Oberá: rescató a cuatro nietos que estaban plagados de piojos y piques

Jueves 3 de septiembre de 2015
Serán atendidos en la salita y se iniciarán los trámites por el DNI | Foto: Daniel Villamea
Cuatro hermanitos -de entre 9 y 2 años- fueron rescatados por su abuela paterna de las lamentables condiciones en las que sobrevivían con su madre biológica, en el barrio San Miguel de esta localidad.
Los pequeños están indocumentados, no concurren a la escuela, tienen bajo peso y estaban plagados de piojos y piques. El padre de las criaturas está privado de su libertad desde hace dos años y medio, mientras que su concubina presenta cierto grado de retraso madurativo.
En este contexto, el 17 de agosto Blanca Viera (58) decidió hacerse cargo de sus nietos. El detonante fue que los encontró descuidados y deambulando por las calles. “Están conmigo cuatro nietitos, la nena de 5 años y tres varoncitos de 9, 3 y 2. Con la mamá quedó el mayor, de 11, que también quiere venir conmigo. Sólo el bebé de 2 tiene documento. El resto tiene sólo la partida de nacimiento, por eso ninguno va a la escuela”, lamentó Viera.
Ayer, en diálogo con El Territorio, reconoció que desde que su hijo fue detenido los pequeños cayeron en el abandono y con el correr de los meses la situación se fue agravando. “Yo les iba a visitar y me partía el alma verlos mal. La última vez los encontré peor, los más chiquitos andaban solos por la calle. Le dije a mi nuera que me hacía cargo de ellos y aceptó. No tenemos nada, pero acá están mejor”, subrayó.
En la vivienda de Blanca, en Villa Lindstrom, las carencias están a la vista. No tiene electricidad y una canilla pública los abastece de agua potable, aunque en la víspera hacía dos días que no disponían de una gota. Con un dejo de vergüenza, comentó que buscó agua de un pozo para lavar las zapatillas de los chicos porque hoy tienen turno en la salita, y que por eso los dos más chiquitos andaban descalzos.
Señaló que hasta el momento la asistencia desde el área social de la comuna se redujo a una bolsa de mercadería.
Además de los pequeños, la mujer reside con su esposo y una hija menor. “Yo cobró una pensión y mi marido está desocupado porque ya es mayor y nadie le da trabajo. Tampoco le salió la jubilación”, agregó.
Sobre la madre de los chicos, contó que padecería limitaciones mentales, tiene hijos de una relación anterior y vivían hacinados. “Ella quedó embarazada con 11 años, la hija mayor tiene 14 y ya tiene un bebé, y otra de 13 vive en pareja. Para ella fue mejor que yo les traje a los hijos a vivir conmigo”, reflexionó. Contó que desde entonces una sola vez se acercó a ver a los chicos, para lo que tuvo que insistirle. Y graficó de manera contundente la reacción de sus nietos: “Cuando el nene de 3 años vio que la mamá venía se escondió debajo de la cama porque pensó que le quería llevar”.
En tanto, anticipó su intención de iniciar los trámites para la tenencia y el papeleo para la obtención de los DNI, a partir de lo cual podrían ser escolarizados y percibir la asignación universal.