Obra paralizada de la Escuela de Frontera permitió la intrusión

Las obras de construcción de seis aulas para talleres de la Escuela de Frontera 607 están paradas desde el año pasado y los docentes deben dictar las clases de estas horas especiales en las aulas comunes, sin los elementos necesarios.
En 2015, se desmantelaron las instalaciones de los talleres, que eran de madera, con el fin de edificar aulas nuevas.
Hacia fines de año, se realizó el movimiento de suelo, se hicieron marcaciones y una base precaria, además de colocarse algunas vigas de hierro, que no están amuradas.
Ese fue todo el avance y hoy, cumplidos casi ocho meses de 2016, la situación presenta varias aristas de preocupación.
Tanto docentes como directivos temen que pueda haber algún accidente en el lugar, ya que hay materiales dispersos y no se cuenta con vallados de contención para esa zona. Además, la carpeta de hormigón que se realizó junta agua, lo cual da pie a que se transforme en reservorio de mosquitos, ya que no cuenta con drenaje.
Al establecimiento, que tiene unos 94 años de historia, asisten 350 alumnos en jornada completa y se dictan talleres de carpintería, electricidad, panadería, cocina, corte y confección, peluquería y música, sin espacio adecuado para hacerlo.
El sector donde actualmente se almacenan los elementos de cocina para los talleres sufre filtración de agua y mucha humedad, por lo que se deben extremar los cuidados a que los alumnos no sufran accidentes. En otras partes del edificio también ingresa el agua.
En la zona donde están los cimientos de la iniciada obra se ubican un pequeño vivero y la huerta, que también son espacios donde se dictan clases prácticas de floricultura y huerta, pero se ven invadidos por los materiales de construcción.
A esto se suma que la falta de un cerco perimetral en el predio posibilita constantes actos de vandalismo, robos de materiales y hace algunas semanas también la intrusión: en la zona de la cancha y espacio recreativo de los niños se instaló gente en una carpa.