Sólo en Posadas, 600 familias piden ayuda para reconstruir sus casas

Viernes 21 de octubre de 2016

Las tormentas de principio de semana castigaron los asentamientos más humildes de la ciudad capital. En estos conglomerados, alrededor de 600 familias sufrieron las penosas consecuencias del temporal de lluvia, viento y granizo.
Ayer, en los barrios precarios de las zonas oeste y sur, los vecinos aprovecharon el sol para poner a secar ropa y colchones y hacer arreglos en los techos y pisos de tierra o madera.
La Dirección de Defensa Civil, hasta la tarde de ayer, seguía recibiendo las solicitudes de asistencia con alimentos, chapa y colchones. Se dio prioridad a los grupos con niños y que viven en zonas de riesgo, como cercanías de cursos de agua.  

El informe oficial registró 600 viviendas con daños parciales y totales a causa de la piedra y los fuertes vientos que pegaron de lleno en las débiles estructuras de costero y chapas de cartón, en las jornadas del lunes, martes y miércoles.     
Barrida la lluvia, también los vecinos salieron a la calle a reclamar la presencia del Estado y para visibilizar sus necesidades.
En el Barrio Belén, casi un centenar de casas se dañó en distinta medida y los habitantes de la costa del Mártires que quedaron con sus viviendas bajo agua cortaron la avenida 147 para obtener lonas y frazadas con las que pasar las noches tormentosas.   
Los vecinos lamentaron tener que salir a la calle para ser escuchados y contaron que sólo minutos después de la medida de fuerza llegó el presidente del barrio con partidas de colchones y chapas. “La ayuda estaba porque desde el municipio y Defensa Civil mandaron pero el presidente del barrio no repartía y mientras los chicos tenían que dormir en el suelo”, manifestó una madre.
El cauce del Mártires es poco profundo y bastante angosto en la zona de Itaembé Miní, pero con la intensa lluvia creció por lo menos tres metros y desbordó sobre las tierras más bajas del barrio.
María Goncalves vive hace 20 años al lado del arroyo y sabe que cada vez que llueve entra el agua y arrastra todo lo que hay en las casas. “Se llevó hasta mi lavarropas, todo lo que uno compra lo pierde con la lluvia, la única solución acá es que salga la relocalización que comprometieron las autoridades, hace años que estamos censados para la relocalización pero nunca hay noticias de eso”.
La gente más añosa del lugar cuenta que “pasaron intendentes y gobernadores y siempre se prometió que nos iban a sacar de acá, pero nunca cumplieron y el barrio fue creciendo, éramos pocos y cada vez vamos a ser más los afectados si no nos dan un terreno habitable”.
Asimismo, Thalia Báez (20) tiene un bebé de 1 año y relató que las últimas noches fueron de horror, “el agua entró hasta la mitad de la casa, tenía a mi bebé sobre la mesa hasta que después del granizo pudimos salir con mi marido y nos fuimos hasta la casa de un pariente más arriba; mi nene está ahora engripado y tengo miedo de que se enferme más con este barrial”.
En la pesada mañana de sol y humedad, pese a los esfuerzos de hombres y mujeres, la limpieza se hizo una tarea interminable: kilos de basura arrastrados por el agua quedaron sobre las casas de la costa. “Limpié todo pero no seca, la humedad no deja que se oree el piso ni las paredes, el arroyo nos dejó toda la basura, hasta animales muertos trajo”, expresó Mauro Dos Santos, que se dedicó a lavar la ropa embarrada por la inundación.

Contingencia
El director de Gestión de Riesgo, José Luis Báez, a cargo de Defensa Civil, detalló que para la situación que dejaron las tormentas del lunes, martes y miércoles “trabajamos con el municipio y con Desarrollo Social para dar respuesta a la gente que sufrió daños en sus viviendas”.
Los organismos proveen chapas de cartón, colchones y algunas bolsas de alimento. “El temporal nos dejó un escenario complicado, con muchas familias que perdieron todo y que fueron doblemente perjudicadas porque vino una tormenta tras otra”.
En tanto, para sobrellevar las carencias, en Belén, algunas vecinas se juntaron a cocinar para los niños. “Los chicos están enfermos y no pueden ir a la escuela porque quedaron sin ropa y sin calzados, se embarró todo, por lo menos queremos que se alimenten”, dijeron.