Una aislada aldea sampedrina tiene ahora luz gracias a paneles solares

Domingo 25 de febrero de 2018
Inmersos en los montes que alberga el departamento de San Pedro, la comunidad guaraní Yaboty Mirí mejora sus condiciones de vida mediante la solidaridad. En esta aldea, se concretó la instalación de paneles solares para dar luz a la aldea. Es un proyecto social liderado por la Facultad de Ingeniería del Ejército, en conjunto con otras facultades. Los fondos los aportó en gran medida la mencionada facultad y también el sector privado a partir de donaciones.
Representó un paso importante desde la llegada de los  profesores Bernardo De Elía, Hernán San Martín y Jaime Chevallier estudiante de la facultad de ingeniería de la Universidad Austral junto a integrantes de la biblioteca palabras del alma de Pilar, Buenos Aires. 
“La única forma de hacerle frente a las dificultades es trabajando en equipo. Junto con la Biblioteca Palabras del Alma se hace un esfuerzo de logística muy grande donde todos participan poniendo el cuerpo, para llevar las cosas hasta el lugar donde se realizan las instalaciones, nos motiva el intercambio que vamos logrando Para los alumnos y docentes, es una oportunidad única de conocer la cultura guaraní y aprender de ella. Y para la comunidad, es una oportunidad para conocer otras comodidades y mejorar su calidad de vida” señalo el ingeniero Hernán San Martín. 
Para los habitantes de la aldea Yaboty Mirí, representa un gran salto en mejorar la vida. Se encontraban aislados de San Pedro por más de 50 kilómetros de caminos terrados con tramos en pésimas condiciones donde solo es posible ingresar con móviles 4x4.
La instalación de paneles solares, les permite no solamente iluminación y la posibilidad de escuchar radio, como así también algo tan necesario como la comunicación. 
“Que podamos contar con energía es muy bueno ya que podemos comunicarnos, al estar tan lejos por alguna emergencia salir corriendo era casi en vano; con esto podemos llamar cuando alguien se enferma, antes nos arreglábamos con lo que sabemos nomás” reconoció Cristian Fernández integrante de la comunidad. 

Iluminación del lugar
Antes debían caminar 15 kilómetros para cargar un teléfono celular y estar comunicados. 
Con los dos paneles funcionando, es posible cargar los celulares, iluminar el patio, el salón construido para biblioteca y una de las casas. 
De las mejoras que aporta este trabajo solidario, con énfasis, alegría y esperanza mencionaron, la posibilidad de leer y escribir. 
“Es muy lindo tener luz a la noche. Nos juntamos con los más pequeños, podemos leer los cuentos”, fue el dulce comentario, entre tanta amargura de Cristian quien con 25 años, padre de cinco hijos apenas pudo culminar el quinto grado y es quien enseña lo que sabe a los más pequeños de la comunidad. 
El grupo está conformado por 14 familias,  sumando un total de más de 60 personas, la mayoría niños en edad escolar, de estos varios son indocumentados y solo manejan el idioma guaraní.
Los demás pueden contar con algún beneficio social. 
Descalzos, en parte desnudos, en casas de tacuara y piso de tierra comparten trabajo, alimentos, cultivan maíz, mandioca, acceden al agua de una pequeña naciente a más de mil metros de la casa y sueñan con un futuro mejor. 
Ante tanta precariedad, necesidades y olvido, el mayor anhelo, es contar ahora con una escuela. 
Desde hace mucho tiempo junto a personas como integrantes de la Biblioteca Palabras del Alma; y ante la nula presencia de algún representante de Asuntos 
Guaraníes, vienen gestionando la creación de un establecimiento educativo. 

La educación como base
Hasta el momento cuentan con un edificio de madera que fue donado para que allí se dicten las clases.
 “Nunca nadie nos visitó de Asuntos Guaraníes, hace once años que estamos acá y jamás recibimos alguna ayuda, el cacique Silvino Medina fue varias veces a Posadas pidiendo por una escuela o algún maestro para que enseñe a los chicos, es algo muy necesario, son más de 20 los que están en edad escolar, y eso no solo es negativo para el crecimiento y desarrollo, sino que nos vemos excluidos de otros beneficios” indicó Fernández. 
El ingeniero San Martín también se refirió al pedido: “Fuera de lo que son las comodidades básicas, creo que la educación siempre es lo más urgente para resolver. Y eso no es solo para las comunidades guaraníes, sino para todo el país. La educación siempre es la base, aunque demande mucho tiempo ver los resultados”
En este sentido, los menores que no asisten a la escuela se quedan sin percibir la Asignación Universal por Hijo que junto a la Tarjeta Alimentaria, es el único ingreso económico con el que cuentan para subsistir las familias que por lo general tienen más de tres hijos. 

Mantenimiento de los equipos
Respecto al mantenimiento de los equipos son los profesores quienes visitan a los aborígenes cada seis meses aproximadamente, para garantizar que el servicio esté funcionando. 
Al respecto Hernán San Martín manifestó: “Lo que más sufre es el cableado y las luminarias que están a la intemperie. Es una zona de abundantes lluvias de gran intensidad. Esto hace difícil proteger los artefactos. Sin embargo, con cada viaje tenemos más experiencia y volvemos las instalaciones más robustas y resistentes”
La idea es continuar llegando hasta la aldea y seguir agrandando las instalaciones. 
Esto dependerá mucho del aporte que puedan obtener del sector privado. 
La difusión de lo que se hace los ayuda mucho para conseguir recursos por lo que en la página www.facebook.com/InfiniemLab se puede conocer cada una de las acciones solidarias que llevan adelante. 
“Queda pendiente la posibilidad de que puedan conectar heladeras para mantener refrigerados los alimentos. Para ello habrá que aumentar la capacidad de las instalaciones realizadas, más allá de lo que podamos llevar, este lazo que se realimenta y se hace cada vez más fuerte con cada viaje nos genera casi una necesidad de seguir yendo” dijo San Martín.