Un grupo de niños del suroeste de Inglaterra pidió permiso a las autoridades del colegio para asistir a clases con pantalones cortos, debido a las altas temperaturas. Sin embargo, la directora del establecimiento le respondió con una negativa alegando que sólo podían vestir las prendas que estaban contempladas en el uniforme. En respuesta, los niños optaron por usar faldas, al igual que sus compañeras mujeres, iniciando así una protesta que se extendió por varios días.