Vecinos del paraje Laguna Azul en riesgo por falta de agua potable

Lunes 20 de febrero de 2017
Vecinos optan por distintas estrategias para contar con el agua. | Foto: Fabián Acosta
En el Noreste de la provincia, dentro de Bernardo de Irigoyen, se encuentra el paraje Laguna Azul, situado sobre la ruta provincial 17 a pocos kilómetros de la frontera seca con Brasil.
El crecimiento demográfico es notorio. En apenas unos años, el lugar pasó a poblarse considerablemente y hoy cuenta con aproximadamente 200 familias.
Más allá de la expansión demográfica y el leve crecimiento económico, aún continúan con un problema muy grave, la falta de agua potable. Hace varios años, los vecinos luchan para contar con el servicio básico.
Los acuíferos son muy escasos en el lugar, es por eso es que la lucha se torna una constante. Algunas familias cuentan con pozos caseros. Otros, se las ingenian para tener el líquido vital tanto para el consumo propio, como así también para los animales.
Los tajamares son comunes en el lugar. Muchos son los que aprovechan las pendientes del terreno, y traen agua con mangueras de la casa de algún vecino, así también, los trasladan con baldes. Cada habitante se las tiene que ingeniar para contar con el preciado líquido.
En diálogo con El Territorio, el intendente de Bernardo de Irigoyen, Guillermo Fernández, comentó: “Hay un proyecto nacional que lo estamos trabajando, con el Enohsa (Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento), hicimos catorce pozos perforados en distintos barrios y parajes del municipio, en Laguna Azul ya hay dos pozos con tanques elevados”.
Además, mencionó que sólo resta el último pago para concluir las obras. “Con esos pozos y las correspondientes conexiones y distribuciones, iremos solucionando los problemas de la falta de agua en los distintos parajes”, indicó el jefe de la comuna.
Según pudo averiguar este matutino, las obras realizadas hasta el momento, fueron inspeccionadas y aprobadas por el Gobierno nacional, por lo que faltaría sólo algunos trámites para el recibo del dinero faltante.
En este sentido, hay que destacar que la falta de agua conlleva serios riesgos a la salud, más aún en los chicos. Las altas temperaturas se hicieron presentes a lo largo de la provincia, por lo que no consumir suficiente agua, podría traer graves consecuencias en el organismo.
El mal estado del líquido, también es un riesgo constante para los pobladores. Problemas del estómago o de la piel son los más frecuentes. Los niños y los adultos mayores son los más vulnerables en este sentido.

La Escuela 866 también sin agua
La carencia del agua, también se hace sentir en la escuela primaria del lugar, la Escuela Provincial 866, que cuenta actualmente con más de 300 alumnos.
El establecimiento educativo, cuenta con un pozo perforado hace dos años. Sin embargo, hasta fines del año pasado, aún no contaba con una bomba, tanque elevado y ni siquiera las cañerías correspondientes.
Finalmente, después de haber solucionado estos inconvenientes, otro problema daba el presente. La baja tensión energética hacía que la bomba funcionara de manera incorrecta, por lo que la falta de agua persistía por momentos.
Tras gestiones de la directora de la escuela, Alicia Gerula, en diciembre del 2016, se consiguió un transformador, y así, finalmente se pudo instalar la bomba. A pesar del gran logro obtenido, la instalación sigue siendo precaria, como así también la instalación de distribución, ya que todavía no cuentan con un tanque elevado con sus correspondientes accesorios. Cabe destacar que antes de contar con el pozo y la bomba de agua, gracias a la colaboración de los padres, todos los días traían el agua de una vertiente cercana a la institución escolar.

El pueblo
El nombre del poblado, según cuentan los lugareños, lo pusieron sus primeros habitantes que contaban con una laguna con camalotes, y que al dar el reflejo del sol, formaba una especie de espejo. De esta manera, se podía observar claramente el cielo.
El paraje es muy antiguo y fue creciendo rápidamente en los últimos años. Actualmente, los vecinos aseguran que más allá de algunas dificultades que vive el poblado, ven con buenos ojos el crecimiento de la economía local.
La actividad económica de subsistencia es la agroganadería. Los lugareños cuentan con cultivos propios tanto para el consumo, como así también para la venta. Asimismo, cuentan con animales que son utilizados con el mismo fin.