El más viejo de la capital misionera que supo levantarse de las cenizas

Domingo 23 de agosto de 2015
Pedrozo (izquierda) y Domínguez (derecha) hoy disfrutan en la recuperada cancha | Foto: Facundo Correa

Dicen que las mejores cosas a veces salen de la casualidad, de lo improvisado. Algo así fue el inicio de Atlético Posadas allá por 1912. El entonces agente consular del Territorio Nacional de Misiones, Sócrates Moglia, recibió un telegrama desde Santo Tomé que desafiaba al mejor club de la ciudad a jugar un partido de fútbol.
Moglia buscó a quienes tenían experiencia en el rubro y convocó a Héctor Gasbús, Luis María Garrasino, Alejandro González y Antonio Ortigoza, para que formaran el club y enfrentaran a los correntinos.
Al grupo antes mencionado se fueron sumando más. León Naboulet (uruguayo al que el club le debe los colores, iguales a los de Wanderers de Montevideo) fue uno de los que se adhirió al nuevo club y terminó siendo el primer presidente, cuando el 9 de septiembre de 1912 se redactó el acta constitutiva.

¿Pero cómo algo que nació de una casualidad pudo perdurar más de 100 años? “El club es muy de barrio, la gente es genuina y es muy familiar, eso es Atlético Posadas”. El que define al Decano es Omar Pedrozo, uno de esos socios que siempre estuvo en el club, aun en las peores épocas, y que lo siente como su “segunda casa”.

El golpe más duro
Atlético Posadas se fue armando con el correr de las décadas. Pasaron muchos dirigentes e infinidad de socios que dejaron huellas. En 1943, el Decano inauguró la primera tribuna techada de Misiones. Pasaron los campeonatos locales, los intentos por llegar a los Nacionales en la década del '70, pero en el 2000 Atlético Posadas sufrió el remate de su cancha.
“Un domingo salió en el diario un aviso chiquito de que se remataban 18.600 metros cuadrados de terreno de la chacra 45, lo que no decía era que eran del club”, recuerda todavía con bronca Ricardo Domínguez, ex presidente del Decano. Es que por una deuda de poco más de mil pesos, Atlético Posadas sufrió en el 2000 el remate de su cancha y se quedó con una pequeña sede, porque los terrenos estaban separados.
“Tuvimos que ir acá al lado. Nosotros le decíamos la pocilga y ahí aguantamos”, se lamenta Pedrozo, quien en más de una oportunidad puso su casa como sede de reuniones cuando comenzó el operativo para recuperar la cancha.
Se presentó un proyecto para declarar al estadio del Deca Patrimonio Histórico Provincial y se expropiaron los terrenos. Dos días antes del centenario, el Gobierno provincial pagó la suma estipulada y Atlético Posadas volvió a su antigua casa.
“Para mí Atlético es todo. Mi segunda casa, mi familia, es todo”, dice Pedrozo, mientras desde la histórica tribuna mira la cancha, donde tantas veces lloró de alegría y tristeza.

Reconocimiento para dos grandes

El 9 de septiembre, el Decano cumplirá 103 años y como parte de los festejos, dos tramos de calles que rodean al estadio cambiarán de nombre. Uno llevará el nombre de Chichita Jacquet, una señora que en silla de ruedas y enferma ayudó en la recuperación del estadio.
El tramo de la entrada principal hasta Santa Catalina pasará a llamarse José Roberto “Lechuga” Villalba, gloria del fútbol misionero y del Decano.



Por Diego Vain
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