Tocando el cielo

Sábado 1 de octubre de 2016

David Rodríguez Labault (39) hizo de todo para consolidar su carrera artística. Hasta que un día compuso una canción con la que sabía que iba a encontrar el éxito musical por el que había estado batallando. Ya usando el nombre de Sie7e, editó el tema Tengo tu love, que de inmediato empezó a sonar en las radios del mundo. Por ese hit se ganó el Grammy Latino a Mejor Artista Nuevo en 2011. Pero no quedó todo ahí. Grabó cuatro discos, sus videos en YouTube suman millones de reproducciones y logró un contrato de exclusividad con Warner, una de las mayores compañías discográficas del mundo.
“No soy supersticioso, pero nací el mes siete, del 1977. De ahí mi nombre artístico. Me ha traído suerte”, afirma el boricua antes de presentarse en la Fiesta Nacional de la Yerba Mate, en Apóstoles. Y aunque valora este momento que vive después de Tengo tu love, quiebre al que señala como "un golpe de suerte", afirma que su "universidad" fue la de no tener recursos, la de tener que gestionar su propio trabajo y luchar contra viento y marea para hacerse lugar en el mainstream.
Por cómo fue su propio recorrido artístico, Sie7e apuesta por hacer feel good music: canciones que hacen sentir bien a quien las escucha, optimistas y relajadas. "La música es un escape, sana, es para liberar la presión, y creo que ahora más que nunca", asegura el compositor de Tocando el cielo, su último hit. Y en la previa al concierto de esta noche -donde también se elegirá a la nueva Reina Nacional de la Yerba Mate- se prende a un mano a mano con El Territorio.


¿Cómo va a ser el show?
Vengo con algo armado especialmente para ustedes. Vengo con el ritmo caribeño. Mucha percusión, muchos tambores, mucho ritmo y energía. Y sí voy a tocar Tengo tu love. De hecho también haremos un pequeño tributo a Bob Marley y dejaremos el alma puesta acá. También vamos a subir a una persona del público a que cante Tocando el cielo, así que espero que les guste tanto como a mí. Yo disfruto mucho el contacto con la gente, además me dijeron que la gente de acá es muy cálida.

¿Qué se siente para un puertorriqueño llegar tan al sur del continente?
Para mi es un honor. Y vuelvo a comprobar que las líneas que nos dividen son imaginarias y que somos todos muy iguales. No importa de dónde venimos.
Tuviste en algún momento de tu vida muchos problemas económicos y ahora lograste el éxito total. ¿Cómo convivís con eso?
Eso hace que uno esté agradecido y que no dé nada por sentado. No creo que sea algo que me lo merezca sino que tuve la suerte y la bendición de hacer lo que amo, conectar con mucha gente y de paso poder proveerle a mi familia con mi guitarra, eso es una bendición. Por eso el agradecimiento. Para mucha gente la música es un negocio y para mi es una forma de tocar vida.

¿Cuál es la fórmula para no perder el eje con el éxito?
No creerse la película. Cuando te llega el éxito, de cualquier manera, si mucha gente te está diciendo que eres lo máximo y no tienes el corazón bien puesto, te lo crees. Pero la verdad es que cuando te bajas del escenario sigues siendo el mismo tipo de siempre, con tus virtudes y defectos. En cuanto me bajo vuelvo a ser esposo, vuelvo a ser papá, vuelvo a ser amigo y vuelvo a ser un tipo más, como todos.
Tengo un chip que me impide creerme otra cosa, esa es la realidad. Y cuando estuve en los Latin Grammy y compartí con gente muy famosa, mientras más los conocía más me daba cuenta de que tenían eso en claro. Y también conocí a otra gente a la que la altura los marea, pero la vida se encarga.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Como dice la gran Rosana, una hermana que me regaló la vida en la música, la canción se manifiesta y nosotros sencillamente la documentamos. Casi como que la agarras del aire, a mi me gusta que el proceso sea así. Pero la respuesta a esa pregunta va a variar dependiendo de quien sea, porque conozco a compositores colegas que todos los días se sientan a componer y ya lo hacen como un proceso mecánico. Pero yo creo en la inspiración, en la musa y me gusta que me agarre en un avión o durmiendo. Que la canción llegue, y casi siempre cuando llega así lo hace ya seguro el estribillo, una melodía o una letra. Hay algo que venía rebotando en el inconsciente, que querías decir y se plasma, la haces melodía y salís corriendo a documentarla.

¿Y ahora estás trabajando en un nuevo material?
Sí.

¿En qué? Si se puede adelantar.
No me dan permiso de adelantarlo pero estoy emocionado porque lo que está saliendo es nuevamente la misma onda, aunque ya estoy explorando con sonidos nuevos. Yo soy un defensor de la música orgánica, de tocar en vivo, de hecho me vas a ver con la banda en vivo. Pero hemos ido en los últimos años integrando la computadora como otro instrumento y si bien no me gusta la música que solamente sale de la computadora tengo que admitir que me gusta el proceso de tener una batería en vivo, una guitarra eléctrica, una acústica y otro apretando botones. Y esa mezcla de plástico y madera es algo que va a definir lo que viene. Creo que los músicos orgánicos no van a desaparecer nunca, pero definitivamente va a haber una evolución y por eso estoy tratando de integrarlo a lo que hago y lo estoy disfrutando mucho.

¿Y ya tiene fecha de salida el disco?
Eso será cuando Dios y Warner Music lo permitan. Eso no lo sé. Quiero pensar que va a ser a principios del año que viene.