Unidad Penal III: la corrupción sigue vigente a pesar del escándalo en 2013

Domingo 22 de octubre de 2017
Agustín Martins, capitán del equipo de rugby, desde la cárcel.
Mientras cuatro ex jefes carcelarios de la Unidad Penal III de Eldorado esperan el juicio por las más variadas maniobras corruptas desde el 2011 al 2013, muros adentro poco cambió. Como informó este medio hace una semana, el empresario Carlos Dalmasso, condenado a doce años de prisión por abuso, es un verdadero preso vip del penal. Pero no es el único.
Según guardiacárceles, familiares de internos y ex convictos consultados por este medio son varios los que acceden a teléfonos celulares, visitas fuera de días asignados y hasta estupefacientes en la población carcelaria. Nada de esto podría suceder sin las complicidad de los propios guardiacárceles, que reciben dinero por ingresar elementos prohibidos o autorizar la llegada de familiares.

Los hermanos Fleitas
Las fuentes expuestas, que pidieron estricta reserva de sus identidades, revelaron que cuatro hermanos condenados a reclusión perpetua por el homicidio de Clemente Rodríguez (19) hace diez años son dueños y señores de la Unidad. Son Cristóbal ‘Lulú’ Argentino (33), Fermín Ariel, Norberto ‘Caín’ Osvaldo (38) y Manuel ‘Pica’ Pastor Fleitas (40).
Los hermanos están alojados en el módulo B, donde gozan “de todas las comodidades. Tienen a sus secuaces en cada guardia, a quienes cocinan a cambio de que les informen del día de la requisa”, revelaron. Entre esas comodidades, se encuentra la posibilidad de recibir visitas y mercaderías en los días entresemana, algo que no está permitido.
Siempre según los informantes conocedores de los movimientos de la cárcel, justamente hace tres jueves, a la Unidad Penal llegó una visita con mercaderías y bolsas de carbón autorizada por los jefes, que no fue requisada. A partir de esa bolsa, los Fleitas recibieron estupefacientes, algo que disponen y manejan adentro del penal.
Algunos internos tienen la posibilidad de recibir a sus familiares entresemana, pero se trata de una excepción para aquellos allegados que viven en otras localidades. En el caso de los hermanos en particular, pese a que la novia de uno de ellos vive en Eldorado, entra de todas formas.
Según se pudo indagar con ex convictos y familiares de reclusos, la droga es ingresada de a “ladrillos” y es distribuida mediante el sector panadería, ya que el personal tiene acceso a todos los módulos.
El último martes 17, hubo una requisa y, obviamente, a los Fleitas no se les encontró nada. Según se explicó, tienen una mesa de TV con ruedas y doblefondo. Allí guardan los celulares, el dinero en efectivo “y la falopa, pero nunca caen”. Los presos tiene sus mañas y ocultan los elementos prohibidos en ese tipo de muebles que ellos mismos fabrican, en los alimentos y en “algún caño roto del baño”.

Las salidas y el capitán

Las fuentes consultadas también destacaron el caso de un recluso identificado como Aníbal D. L., quien ya tiene acceso a salidas transitorias y se va a Bernardo de Irigoyen los fines de semana para ver a su familia. No sería algo irregular si la mujer no lo visitara los días sábado -los días de visita son domingo- cuando él no sale por diferentes motivos. “Los presos con transitoria no pueden recibir visitas extraordinarias”, denunciaron.
Al acceder a celulares, mucho de los internos tienen páginas de Facebook donde comparten y actualizan su vida muros adentro. Para ello, muchas veces se utilizan nombres ficticios y son muy celosos para aceptar o agregar a personas que los pueden delatar.
Entre las imágenes a las que tuvo acceso El Territorio, aparece una del capitán del equipo de rugby del penal, Los Toros, identificado como Agustín Martins.
El joven está sentado dentro del penal -en el módulo C- con una computadora en el regazo y un celular en la mano. La imagen parece provocadora y seguramente fue sacada por otro interno que también tiene un teléfono.
Paradójicamente, Martins fue condenado a 17 años de prisión en un juicio abreviado, luego de admitir el delito por homicidio agravado por uso de arma de fuego contra un policía. La víctima fue Cristian Javier Ramos (24) y había intentado separar a dos grupos que estaban jugando al fútbol y empezaron a pelear.

Preso vip
El caso más emblemático es el del empresario Carlos Dalmasso, quien según expresó uno de los internos que tenía salidas no autorizadas entre 2011 y 2013, le compraba las mercaderías de los internos para venderlas en su negocio, el Supermercado 1000, ubicado sobre la avenida San Martín. El hombre fue condenado en 2013 a doce años por abuso contra menores y hoy purga su condena en el penal.
Dalmasso está alojado en el módulo C y cuenta con los beneficios más variados, entre ellos un celular y una cómoda celda.
Además, tiene ahora información diaria desde sus cercanos mediante un interno del sector abierto que trabaja en la casa de su mujer. Este hombre le lleva las mercaderías que quiere y cuando quiere.
Estas situaciones molestan a los internos que no tienen los fondos para acceder a los beneficios. Los familiares de los internos reciben estas críticas pero no se animan a hacer denuncias ni hablar con la prensa por temor a recibir represalias.
Los trabajadores del penal también están atados de manos y les indignan las situaciones. Muchas veces reciben órdenes de arriba para que pase este o aquel, para que no se hagan requisas. Les molesta la situación y ven como los otros colegas se enriquecen con las coimas.
Un ex convicto contó en una entrevista publicada hace una semana que la corrupción en la cárcel no es exclusividad de los imputados (ver Se espera...), sino que fue una herencia de los jefes anteriores, algunos jubilados, que al parecer nunca van a rendir cuentas a la Justicia.


Se espera el juicio Hace pocos meses, se conoció la elevación a juicio contra cuatros jefes carcelarios de la Unidad Penal III de Eldorado, un hecho que regó de tinta todos los matutinos en 2013. Se trató de un escándalo de proporciones debido a que se estableció que se otorgaron salidas transitorias a internos no autorizados por la Justicia, alojamiento de reos en celdas especiales, entrega de celulares y permisos para utilizar carpas acondicionadas en el patio para visitas privadas, entre otros.
Los implicados en esta causa son César Florentín Barberán (49), imputado por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y peculado y omisión de actos de oficio, Eldermiro Javier Núñez (45) por abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y exacciones ilegales o concusión y peculado, Carlos Rubén Cabrera (44), acusado de abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público y exacciones ilegales o concusión y, por último, Hugo Víctor Flores (43), imputado por peculado, abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público y ejercicio de funciones correspondientes a otro cargo.
El primero de ellos se desempeñó como director de la UP III desde enero del 2011 hasta diciembre del año siguiente y su sucesor fue justamente Núñez, quien quedó en el cargo hasta abril de 2013, cuando estalló la investigación y se dispuso el relevo de ambos. Cabrera, por su parte, fue jefe de régimen entre julio de 2012 y abril de 2013, mientras que Flores cumplía funciones como encargado de suministro o Economato desde 2011.

Por Carlos Manuel Cardozo
fojacero@elterritorio.com.ar