Cándido López, un artista que dibujó bajo el fuego de la guerra

Domingo 9 de noviembre de 2014
Cándido López. | Pasó a la cartelera de los principales artistas del siglo XIX por sus obras referidas a la Triple Alianza.

La ciudad de Posadas fue parte del amplio campo de batalla de la Guerra de la Triple Alianza, en la que tropas de Argentina, Uruguay y Brasil enfrentaron a Paraguay en una de las contiendas más sangrientas y absurdas de la historia latinoamericana del Siglo XIX, que significó la muerte de prácticamente todos los hombres que por ese entonces vivían en el país guaraní y la destrucción de la economía floreciente de la vecina nación.
Por eso la palabra trinchera no sólo es parte del antiguo nombre de la capital misionera, sino que además define el rol que tuvo ese lugar como cercado o resguardo contra el enemigo.
Primero fue Trinchera de los Paraguayos, luego Trinchera de San José y finalmente Posadas.

El artista  argentino Cándido López fue soldado en esa guerra y se dedicó a dibujar diversos paisajes de las batallas que se sucedieron entre los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, que hoy son obras de arte del patrimonio cultural de los países del Mercosur y que describen cómo era hace 150 años lo que hoy es Posadas.
El Territorio recorrió el Museo Nacional de Bellas Artes, ubicado en el barrio porteño de Recoleta, donde se expone parte de la obra de este pintor, de la serie de pinturas de la Guerra del Paraguay,  que invitan a un viaje al pasado histórico de la región guaraní.
“Las obras de Cándido López no sólo son extraordinarias desde el punto de vista estético sino que además tienen el plus de haber sido hechas por un hombre que estuvo en el lugar de los hechos y contó lo que vivió a través de sus pinturas”, explicó el museólogo Fernando Fernández del Museo Nacional de Bellas Artes.
Seguidamente Fernández señaló que “Cándido López es una de las figuras más originales de la pintura argentina y  hoy sus obras generan mucha atracción en todo el mundo por su estilo singular, sus detalles minuciosos hasta el extremo y su contenido histórico de documentación”.
Fernández es uno de los responsables de dar las charlas en las visitas guiadas que ofrece el Museo Nacional de Bellas Artes y cuando lo hace en la sala de obras del Siglo XIX, donde se exponen la colección de Cándido López, donada a esa institución por los hijos del artista, siempre comenta que “este pintor era diestro y todos sus dibujos los hizo mientras participaba de la Guerra de la Triple Alianza hasta que en la Batalla de Curupaytí una granada le vuela la mano derecha y para evitar la gangrena le amputaron  la extremidad hasta el codo”.
Debido a este accidente el soldado regresó a Buenos Aires donde se dedicó a ejercitar su mano izquierda con la que luego logró darle color y detalles a todos los dibujos que había realizado en el mismo campo de batalla.
Por eso algunas de las obras que se exponen en el Museo Nacional de Bellas Artes están fechadas en 1866, en plena Guerra de la Triple Alianza; y otras fueron terminadas en 1892 cuando ya había regresado a la provincia de Buenos Aires.  Según explicó Fernández, “Cándido López es original por donde se lo vea, porque nunca se consideró a sí mismo como artista y murió convencido de que solamente había logrado documentar parte de la historia de la Guerra del  Paraguay”.

El manco de Curupaytí
Cándido López nació en Buenos Aires el 29 de agosto de 1840. Estudió pintura con Carlos Descalzo, quien también lo instruyó en el inicio de la fotografía, que por ese entonces era un descubrimiento muy reciente.
Cuando estalla la Guerra de la Triple Alianza en 1865, Cándido López se enrola en el Batallón de Guardias Nacionales comandado por Juan Carlos Boerr, con el grado de teniente segundo y pasa luego al Batallón del Cuerpo Primero del Ejército, que estaba al mando del General Wenceslao Paunero. Participa de las batallas de Yataytí,  Tuyutí y Curupaytí. En esta última, el 22 de septiembre de 1866, al cruzar una zanja, un casco de granada le despedaza la mano derecha. Por eso al artista también se lo conoce con el apodo de el ‘manco de Curupaytí’.
Este accidente lo obliga a pasar a integrar el Cuerpo de Inválidos de la Guerra de la Triple Alianza y a regresar a Buenos Aires donde, sumido en la pobreza, el primer cuadro que logra,  titulado  "Rancho en que vivía el Doctor Lucio del Castillo en el campamento de Tuyutí", se lo regala al médico que le había amputado parte del brazo.


Una carta que habla del triunfo
El 3 de octubre de 1865, desde el Campo Trincheras de San José, frente al pueblo de Itapúa, -hoy Encarnación- fue enviada una carta, dirigida al General en Jefe del ejército aliado de vanguardia, Brigadier General Venancio Flores. La misiva, redactada por el General Enrique Castro, adjuntaba un parte de Reguera, donde se informaba el suceso de armas y el triunfo obtenido en la Trinchera. “El Mayor Nicomedes Castro, que se hallaba de servicio, hizo echar pie a tierra a los tiradores; al ver los paraguayos esta operación, se pusieron en fuga, embarcándose en canoas que tenían en el puerto, se cruzaron muy pocos tiros, porque van aflojando mucho los paraguayos por estos puntos”, expresaba. La carta también hablaba sobre los pasos a seguir luego de la toma de la Trinchera. El Coronel Reguera marcharía hacia Candelaria y Castro a Santo Tomás.

Por Daniela Cortés
danielaroxanacortes@gmail.com