Piojito, nuevamente detenido, esta vez en la zona Oeste por robar un auto

Viernes 29 de marzo de 2013
Mano a mano. | Hace poco más de un año, un comisario se enfrentó al chico dentro de un comercio y logró reducirlo. | Foto: Javier Pelozo/Archivo
No es una noticia repetida. No es que la redacción haya decidido refritar datos viejos porque el diario sólo salga en edición digital. No, nada de eso. Lo que ocurre es que, aunque se lea reiterativo, Piojito cayó de nuevo.  
Se trata de uno de los más conspicuos visitantes de las Comisarías locales. Carlos N. (20), alias Piojito, fue detenido en la madrugada de ayer, por el robo de un auto. Una vez más.
Ocurrió a las 3.45, cuando el personal del Comando Radioeléctrico zona Oeste vio un Peugeot 206 zigzagueando por la avenida Almirante Brown en el cruce con la calle Soria.
Los uniformados dieron la voz de alto y ante este panorama el conductor del vehículo se bajó e intentó escapar hasta que fue detenido. Recién allí, los viejos conocidos volvieron a verse frente a frente. Piojito nuevamente era esposado.
Horas más tarde, y después de una serie de averiguaciones, se supo que el Peugeot en cuestión había sido robado de una vivienda ubicada sobre la calle Alberdi. El vehículo pertenecía a Eduardo E., a quien se lo habían sustraído de su propio garaje.

Largo historial

Varias son las entradas de Piojito a las Comisarías en los últimos meses. Por sólo citar algunos casos recientes, a principios de este mes el veinteañero delincuente cayó por intentar violentar la ventana de un comercio en pleno centro, en la esquina de Colón y Santa Fe. Fue el sábado 2 de marzo y también a la madrugada. Pero esta vez los elementos determinantes fueron la imágenes tomadas por las cámaras de vigilancia del Departamento Integral de Operaciones.
“Piojito no tiene límites”, tituló este diario el 29 de agosto del año pasado. En aquella oportunidad el muchacho fue detenido junto a dos cómplices cuando intentaban escapar por los techos de casas, tras haber ingresado a robar en un departamento del barrio Rocamora.
Aquel golpe fue uno de los más osados de Carlos N. Tras saltar una reja de entrada al edificio, los tres ladrones procedieron a forzar y romper los hierros que cubrían una ventana e ingresar al departamento donde el joven, empleado de comercio, dormía. De inmediato desarmaron una moderna computadora, procediendo a alistar, monitor plano incluido, para llevárselo como parte del botín.
Piojito fue el único que aparentemente se metió a robar, mientras los otros dos cumplían funciones de campanas, uno al borde de la ventana y el restante en la calle.
Cuando la Policía llegó, comenzó la persecución de estos dos sujetos, mientras adentro Piojito tomaba la decisión de emprender la fuga rompiendo otra reja, pero de una ventana de la parte posterior del inmueble. Montado un operativo con el apoyo de agentes de la Seccional Segunda, fue atrapado a los pocos minutos que sus compañeros y conducido a la misma Seccional, de donde hacía sólo dos semanas había recuperado la libertad por un hecho similar.
El viernes 24 de febrero del año pasado y a las pocas horas de recuperar su libertad por otro hecho, Piojito no tuvo mejor idea que volver a visitar la despensa de Entre Ríos y 25 de Mayo, que se sospecha había robado justamente un mes antes. El muchacho fue atrapado dentro del local durante esa madrugada, cuando intentaba llevarse mercadería.
El 25 de enero se hallaba en plena faena pero sus ruidos alertaron a los vecinos, uno de los cuáles solicitó el auxilio de la Comisaría Cuarta, en la que sólo estaba de servicio el comisario Ricardo Fretes, por la huelga policial de aquellos días, con una oficial de apoyo y ningún patrullero.
Fretes de inmediato tomó su auto particular y en pocos segundos acudió al lugar.
El campana de Piojito alcanzó a escapar, y luego los dueños del local, quienes al intentar abrir la puerta del negocio vieron que entre las góndolas asomaba la cabeza del delincuente con una cuchilla de carnicero en mano. Rápido de reflejos Fretes se interpuso y redujo a Piojito, obligándolo a desarmarse y a tirarse al suelo para ser esposado.
Piojito, es uno de los jóvenes judicializados y que reinciden tantas veces en el delito que la Policía ya lo califica de cliente. Los antecedentes de Piojito varían de “lesiones leves y graves” a constantes delitos contra la propiedad.
Pero sus andanzas arrancan desde su adolescencia criado en el complejo A-4, del Sur posadeño. Entre sus especialidades delictivas se cuenta la del “escruche” o forzar rejas y ventanas para meterse a robar.


El dato
2
Fueron los cómplices que actuaron junto al precoz ladrón en el robo a un departamento del barrio Rocamora.