“Una persona solidaria es un ser agradecido de la vida”
Viernes 24 de junio de 2016
Pablo Carrizo es enfermero pero empezó, a los 18 años, a trabajar en la villa La Cava de Río Cuarto en la contención de niños de barrios muy vulnerables. Hoy con 36, no sólo participa en los comedores y se ocupa de que los chicos tengan zapatillas, sino que también inculca el valor del trabajo, el estudio y hasta organiza campamentos y salidas al campo.
"Yo termino la secundaria y comienzo a trabajar en un comedor escolar. Siempre la columna vertebral del movimiento fue el apoyo escolar pero nos renovamos año a año y hasta hubo deportes, ping pong, cine, teatro, taller de radio, tantas cosas que ya me voy olvidando", destacó Carrizo.
En esa línea profundizó que se busca acompañar al niño en su proceso de madurez y aprendizaje. “Estamos con el niño. Para enseñarle, para que su corazón, su mente, los cargue de energía positiva. Cargamos la mente de educación, le damos herramientas todo el tiempo, cuando lo llevamos al cine, cuando juntamos basura. Son todas herramientas que el día de mañana el pibe se va a acordar y va a querer reproducir ese modelo. Lo que no queremos es un chico que crezca con rencores por todo lo que lo golpea actualmente”, sumó.
Asimismo para incentivar con estos ideales a cientos de niños, Pablo está completamente inmerso en el barrio: "Para integrarse totalmente al barrio , había que dormir acá, había que vivirlo. Me compré una casita acá y cada vez que puedo me quedo. Entonces uno experimenta la vida barrial desde otro lado", contó. "Yo hago miles de actividades: estudiar, trabajar, la mayoría de mis noches son en el hospital, pero lo que uno lo vive acá cotidianamente es realmente hermoso. Aprender a interpretar el barrio desde el barrio. Podría irme de cualquier lado, no de acá", agregó.
El motor solidario
Según explicó Carrizo el hilo conductor de todo ha sido "la justicia social, tanto material como afectiva y en el sentido general de integración a la sociedad, porque de alguna forma el barrio sufre una marginación".
En coincidencia, detalló que a uno lo golpea esta realidad cuando la ve de cerca. "Estamos acostumbrados al niño de la tele, de los censos, la pobreza a través de los números , eso es chocante pero es constante y lejano. Sin embargo cuando ves a tu vecinito sin zapatillas, cuando tiene nombre y apellido y creaste un lazo afectivo con ese niño; cuando se llama Martín Gonzalez, sabés la historia. Entones te golpea, tratás de revertirlo en cuanto a tu individualidad, tus posibilidades".
Por eso el hecho de ser solidario se palpa en la historia de Pablo, que alega que el principal objetivo es “entreayudarnos". "Quien necesita a alguien se le da una mano, cuando necesito ayuda, me ayudan; crear lazos solidarios entre los vecinos, los papás de los chicos, papás que hoy han sido muchos niños en su momento y han compartido el apoyo con nosotros . Yo he tenido niños en los brazos que hoy son padres de chicos que están acá haciendo actividades. Así que imaginate lo contento que están y lo gratificante que es", relató.
De la misma manera, se enfocan en las cosas positivas y no en las negativas. "Para mantenerse con ganas hay que hacer también cosas que a uno le haga bien, que a mí me gusten, que a los chicos les guste. Compartimos los gustos y nos tratamos de potenciar. No todo el tiempo es pasarla mal, porque te faltan zapatillas, pasarla mal porque tu viejo no tiene laburo, esencialmente disfrutamos de las cosas lindas. Hay momentos duros también , pero el 90 por ciento son cosas lindas en el barrio", cerró.
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