En Eldorado, el Código suma nueve años con más dudas que certezas

Domingo 31 de enero de 2016
Según un concejal, la juventud de Eldorado ya no busca tanto los boliches, sino espacios propios. | Foto: Miguel Mendieta

Luego de que una joven de 15 años permaneciera en estado de coma alcohólico durante minutos en la vereda de un boliche de esta ciudad, se situó de pleno otra vez el polémico Código de Nocturnidad en el debate entre las autoridades y parte de los siempre apuntados por todos.
La ingesta desmedida de bebidas alcohólicas, el ingreso de menores de edad a los boliches, la falta de control de parte de los funcionarios del área correspondiente, son fusibles que no están funcionando o no se aplica la norma vigente por parte de los responsables directos, tanto de los locales bailables e inspectores, a la falta de responsabilidad de los padres.
Hace dos fines de semana, Daniela, una adolescente de 15 años, salió con sus amigas para ir a la casa de su abuela. Pero a la mañana del día siguiente, un llamado alertó a su madre que su hija estaba internada en el hospital Samic con un diagnóstico de coma alcohólico.

El examen médico forense dictaminó la situación etílica en que se hallaba Daniela, pero además tenía hematomas en el cuello “como una especie de rasguño”, como si alguien intentara lesionarla.
Las sospechas sobre su integridad sexual quedaron descartadas, al confirmarse que no fue  violada, como se presumía en un primer momento.
Un joven relató a El Territorio, que se encontraba con ella y varias amigas dentro del boliche bailable, en pleno centro de la ciudad, estuvo un rato y luego desapareció.
“La buscamos, pero luego supimos que estaba tirada en la vereda”, dijo el joven.

Desde el 2007
En Eldorado, el Código de Nocturnidad se implementó en el año 2007 y los resultados hasta hoy suman más dudas que certezas.
Las autoridades sostienen que no trajo ninguna solución y que por esa simple razón se organizan fiestas clandestinas y por ello concejales eldoradences pidieron a la jueza de Faltas la revisión de algunos puntos de la norma.
Gastón Cáceres, concejal estudiantil y representante del Instituto Familiar Gumersindo Esquivel, manifestó que lo que le ocurrió a la joven de 15 años es un nuevo caso de los tantos que ocurren en el municipio.
“El Código de Nocturnidad fue una ordenanza clave para el ordenamiento civil en la ciudad en su momento. La juventud necesitaba los límites para generar una conciencia acerca del abuso de las drogas, el alcohol y demás sustancias. Pero a lo largo de estos años vimos que la juventud se ve mutada con intereses nuevos, ya no se ven las mismas necesidades que la de hace diez o 20 años",  aseguró Cáceres, que detalló, siempre desde su punto de vista, una novedosa etapa en las nuevas generaciones.
"Hoy el joven busca incesantemente la libertad y el lugar para divertirse, ahora el Estado debe estar cerca de ellos, garantizando el espacio público, pero sanamente, incentivando eficientemente a los pubs bailables o boliches propiamente llamados, en donde la ingesta de bebidas alcohólicas sea nula, a pesar que se intentó, no dio resultado. Es el Estado quien debe incentivar estos espacios ligados desde el deporte, la cultura".
"Notamos claramente -continuó el concejal estudiantil- que en los Intercolegiales hay necesidad de diversión, pero esto se da una vez al año, el joven debe tener permanentemente lugar propio para su recreación sana”, dijo el joven edil.

Piden la revisión
La concejal Lilian Chamorro se mostró preocupada por esta situación.
“Estamos elaborando un pedido de informe, porque evidentemente falta una revisión del Código, y conocer cómo trabajan los inspectores que realizan los controles nocturnos”, indicó Chamorro.
A pesar de que el municipio intenta regular a los locales bailables, evidentemente existe un fracaso, los menores con y sin complicidad de los propietarios de los comercios ingresan a bailar y, una vez adentro, ingieren bebidas alcohólicas en forma desmedida.
“Ese es el negocio, acá vienen las chicas menores, se nos hace difícil controlar, a través de ellas entran los jóvenes adultos, es cierto, falta más control; días pasado sacamos cuchillos y otros elementos, se torna muy peligroso”, dijo un agente policial a El Territorio.
En tanto, el secretario de Gobierno municipal, Jorge López, expresó que la Policía está trabajando en el caso puntual de la chica que se halló en estado de coma alcohólico.
“No sabemos si estaba dentro del boliche. La encontraron en la vereda”, dijo.
Pero varios testigos afirmaron que se encontraba bailando, incluso una enfermera del hospital confirmó que estaba en muy malas condiciones de salud.
Pero no sólo las denuncias se suceden en los locales nocturnos, sino también en lugares de recreación veraniega, donde en los últimos días se puede observar a simple vista la cantidad de jóvenes que salen alcoholizados de los lugares, donde también están habilitadas las buscadas y preciadas piscinas.


En Candelaria, los invitan a que dejen la plaza central
CANDELARIA (Corresponsalía). Tradicionalmente la plaza de Candelaria fue un punto de reunión de los jóvenes de la localidad. Allí se juntaban, escuchaban música, tomaban algo, desde el clásico tereré a alguna gaseosa u otra bebida.
     "Nunca hemos tenido problemas, era nuestro lugar y era muy común mandarnos mensajes para acordar la hora donde nos juntábamos los amigos a pasar un rato tranquilos y con buena onda. Los comerciantes de los alrededores ya nos conocían, porque les comprábamos las cosas a ellos", dijo Micaela A, una joven que por motivos de estudios se tuvo que ir de Candelaria, pero que en vacaciones regresa.
     "Volví y me encuentro con que ya la plaza no es nuestra, no podemos hacer uso de ella. ¿Motivos?, no nos dicen, sólo viene la Policía y nos ordena que salgamos y que nos vayamos a la costanera, allá no queremos ir porque no es seguro, sabemos que hay grupos que se van, pero mi grupo de amigos y muchos otros no queremos ir", se quejó Micaela.
    Otro de los problemas es que es lejos para muchos de los jóvenes de la localidad.
    "No hay medios de movilidad para ir hasta allá, ni el 25 a la noche ni el primero de enero nos permitieron quedarnos en la plaza, pareciera un berrinche caprichoso, pero no lo es, es más, nuestros padres nos cuentan que éste era su lugar de encuentros, sabemos que la mitad de la plaza está en construcción, pero la otra parte no; hasta vendedores vienen aquí y están todo el día, o sea que peligroso no es, es más tranquilo que estemos en la plaza y no en la costanera que queda muy lejos del centro", agregó Micaela, quien hizo las veces de vocera de su grupo de amigos.
    "Cuando nos dicen que nos retiremos, siempre dicen que es una orden impartida por el municipio", dijo la jovencita.
El Territorio dialogó con algunos comerciantes, quienes indicaron que pondrán a la venta el fondo de local, porque el movimiento ya no es el mismo. "Es una pena", dijo quien espera ofertas.