Un borí borí que nació en la costa del Paraná

Domingo 22 de octubre de 2017
Una vida en la costa del río Paraná viendo cómo las villenas bajaban de las lanchas con sus mercaderías trae al recuerdo María Eva Duarte (63) cuando comienza a recordar su infancia. Esas imágenes de las mujeres que llegaban desde el Paraguay para comerciar en Posadas aun las mantiene intactas en su retina. “Cuando ellas bajaban del puerto subían sus maletas en el carro de mi abuelo y él se encargaba de llevarlas hasta arriba”, recuerda. Tenía 5 años y ya veía la habilidad a la hora de los negocios.
“Un día le digo a mi abuelo: ‘Comprá verdura y mandiocas y yo me quedo vendiendo acá’ -en la esquina de Félix de Azara y Roque Pérez-. ‘¿Te parece mi hija?’, me respondió él. Porque desde chiquita yo fui muy corajuda, por eso al comercio lo llevo en la sangre. Porque mi abuelo empezó, le siguieron mis tías, siguió mi mamá y así fuimos haciéndonos. De dormir en el piso, de no tener una cama y comer entre diez de una olla pasamos a estar bien. No somos ricos, pero somos gente de laburo. Nos criamos en la costa del río, había un caminito de tierra que iba a donde estaba la Prefectura, ahí nos criamos. Y cuando mi abuelo se despertaba y estaba a los gritos con los chanchos y los caballos yo salía atrás de él, así fui aprendiendo”, dice sobre la Posadas del siglo pasado.
Hoy María Eva es tercera generación de comerciantes y una de las históricas locatarias del Mercado Modelo La Placita.
Y María Eva se autodefine como una “apasionada” por el comercio, sin embargo, aclara que también es “una mamá abocada a la cocina”, donde siempre implementa la comida de nuestra cultura. “Por el ejemplo, el reviro, el borí borí, el yopará, los porotos”. Todos la conocen por sus platos y el último 1 de octubre fue la encargada de cocinar yopará en la escalinata de ingreso frente a La Placita.
No obstante, una de sus especialidades cuando llega a casa después de un día de trabajo es el borí borí. “Es una comida que la hago cuando hace mucho frío o cuando viene mi hija desde Corrientes y ella me dice ‘quiero comer tu comida’”, afirma.
Gallina casera de la Feria Franca, harina de maíz y queso paraguayo y verduras al por mayor son sus ingredientes.
“Mi mamá era paraguaya, así que incluía todo esto en nuestra dieta y como nosotros fuimos una familia muy numerosa -no por la cantidad de hijos sino porque en mi casa siempre hubo mucha gente-, había que hacer comidas abundantes y suculentas”, cuenta y revela que “lo aprendí una parte de mi mamá y a la otra parte por sí sola, porque me encanta la cocina. Donde voy observo y después experimento”.
Señora, ¿qué va a llevar? Pase, mire y compre. El eslogan de los vendedores se repite por los pasillos del Mercado Modelo como una melodía interminable.
Son cerca de las 9 de la mañana cuando se realiza esta nota y poco a poco la gente comienza a desfilar preguntando precios y talles de las prendas que vende María Eva en su local del primer piso. En tanto, en la planta baja, en el ingreso por calle Sarmiento, doña Elsa ya tiene su local repleto de gente buscando desde yuyos o rapadura hasta frutas o verduras. Un verdadero mundo de aromas invade el lugar.
Al igual que miles de posadeños, María Eva acude allí cuando sabe que necesitará cargar las maletas con choclo, harina de maíz o porotos frescos. “Tengo hijos en Buenos Aires, San Luis y en Corrientes, entonces cuando me voy a visitarlos llevo almidón, harina de maíz y porotos porque donde voy cocino. Mis hijos quieren comer esas comidas y cuando los visito no paro de cocinar, porque mis nietos también me lo piden”, señala.
Y desde la sapiencia popular, reflexiona: “La cocina me gusta porque me gusta comer bien y me gusta que mi familia esté bien nutrida, porque vengo con una raíz de una familia muy humilde, entonces mi mamá siempre me decía ‘hija, hay que invertir en comida porque el que invierte en comida no compra remedios’. Un niño que está bien alimentado no compra remedios. Porque tiene defensas, por eso hoy hay tantos problemas con los niñitos, comen chatarras y viven enfermos”.
Y añadió: “Aunque parezca mentira es más económico hacerte una comidita vos que comer chatarra y si te gusta la comida inventás, porque yo de la nada te hago una comida. Pero el sentido de la supervivencia también es muy importante. De dónde viniste, qué tipo de vida te tocó vivir. Porque cuando estás bien económicamente todo es fácil, pero cuando no tenés para darle de comer a tus hijos yo te puedo garantir que vos hacés magia en la cocina, porque ese es el secreto: hacer cuando no tenés”.
El mito dice que el borí es capaz de curar hasta el más fuerte resfrío en los días de invierno. No lo sé. Lo que sí es seguro es que es una de las exquisiteces de la gastronomía de la región.


Algunas claves sobre el plato El nombre del plato designa las bolitas de maíz que se encuentran en el caldo. El término español bolita fue guaranizado a borita y después fue apocopado en borí (o vorí).
-Ingredientes (para seis personas)
-Para el caldo: 1 gallina casera, 1 diente de ajo, 1 cebolla, 1 morrón, 2 tomates, 1 zanahoria rallada, cebollita de verdeo, perejil, 3 cucharadas de aceite, 1 litro de agua caliente, 200 gramos de queso paraguay, sal a gusto.
-Los bollitos: 500 gramos de harina de maíz, 2 cucharadas de aceite, 100 gramos de queso paraguay, caldo caliente, cantidad necesaria, sal a gusto.
-Primero fritar la gallina (al ser casera es más dura). Usar poca aceite porque la gallina trae grasa, siempre en olla de hierro. Cuando está frita agregar las verduras y el ajo. Cuando la verdura está bien cocida agregar agua hervida, hacer un caldo.
Con ese caldo se preparan los bollitos de borí. Poner en un bowl una cucharada de aceite y mucho queso fresco. Sacar ese poco caldo que hicimos con la gallina e ir mojando la harina de maíz, hasta armar una masa. Ni muy blanda, ni muy dura. Para que la masa no se desintegre agregar un poco de maicena y entonces -mientras hacemos los bollitos de harina- agregar más verdura a la gallina y cuando se vuelve a cocer la otra parte de la verdura agregar el agua hervida. Mientras se va generando el nuevo caldo hacer los bollitos de harina y poner medio kilo de harina y con eso, más el queso, aumenta. Cuando está bien cocida la verdura agregar los bollitos de a poco. Tiene que quedar espeso. Una exquisitez.

Por Esteban Bueseck
sociedad@elterritorio.com.ar

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