Pasos firmes

Domingo 17 de diciembre de 2017
Hace meses que los días de Natalie Perez (31) arrancan a las 7 de la mañana y terminan alrededor de las 23, dependiendo de las campañas o notas que tenga pautadas.
El éxito de Las Estrellas –la tira de Polka que protagoniza junto a Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Violeta Urtizberea y Justina Bustos– la catapultó al lugar de la chica del momento, esa que todas las marcas y medios quieren tener.
“Empecé a trabajar a los diez años y mi trabajo fue un crecimiento, paso a paso. No salté un solo escalón para llegar acá, por eso me hace gracia cuando me dicen ‘¡llegaste!’ ¿Adónde?”, reflexiona con humor la joven actriz.

¿No sos de estar demasiado metida en el ambiente, no?
Me expongo lo que me tengo que exponer en función de mi trabajo. Si me preguntás, me encantaría que nadie supiera nada de mi vida privada, pero eso es muy difícil e implica un esfuerzo enorme porque es parte de quien soy.

¿Te imaginás casándote?
No, y si me caso será en alguna ceremonia inventada, divertida. Me parece un despropósito gastar tanto en eso.

¿Hijos?
¡Re! De hecho, yo pensé que a esta edad iba a tener dos o tres. El hijo no es algo que postergue por mi laburo, es algo que se posterga porque no llegó el momento… Será que no estamos preparados nosotros como pareja o que yo no estoy preparada como mujer.

¿Está abierta la posibilidad?

-Sí! Es más: prefiero tenerlos de joven. Me encantaría que les toque una abuela que se los pueda llevar de vacaciones y no que me agarren a mí cansada y a ella vieja (se ríe).

Nunca fuiste gorda, pero hubo un cambio en tu imagen.
Todo el tiempo me preguntan “¿qué hiciste?” No hice nada y no hago nada, supongo que tengo una genética que me acompaña. Cuando me dicen “eras gorda” siempre digo que para mí no era gorda. No me veía así. La realidad es que con los años el cuerpo va cambiando y el físico de los 20 no es el mismo de los treinta ni de los 35. La cara también va perdiendo un poco de colágeno y se va afinando, ¡nos pasa a todas! La diferencia es que algunos tendrán las fotos viejas en un baúl, mientras que las mías se multiplican en Internet.