Transporte complicado a causa de malos caminos terrados

Martes 26 de julio de 2016
Mayoritariamente los caminos terrados –tanto urbanos como rurales- de esta localidad se encuentran en condiciones transitables. Esto surge de conversar con los productores congregados en la Feria Franca y agricultores que llegan hasta la Cooperativa Eléctrica Cainguás para hacer pagos y en las filas son abordados por el corresponsal.
Sin embargo, hay excepciones, como no puede ser de otra manera en un municipio llamado a mantener en condiciones de transitabilidad cientos de kilómetros de su jurisdicción. Con un agravante: cuando se trata de rutas provinciales, a los colonos les queda “la sensación de que hay avivadas, como que ni uno ni otro se hace cargo, o las soluciones son más lentas”, según Lory M., de colonia Pindaity.
Justamente por allí pasa la ruta provincial 219, que une nacional 14 con la Costera 2 en el paraje Maybau. “El tramo de Saltito a Cruce Holonco está muy feo, hay tramos intransitables cuando cae algo de lluvia. Los últimos arreglos en serio se hicieron antes de las elecciones, cuando dejaron la ruta como una mesa de billar, hermosa. Pero después desaparecieron las máquinas y vaya a ver cómo está. Eso es lo feo, nos sentimos usados porque como siempre al aparecer a pedir los votos los políticos se llenan la boca de promesas, alguito cumplen y después ni se acuerdan”, agregó Lory.
Sensación similar tienen los habitantes de Picada Libertad, una histórica arteria rural que “está transitable hasta la segunda escuela, la 322 de Nene Báez, y después el desastre”, reveló Ariel, joven hijo de agricultores que vive en 'el fondo', “después de la última escuela, a 22 kilómetros del asfalto”.
En eso coinciden también los habitantes de Picada Propaganda, “que en los tramos del fondo y en los transversales no reciben arreglos hace muchos años”.
Así las cosas, los escasos transportes públicos que hacen verdadera 'patriada' –según uno de los choferes- “para cumplir trayectos largos, de pocos usuarios y malos caminos que están librados a la suerte”, porque “apenas se autosostienen los transportistas”.
Las remiseras también esgrimen sus quejas “porque es cierto, la gente utiliza nuestros servicios a lugares donde no llegan los colectivos, inaccesibles, intransitables, con frecuentes roturas de los móviles y altos costos de recambio y taller”.
En la presente temporada turística hubo agravantes. Un ejemplo, el agroturismo El Cañadón prácticamente está aislado desde enero último, cuando un vecino cerró –por cuestiones de límites catastrales- el único acceso para turistas, por lo que no pueden ingresar combis, incomodando el trabajo de la familia propietaria.
El caso fue planteado al municipio y, al menos hasta la semana pasada, estaba irresuelto. Y, tratándose de Salto Encantado también, con justa razón los numerosos pobladores del barrio Asentamiento, detrás de la Epet –familias de modesta condición-se quejan del pésimo estado de sus caminos de acceso. “Ni en bicicleta ni en moto se puede entrar ni salir”, según Modesto.