Polémica por la adhesión que tuvo el paro del sindicalismo opositor

Viernes 29 de agosto de 2014

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aseguró ayer que “el 75 por ciento de los trabajadores fue a trabajar” y no adhirió al paro convocado ayer por el sindicalismo opositor, y recibió duras críticas de los dirigentes gremiales que calificaron como “contundente” la medida de fuerza y calcularon una adhesión del “80 por ciento”.
“Que abra la ventana que va a escuchar los pajaritos”, respondió irónicamente Pablo Micheli, titular de la CTA disidente a la evaluación que realizó por la mañana el jefe de Gabinete en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
Por su parte, el titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, calificó las declaraciones como “un chiste más, quién lo dijo, Quico?”, en referencia a Capitanich y advirtió que “la cifra que da el Gobierno no tiene nada que ver con la realidad”.

Capitanich durante su habitual contacto con la prensa en la Casa Rodada puntualizó: “Hoy, el 75 por ciento de los trabajadores manifestaron su voluntad de trabajar no adhiriendo al paro propuesto por un grupo de sindicatos y dirigentes sindicales opositores”.
El ministro agregó que “hay 20 gremios que no adhieren y que tienen más de 30 mil afiliados. De los gremios de más de 30 mil afiliados, solamente 8 han manifestado su adhesión”.
Moyano se preguntó irónicamente si el 25 por ciento de supuesta adhesión al paro dicho por el jefe de Gabinete “fue medido por Guillermo Moreno o por el Indec”.
A la polémica también se sumó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien afirmó que “la gran mayoría del pueblo argentino ha concurrido a trabajar a lo largo y a lo ancho del país” durante la jornada de paro. “Lo que de ninguna manera se puede decir que lo que hoy ocurrió fuera un paro general ni mucho menos un paro nacional”, afirmó Tomada en una evaluación realizada en la sede del Ministerio de Trabajo.
Por otro lado, el líder del gremio de empleados judiciales, el moyanista Julio Piumato, quien se quejó de que Capitanich “nos tome por tontos a todos los argentinos, ya es un clásico”, pero consideró: “No le cree nadie”. “Lo preocupante sería que él se creyera eso. La mitomanía es una enfermedad seria. Cuando la tienen los que gobiernan, nos pueden llevar contra el iceberg. Estaríamos en el Titanic contra el iceberg y Capitanich dirigiendo la orquesta”, enfatizó Piumato.
Los dirigentes gremiales que convocaron al paro general coincidieron en señalar como “altísimo” el grado de acatamiento y según estimó Micheli, se aproximó al “80 por ciento”, dijo.
Piumato dijo esperar que la medida de fuerza “le dé claridad al Gobierno, humildad para comprender el mensaje que le está dando la mayoría de los argentinos”.
Por su parte, el líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo dijo que los choferes de colectivos que no adhirieron a la medida de fuerza tras reunirse ayer con Capitanich, parecían hoy “Pinochet en el Día de la Amigo”, ya que circulaban “solos”, y aseguró que el paro convocado por el sindicalismo opositor fue “total”.
“Basta de tanta mentira, quieren ningunear la medida de fuerza, el paro fue total”, retrucó Barrionuevo a la evaluación del paro hecha por el Gobierno Nacional.

Acatamiento dispar en el interior
El paro de 24 horas tuvo un acatamiento dispar en el interior del país, donde el transporte público funcionó en forma parcial y hubo piquetes con incidentes, cortes de ruta y marchas en algunas provincias que complicaron la llegada a los lugares de trabajo.
En las principales ciudades la adhesión de los gremios a la medida de fuerza fue variada y el Sindicato de Camioneros impidió la circulación del transporte de cargas en las rutas, mientras los bancos no abrieron las puertas, mermó la asistencia a las escuelas, fue notoria la disminución de la actividad comercial y la atención en las oficinas públicas fue dispar.
La medida se sintió en el transporte de carga pesada, que impactó en las estaciones de servicios y el depósito de dinero en los cajeros automáticos, el servicio postal, la distribución de bebidas y la recolección de basura.
Los sindicatos opositores denuncian que la inflación anual, superior al 30%, castiga los bolsillos de los asalariados y un aumento del desempleo creció de 7,1% en el primer trimestre de este año a 7,5% en el segundo. Las principales demandas son derogar el impuesto a las Ganancias que cada día pesa más sobre los salarios y aumentar los subsidios.


Rechazaron reabrir paritarias
El Gobierno Nacional rechazó ayer la posibilidad de reabrir, ante el aumento de la inflación, las paritarias como reclaman los gremios opositores. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, afirmó que “no hay condiciones que ameriten” la reapertura de las paritarias, y recordó que todavía “no se han terminado de cobrar” la gran mayoría de los convenios colectivos firmados por sindicatos y el sector empresario. “No hay condiciones que ameriten un clima de reapertura de paritarias”, afirmó Tomada, al ser consultado en rueda de prensa sobre esa posibilidad, en el marco del paro que convocó el sindicalismo opositor.
El ministro enfatizó que “la verdad hay paritarias que no se han terminado de cobrar. En la inmensa mayoría se está cobrando el segundo tramo de la negociación y el primero ha acompañado el proceso de evolución de precios”.
El sindicalismo opositor evaluó ayer como “contundente” el acatamiento a la huelga nacional convocada en reclamo de medidas para frenar los despidos y la caída del poder adquisitivo como una modificación del Impuesto a las Ganancias y anunció un acto en la Plaza de Mayo si no hay respuestas a sus pedidos.
El jefe de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, que calificó como “contundente” la huelga, advirtió que esperan “respuestas” del Gobierno a los reclamos que llevaron al paro y advirtió que, de lo contrario, el próximo acto será en “la Plaza de Mayo”.