Una novela que rompe con los géneros literarios

Sábado 27 de agosto de 2016
Mazal también es docente de Teoría Literaria en la Unam. | Foto: Marcelo Rodríguez
Una novela inclasificable al mejor estilo de un Macedonio Fernández de esta época. Así definió el jurado del Fondo Nacional de las Artes (FNA) al otorgarle el primer premio al posadeño Osvaldo Mazal por su novela Darwin Poeta.
La premiación fue el año pasado y, finalmente, el libro tomó forma. Su presentación oficial será el próximo martes en el Vicente Cidade. Como antesala, el autor recibió al diario El Territorio para hablar desde su mirada como escritor, ingeniero, docente universitario y un amante de la narración.
Darwin Poeta es un libro de 460 páginas con historias que se van mezclando en distintos momentos, por los acontecimientos y los personajes que investigan en distintas líneas hasta que se arma el entramado de la historia.
¿Por qué Darwin? El personaje empezó siendo el hilo conductor pero luego se convirtió en una más de las líneas. Su estadía en la Argentina en el Beagle, su relación con una mujer mitad india y mitad blanca que luego se retoma en Inglaterra, su relación con Darwin en la tumba enterrados en Westminster son parte de la novela de Mazal.
Otra línea del relato transcurre en la Rusia de Stalin; investigadores, formalistas rusos, teóricos de la literatura se transforman -a través de la magia de la ficción- en científicos de ciencias naturales, quienes hacen un planteo sobre Darwin como poeta, luchan contra el stalinismo y, a su vez, son protagonistas de sus propias historias de amor.
La otra línea sucede en Argentina; un narrador que vive en Posadas encuentra un libro verde de su padre, y comienza a investigar. Aparecen escenas de la ciudad de hace 30 años, asesinatos y un secta extraña de músicos.
En su devolución, el jurado del FNA expresó que el libro enciende "lucecitas de todos los colores que funcionan como grandes interrogantes nunca develados".
Al respecto, el autor enumera algunas de esas preguntas: "Qué pasa con la manera en que nosotros miramos la vida a partir de teorías o de concepciones, todo el tiempo los personajes están inventando teorías más o menos delirantes sobre ellos, sobre el mundo. La otra es la relación entre la literatura y la vida. Me detengo en la historia de los poetas y futuristas rusos, aparecen cuestiones filosóficas como el suicidio, el fracaso en la vida y qué sentido tiene escribir un libro”.
Desde siempre, Mazal escribió y editó poesía. Se define como un lector empedernido y escribir una novela era su deuda pendiente. La muerte de su padre fue el momento decisivo. Apareció ese libro verde con las actas de congreso de Stalin y, a partir de ahí, durante un año, escribió su primera novela.
Actualmente, su vida se reparte entre dos profesiones, la ingeniería y la literatura. La primera fue una elección por mandato familiar y la segunda, una pasión que se canalizó en la docencia, en un programa de radio y en dos libros.
Sobre la literatura misionera, Mazal ha leído prosa de autores como Novau, Capaccio y textos de Sebastián Borkoski, también conoce el espacio de Poesía de Miércoles. “Me parece que hay cosas interesantes y otras que no. Creo que hay una cosa potente. Lo mismo pasa en música y teatro, Misiones creció mucho en ese sentido”.

En la cátedra que coordinás, ¿de qué manera se incentiva la escritura?
Estoy con ganas de hacer un seminario de escritura o producción narrativa y poética. Porque ninguna carrera de letras en Argentina está enfocada en la creación de textos. Ahora, recién se creó una carrera en la UBA de producción literaria. Acá, lo que producís son profesores, investigadores o críticos. Creo que la facultad, sobre la gente que escribe, opera de dos formas antagónicas: hay gente a la que le sirve, incorpora elementos, sigue escribiendo, enriquece su escritura y sobre todo lee mucho; pero hay gente que la facultad la paraliza y deja de escribir porque la carga de lo que lee y la teoría quizás le hace dejar, por ejemplo, la lectura por placer o se ve apabullado ante los grandes escritores.

¿Qué sucede con la posibilidad de editar un libro?
Eso hay poco en Argentina. Este año, el concurso de la FNA recibió 600 novelas; de ese total, ganan tres y el resto no recibe nada. Y además, como hay tanta gente escribiendo, es muy difícil editar. Con este libro estuve peregrinando entre dos o tres editoriales, hasta que conseguí un editor. Pero para un autor que no ha editado antes o no es conocido es muy complicada la edición. Terminan siendo ediciones de autor que no tienen buena circulación y uno mismo la tiene que hacer circular. Todo eso los escritores lo saben de sobra porque la mayoría pasa por eso. Por eso, el Estado cuanto más apoye, es mejor.

¿Cómo vivís la fusión entre la ingeniería y la literatura? ¿Son compatibles?
Eso es interesante. Siento un antagonismo, una polaridad, a veces me enojo con mi debilidad por haber seguido con la ingeniería y no haber intentado esto antes, porque siempre fue mi pasión. Pero hay gente que me ha dicho que en esta novela ven a un ingeniero en el sentido de la trama que fui armando, una especie de arquitectura de la novela. Quizás la ingeniería para algo me sirvió.

¿Qué te atrae de la escritura?
La poesía y la novela son muy diferentes. En la primera, son como fogonazos, tenes una idea y la anotas para que no se pierda. Por ahí escribís un poema en media hora, a veces lo descuartizas, lo deformas y podes cerrar en el momento. Es una especie de iluminación. Ahora, la novela, cuando te metés a crear un mundo y estás años con eso, llega un momento que no querés salirte de ese mundo. Te sumergís y te hace sentir poderoso, porque estás creando un mundo, ficcional, pero un mundo al fin. Y al mismo tiempo te sentís desvalido porque no sabés si servirá para algo o si a alguien le interesará. Pero en ese seguir y persistir, hay una dialéctica que a mi me apasiona.


Para agendar Presentación
El libro ‘Darwin Poeta’ se presentará el martes a las 20, en Sala Kowalski del Centro Cultural Vicente Cidade (Belgrano y General Paz).
Se contará con la colaboración culinaria del Convivium Posadas de Slow Food. Entrada gratuita.


Perfil Osvaldo Mazal
Nació en Posadas en abril de 1955. Es ingeniero (UBA). A los 30 años estudió Letras y realizó la Maestría en Semiótica en la Universidad Nacional de Misiones. Publicó "Mundos, diálogos y silencios" , libro de poesías ganador del segundo premio del Fondo Nacional de las Artes en 1994. Condujo el programa radial literario "De cronopios", ganador de cuatro premios Martín Fierro. Es docente de la materia Teoría Literaria en la Unam.