Municipios con falta de espacios para la diversión de los jóvenes

Domingo 31 de enero de 2016

Una época en la localidad de Guaraní, las autoridades municipales estaban preocupadas por la cantidad de jóvenes que se concentraban en la plaza principal para realizar maniobras peligrosas en la calle.
    La Policía no tenía agentes para controles y el intendente en gestión decidió crear la Policía Municipal para frenar con las actitudes juveniles, que al parecer todo lo provocaba.
Actualmente, con los controles y acción de la Policía Municipal, los chicos desistieron de poner en peligro a terceros con los juegos de las motos y dejaron de asistir a la plaza, trasladándose a Oberá, que les queda a sólo siete kilómetros.

“Antes, si estaban acá en la plaza, se juntaban varios y hacían piruetas, pero ahora la Policía Municipal intimidó un poco a los chicos”, sostuvo una madre mientras sus chiquitos disfrutaban en los juegos infantiles.
En el último año de gestión de Daniel García como intendente, se preocupó por la situación ante la queja de los contribuyentes por las actitudes juveniles y ante la falta de efectivos policiales de la provincia, creó el sistema implementado en otras localidades para ayudar a controlar la seguridad  y el orden en el municipio.
“Nosotros y la Policía no podemos ser niñeros de los chicos, son los padres los responsables, pero, como sabemos, no todos se preocupan por lo que hacen los chicos; decidimos hacer algo para que después no se lamente algo grave”, había declarado el ex intendente García en su momento.

En Campo Ramón
Mientras que en Campo Ramón, otra de las tantas localidades chicas de la provincia de Misiones, donde además sucede algo particular. O al menos, algo que en otras localidades no sucedería nunca. O duraría por muy poco tiempo.
Los chicos tienen la costumbre de juntarse cerca del propio edificio de la Municipalidad o en una plaza que está en el municipio. Pero todo transcurre con tranquilidad.
“Acá se juntan a tomar tereré, cosas de jóvenes, pero es un rato, después de las 10 de la noche regresan a sus casas y no pasa nada, los más grandes directamente van a Oberá que es mucho más movido”, dijo otra madre a El Territorio.