea, como “General en Jefe del Ejército de Oriente y
Capitán General de la banda oriental del Paraná”, la
presencia del caudillo oriental en territorio misionero no será
ya necesaria, y es así que éste retornará a su patria con su
tropa para, posteriormente, incorporarse al 2º sitio de
Montevideo.
Ante su próximo alejamiento y en medio del conflicto que
estalla entre Sarratea y Artigas cuando el primero dispuso las
órdenes de marchas del retorno a la banda oriental, aquél
nombrará el 16 de agosto a Elías Galván “Teniente
Gobernador de todos los pueblos de Misiones”. Como vemos, se
rectificaba el error incurrido anteriormente en el nombramiento
de Artigas limitado al departamento de Yapeyú, aunque en los
hechos fuera de toda la provincia, por el ahora más explícito
“de todos los pueblos de Misiones”.
El nuevo gobernante se instalará en La Cruz, pero por poco
tiempo. El 13 de noviembre será propuesto para un nuevo cargo:
el de comandante general de Entre Ríos, nombrándose para
sustituirlo interinamente al subdelegado del departamento de
Yapeyú, don Bernardo Pérez Planes. El Superior Gobierno de las
Provincias Unidas del Río de la Plata el 21 de noviembre daba
su conformidad a dicho nombramiento.
Bernardo Pérez Planes gobernó la provincia de Misiones desde
noviembre de 1812 hasta el 19 de marzo de 1814 cuando, en La
Cruz, cae derrotado por las fuerzas combinadas de Basualdo y
Matiauda. Su extenso mandato fue bastante accidentado por las
continuas divergencias entre el gobierno centralista del
Triunvirato y José Artigas, defensor de la soberanía
particular de los pueblos, quien encontraba entre los naturales
misioneros campo fértil para el desarrollo de sus ideas.
Pérez Planes, militar de fuerte carácter, disciplinado y fiel
a su gobierno, durante su mandato debió hacer frente a la
rebelión promovida en la zona de Mandisoví por Domingo Manduré
y otros caudillos que obedecían a José Artigas, para ese
entonces decididamente enfrentado al Gobierno de Buenos Aires.
Esas insurrecciones, que contaron con la adhesión de buena
parte de los yapeyuanos y actitudes de rebeldía y desórdenes
en La Cruz, fueron reprimidas con energía por Pérez Planes,
quien se convirtió en una figura impopular entre las masas
misioneras, cada día más adictas a la causa pregonada por el
caudillo oriental.
Blás
Basualdo y Vicente Antonio Matiauda
El abandono de Artigas del 2º sitio de Montevideo, a
principios de 1814, significará en los hechos, su ruptura con
el Gobierno de Buenos Aires. El subdelegado del departamento de
Candelaria, el paraguayo Vicente Antonio Matiauda,
desobedeciendo órdenes de su gobierno y aliándose a Artigas,
invade el departamento de Concepción en marzo de 1814,
derrotando y deponiendo al subdelegado Celedonio José del
Castillo. Posteriormente, uniéndose a las tropas de Blás
Basualdo, el 19 de marzo derrotan en La Cruz al teniente de
gobernador Bernardo Pérez Planes, quien terminará siendo
ajusticiado en Belen el día 30.
Como resultado de estas acciones, la Provincia de Misiones pasará
a ser parte integrante de la Liga de los Pueblos Libres,
quedando a cargo de su gobierno Blás Basualdo. Matiauda vuelve
a Candelaria pero, al ser depuesto por el gobierno de Asunción
que deseaba permanecer neutral en el conflicto, regresa y luego
de entrevistarse con el caudillo oriental, será nombrado por éste,
Comandante General de Armas a partir de mayo.
Los confusos acontecimiento que se sucedieron con posterioridad
–el pronunciamiento correntino a favor de Buenos Aires, así
como la ocupación de Arroyo de la China y el Salto por las
tropas directoriales–, decidieron a Matiauda, a cambiar de
bando. El 19 de septiembre será nombrado por el Comandante Blás
Pico, “Gobernador Interino del departamento de Yapeyú” y
luego por el propio Directorio: “Coronel graduado y Teniente
Gobernador de los Pueblos Misioneros”. Por las fechas, vemos
que este nombramiento dejaba sin efecto al anterior decreto del
10 de septiembre, llamado también “decreto Posadas”, por el
cual, al crearse la provincia de Corrientes, se incorporaban a
la misma los pueblos de Misiones.
Mientras Matiauda, que en ningún momento tuvo conocimiento del
decreto del 10 de septiembre y quedaba gobernando la Provincia
subordinado a las autoridades de Buenos Aires, el entonces
subdelegado del departamento de Concepción, Gregorio Rodríguez,
sí tendrá conocimiento del mismo por medio del Cabildo de
Corrientes. Aceptará subordinarse a la autoridad correntina,
dando lugar a una confusa situación que por poco tiempo vivirá
Misiones: por un lado Matiauda, revestido por el propio
Directorio con el cargo de “Teniente Gobernador de los pueblos
de Misiones”, actuando bajo las órdenes del gobierno central,
y por el otro su subordinado Rodríguez, obedeciendo a
Corrientes, con la promesa de ser reconocido por “Comandante
General Político y Militar de los departamentos de Concepción
y Yapeyú”
Esta contradictoria situación no se aclarará ni durará mucho
tiempo: los sucesos se desarrollarán precipitadamente y la
situación volverá a cambiar totalmente; esta vez en favor de
Artigas. Tanto Matiauda como Rodríguez no se podrán acomodar a
las nuevas circunstancias, y los paraguayos invadirán el
departamento de Concepción tomando prisioneros a ambos.
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