Las consecuencias de vivir de noche

Los cambios que experimentó la sociedad en los últimos años fueron, y son cada vez más, vertiginosos. La llegada de internet a los hogares a finales de la década del '90, el acceso a las pantallas por casi toda la población, sumado a las largas horas laborales y la necesidad permanente de las empresas de producir durante las 24 horas han cambiado los estilos de vida.
Cada vez son más las personas que trabajan o realizan una actividad en horas de la noche, lo que termina alterando las horas naturales de descanso.
Al respecto, El Territorio dialogó con el neurólogo especialista en medicina del sueño, Christian Bortoluzzi, quien destacó: “Cada vez hay personas con pocas horas de sueño. Esas personas que en el trajín diario se acuestan después de las 12 de la noche y se levantan a las cinco de la mañana, están adquiriendo una deuda de sueño que muchas veces tratan de compensarla con la siesta, siestas que generalmente no son tan reparadoras como las horas de sueño que tengamos durante la noche, porque nosotros en el sueño tenemos distintas etapas y para ello hay distintos tiempos, por eso hay que tratar de dormir entre ocho y nueve horas”.
Asimismo señaló que cada vez más jóvenes se acercan a la consulta médica por problemas de sueño y que el pico de quienes lo visitan está en la franja etaria que va de los 20 a los 40 años.

Nocivo
Por otra parte, el especialista delineó cuáles son las principales consecuencias de no cumplir con las horas necesarias de sueño. “De dormir entre nueve y diez horas se pasó a dormir entre seis y siete, lo cual es nocivo para el organismo. Algunas de las consecuencias de la restricción del sueño a largo plazo pueden ser la reducción de la inmunidad celular, lo que lleva a un mayor riesgo de cáncer y enfermedades infecciosas; enfermedades metabólicas como sobrepeso, sedentarismo, diabetes tipo 2, trastornos gastrointestinales, entre otros”, acotó.
En un mundo donde las actividades se inclinan cada vez más a ser realizadas por la noche, es necesario repensar los hábitos cotidianos de actividad y descanso para no lamentar consecuencias en el mediano o largo plazo.