Trump excluyó a Argentina y Brasil de pagar aranceles por acero y aluminio

Viernes 23 de marzo de 2018
En Wall Stret temían ayer las consecuencias de declarar una guerra comercial con China. | Foto: AP
Argentina, Brasil, Australia, Corea del Sur y los países de la Unión Europea estarán exentos inicialmente de los inminentes aranceles sobre el acero y el aluminio que aplicará el gobierno de Donald Trump, dijo el jueves el representante comercial Robert Lighthizer.
Trump planea imponer aranceles del 25% sobre el acero y de 10% al aluminio como sanción a China por considerar que ha inundado el mercado mundial con esos metales a precio bajo.
Lighthizer dijo a la Comisión Financiera del Senado que varios países están negociando asuntos comerciales con Estados Unidos y que Trump decidió "frenar la imposición de aranceles con respecto a esos países". El funcionario añadió a la lista a Canadá y México, con los que Washington está realizando consultas para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Previamente, el ministro de Economía alemán Peter Altmaier dijo que durante una visita reciente de la comisaria de comercio de la UE, Cecilia Malmstrom, los funcionarios en Washington fueron "receptivos de nuestros argumentos". Altmaier dijo al Parlamento alemán: "Es una cuestión de importancia fundamental, si es que estamos a favor de mercados mundiales abiertos y justos en el futuro".
Esta es una "buena noticia que la Argentina recibe con satisfacción y también con prudencia porque la decisión de Estados Unidos es de carácter temporaria mientras prosiguen las negociaciones bilaterales", para la exclusión definitiva del país de los nuevos aranceles, dijo a AP una persona de la Cancillería que pidió no ser identificada por no estar autorizada para hablar con la prensa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó el jueves que el canciller Jorge Faurie y el ministro de Producción Francisco Cabrera enviaron una carta Lighthizer solicitando de manera formal la excepción de Argentina a la medida. La misiva remarcó la fuerte relación comercial entre los países y el "importante superávit que favorece a los Estados Unidos, que se vería significativamente incrementado" por la restricción a la importación de productos de acero y de aluminio desde la Argentina, dijo un comunicado.
El país sudamericano argumentó que las exportaciones argentinas representan apenas el 0,6% de acero y 2,3% de aluminio que ingresan al mercado estadounidense..
En un diálogo telefónico el 9 de marzo, el presidente argentino Mauricio Macri le expresó su preocupación a Trump, quien se comprometió a evaluar el pedido, según la cancillería. En la reunión del lunes y martes en Buenos Aires de ministros de Finanzas del G-20, que engloba a países industrializados y emergentes, el gobierno argentino volvió a reiterar su pedido al respecto a Estados Unidos.
Durante su campaña, Trump prometió reducir el déficit comercial de Estados Unidos, que era de 566.000 millones de dólares el año pasado, mediante la renegociación de acuerdos y la represión de lo que llamó las prácticas comerciales abusivas de los socios estadounidenses, pero el presidente se demoró en pasar de la retórica a la acción.

Guerra comercial con China
El presidente Donald Trump está listo para castigar a China con miles de millones de dólares en sanciones el jueves porque, según el mandatario, el país asiático se ha robado la tecnología estadounidense y está presionando a las empresas de Estados Unidos a entregarla. Al mismo tiempo, cadenas minoristas, empresas del sector electrónico y agrícola se preparan para conocer las "medidas necesarias" que prometió el gobierno chino para defenderse de las acciones que anuncie Trump.Se prevé que las sanciones incluyan restricciones a la inversión privada chinay aranceles de hasta 60.000 millones de dólares en productos chinos. Los mercados bursátiles bajaban el jueves por la mañana a la espera del anuncio de Trump.Decenas de grupos industriales enviaron una carta a Trump la semana pasada advirtiéndole que la "imposición de aranceles generalizados desatará una reacción en cadena de consecuencias negativas para la economía estadounidense, provocando represalias, lo que sofocará a la agricultura estadounidense, bienes, servicios y exportaciones.