En una operación contra el tráfico internacional de cocaína que controla la Camorra, los agentes de la Guardia de Finanza italiana hallaron inesperadamente dos cuadros de Van Gogh robados el 7 de diciembre de 2002 del museo holandés dedicado al pintor y valorados en 90 millones de euros.
Los lienzos en cuestión son Vista del mar desde Scheveningen (1882) y Feligreses saliendo de la iglesia calvinista de Nuenen (1884), pertenecientes a la primera época del artista, antes de su traslado a Francia. Las obras estaban en poder del clan mafioso de los Amato-Pagano, que opera en el área metropolitana de Nápoles y en el barrio de Scampia, símbolo del crimen organizado y de las redes internacionales de contrabando de droga.