Cría de codornices: una opción laboral en chacras misioneras

Sábado 15 de junio de 2013
Hace un poco más de dos años la familia Freiberger optó por la cría de cordornices y la comercialización de sus productos como alternativa de trabajo para uno de sus hijos que, de esa manera, se incorporó al mercado laboral.
Lo que comenzó de manera casi experimental hoy día forma parte de una más de las tareas cotidianas que desempeñan en su chacra ubicada en la zona rural de Capioví, muy cerca de la ruta nacional 12.
Con una existencia casi permanente de 500 codornices, el trabajo diario implica “limpiar los espacios de cría y producción, preveerles de agua fresca, comida y controlar la temperatura para que se mantenga sin muchas variaciones” nos cuenta Genoveva quien es la responsable de llevar adelante esas tareas en el emprendimiento familiar.
Con esa existencia de codornices pueden recoger aproximadamente veinte docenas de huevos  por día que son comercializados en la zona de Capioví, hasta donde se acercan una vez a la semana para entregar la producción que se utiliza en la fabricación de escabeche.
En sus inicios, quien hoy adquiere toda la producción, proveyó a la familia las jaulas y las aves y todo lo necesario para que se inicien en la actividad, la familia Freiberger pagó esa inversión inicial con producción.
Para optimizar la producción de huevos, cada dos años se renuevan las ponedoras vendiéndolas a un emprendedor local que envasa y comercializa la carne como parte de su oferta de productos regionales.
Uno de los “secretos” de este tipo de trabajo es saber preparar el alimento ya que “al balanceado que habitualmente consumen las ponedoras hay que agregarle harina de hueso y conchillas para mejorar la calidad de la cáscara” dice Genoveva.
El espacio donde están las aves tiene varias aberturas cubiertas y la puerta de acceso con traba consultamos al respecto y nos explicó que “acondicionamos especialmente el espacio donde están porque no deben tener contacto con los otros animales, se estresan muy fácil, son muy sensibles a los cambios de temperatura y siempre deben tener agua fresca”.
Cuando bajan las temperaturas las codornices desarrollan un plumaje más tupido  dando la sensación de que tienen todas las plumas desordenadas, en verdad es una respuesta natural y espontánea a la llegada del frío.
El piso de las jaulas, bandejas fáciles de remover, por lo general tiene aserrín o virutas de madera que cuando son reemplazadas, por lo menos cada dos días, se utiliza como abono para la huerta, en ese caso se “mezcla con tierra y después se reparte en diferentes lugares de la chacra especialmente las huertas”.
“Esta es una actividad rentable, además de lo que ya conté a veces hay que darles antiparasitarios o antibióticos, pero eso muy de vez en cuando” agrega la señora.
Genoveva Freiberger considera que cualquier mujer que viva en una chacra puede dedicarse a la cría de codornices “no dan mucho trabajo y se puede sumar a las otras tareas, la única condición es que todos los días alguien de la familia se haga cargo de atenderlas, especialmente darles agua que a veces es más importante que la comida, agua no les debe faltar nunca”.

La codorniz
En la antigüedad se consideraba a la codorniz como el ave de los huevos de oro, es un ave de tamaño pequeño que pertenece al grupo de las gallináceas.
Bajo producción intensiva se la encuentra en casi todo el mundo, consume poco alimento, su conversión en carne producida es alta, llega a la madurez sexual en 42 días y produce gran cantidad de huevos, entre otras virtudes.
Por su rusticidad, la codorniz es menos susceptible a contraer las enfermedades clásicas de otras aves como pollos y pavos.
Un ambiente con luminosidad media, limpio, seco, con luz toda la noche es lo ideal y rara vez se encontrará una codorniz enferma.
Algunos especialistas sostienen que los huevos de codorniz ayudan a combatir alergias y enfermedades respiratorias, dándole así un lugar especial entre los productos naturales y con propiedades curativas.
Lo cierto es que la demanda de los derivados de este ave ha ido creciendo en los últimos años y la producción local no alcanza a abastecerla.
En gastronomía sus usos son variados se los utiliza mucho en decoraciones de platos, en servicios preparados especialmente para niños y fue incorporado como un producto gourmet.