Según Temer, “la denuncia penal busca sólo revancha y venganza”

Miércoles 28 de junio de 2017
Entregaron un informe que apunta a Temer como sospechoso de delito.

Tras haberse convertido el lunes en el primer presidente brasileño en el ejercicio de su mandato en ser denunciado por corrupción pasiva, por el escándalo de sobornos del frigorífico JBS, Michel Temer pasó ayer  al ataque frontal contra el procurador general de la República, Rodrigo Janot.    
En un discurso en el Palacio del Planalto, rodeado de numerosos legisladores de su coalición de gobierno como para demostrar fuerza política, Temer calificó la demanda como una acción penal “que busca la revancha, la destrucción y la venganza” con pruebas “frágiles y precarias”, fruto de la grabación clandestina de una conversación que mantuvo en marzo con el dueño de JBS, Joesley Batista, antes de que el empresario firmara un acuerdo de delación premiada con la Justicia. “Crearon una trama de novela. La denuncia es una ficción”, afirmó el Presidente, quien es objeto de una investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) por supuesto intento de obstrucción de la Justicia, corrupción pasiva y asociación por el caso.
En aquel diálogo entre Temer y Batista, el Presidente parecía dar su aval para que el empresario pagara jugosos sobornos a un potencial colaborador de la Operación Lava Jato, el condenado ex titular de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien fue el máximo instigador del impeachment a Dilma Rousseff el año pasado. 

Como la defensa del Presidente había exigido una pericia de la grabación cuando estalló el escándalo el mes pasado, el procurador Janot prefirió, por ahora, presentar una sola demanda contra Temer, por corrupción pasiva. Señaló que además del dinero para Cunha, Temer había recibido para sí coimas a través del ex asesor y ex diputado Rodrigo Rocha Loures, detenido después de ser grabado en video al recibir una valija llena de dinero de un emisario de JBS.
“Incluso se separan las denuncias para provocar cada semana hechos nuevos contra el gobierno” se quejó Temer.  “Quieren parar el país, parar el Congreso. Lo que hay, la verdad, es un atentado contra nuestro país”, adujo. El presidente también intentó generar desconfianza hacia el procurador Janot al apuntar que uno de sus más estrechos colaboradores, el fiscal Marcelo Miller, había dejado la PGR en marzo y luego pasó a trabajar para un estudio de abogados que actuó en la negociación del acuerdo de delación premiada de JBS.
Insinuó que, al igual que Miller, Janot podría haberse beneficiado económicamente de los arreglos de colaboración con la Justicia.

Los hechos recientes

n 12 de mayo de 2016: el vicepresidente Michel Temer, del partido PMDB (centroderecha), asumió la Presidencia de forma interina, después de que el Congreso aprobara enjuiciar a la ex mandataria de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), por manipulación de las cuentas públicas. La destitución definitiva fue votada el 31 de agosto.
n 23 de mayo: el ministro de Planificación, Romero Jucá, pierde su cargo tras divulgarse un audio en el cual sugiere que la destitución de Rousseff permitiría detener las investigaciones de la operación Lava Jato, sobre el fraude a Petrobras. Fue el primero de una decena de ministros y asesores de Temer directa o indirectamente alcanzados por el caso.
n 13 de diciembre: el Congreso aprobó la congelación de los gastos públicos durante 20 años, la primera de las impopulares medidas de austeridad que Temer propuso para recuperar la confianza de los mercados y sacar al país de la peor recesión de su historia.


El Presidente busca romper el cerco judicial con la ayuda de aliados
BRASILIA. La denuncia por corrupción presentada contra el mandatario Michel Temer abrió una nueva fase de la crisis en Brasil, con interrogantes sobre la respuesta que dará el debilitado mandatario para evitar perder el apoyo de su base política y de los mercados.
Temer deberá centrar ahora todas sus energías en la Cámara de Diputados, su aliada desde que asumió el poder en 2016, para evitar que prospere el proceso en su contra.
Esta es la primera vez en la historia de Brasil que un mandatario en funciones es inculpado formalmente por corrupción pasiva y ocurre poco más de un año después del impeachment a la izquierdista Dilma Rousseff por manipulación de las cuentas públicas. La Justicia explicó que dos tercios de los diputados deben validar esa denuncia para que sea evaluada por el Supremo Tribunal Federal (STF), algo que ahora mismo parece improbable ante la amplia mayoría oficialista y cerca de la mitad de los legisladores involucrados en casos de corrupción. Pero, si hubiera sorpresas y el caso avanzara en la Corte, esto obligaría a Temer a apartarse del cargo durante un máximo de 180 días mientras juzga el caso.
“Nada nos destruirá. Ni a mí, ni a mis ministros”, proclamó desafiante el Presidente conservador horas antes de que se conociera la determinación.