Más allá de la lógica

Domingo 28 de septiembre de 2014

Si se pudiera confeccionar un ranking que mida la felicidad de los hinchas del fútbol argentino en estos días que corren, seguramente los de River ocuparían por lejos el primer puesto.
Es que luego de transitar el momento más triste de su rica historia, el equipo de Núñez está volviendo a ser lo que siempre fue. El título conseguido con Ramón Díaz en el primer semestre de este año, sumado al gran presente futbolístico que tienen con Marcelo Gallardo como DT, hacen que los hinchas de River estén pasando por un momento sublime y plagado de alegrías.
Y entre esos hinchas que gozan con este presente se encuentra Marcelo Reyes, un joven posadeño de 21 años que puso a River por encima de todo. Para él, el amor por los colores es más fuerte que cualquier otra cosa. Que la familia, que su pareja o que su trabajo. Cuando se trata de River, todos los demás quedan de lado.

“Para mí River es todo. Cuando tengo que ir a ver a River dejo todo de lado. Muchas veces me peleé con la mi familia y tuve problemas en mi trabajo. No me importa si me dan permiso o no, yo me voy igual a ver a River. No hay nada que me ataje, me voy cueste lo que cueste”, aseguró Marcelito al ser consultado sobre lo que significa River en su vida.
“Me llegué a separar de mi novia por ir a ver a River. Fue cuando salimos campeones con Ramón Díaz. Ese torneo fue el que más problemas me trajo porque me fui cinco veces (la mitad de los partidos que el Millonario jugó como local). El día que River salió campeón contra Quilmes estaba tan contento que no quise volver, tenía que regresar después del partido como hacemos siempre, pero me fui a festejar al Obelisco y volví recién el miércoles”, recordó con alegría.
Pero su pasión y fanatismo por el Millonario no se limita sólo a lo que ocurre dentro de la cancha; para Marcelito ser hincha es un estilo de vida, es algo con lo que se compromete cada día de la semana y que le demanda mucho tiempo. Porque para poder viajar a Capital Federal cada vez que River juega de local, Reyes y la gente de su agrupación realizan un trabajo de logística que, además de ocuparle tiempo y dinero, conlleva una gran responsabilidad, porque junto a ellos viaja comúnmente un grupo grande de personas.
"Nosotros tenemos una agrupación que se llama Sentimiento Millonario. Somos un grupo de amigos que organizamos los viajes. Somos 35 socios que llevamos a la gente que quiera ir a conocer el Monumental y ver los partidos. Conocemos gente que está dentro del club y nos aseguran las entradas, así que eso nos da tranquilidad a la hora de viajar, porque  conseguir entradas es un tema complejo”, comentó.
Y continuó asegurando que “todo el tiempo estoy pendiente de River y de nuestra agrupación. Durante la semana vemos el alquiler de los colectivos, si hay algún hincha que quiere hacerse socio o hay que renovarle el carnet. Organizar un viaje y que todo salga bien te demanda mucho tiempo”.

El ritual
Ir a ver a River es una aventura y cada vez que lo hacen repiten el mismo ritual. “Como River suele jugar de local los domingos a la tarde, nosotros viajamos los sábados a la noche. Pero la previa arranca un día antes; todos los viernes nos juntamos en La Cima o en La Terraza, jugamos al fútbol y después comemos un asado o un galeto, lo que salga. Ese es nuestro ritual. Los fines de semana que viajamos, el sábado a la mañana algunos nos encargamos de hacer las compras para el viaje, porque cuando llegamos allá, el domingo al mediodía, comemos un asado en los quinchos del club. Después entramos al estadio, vemos el partido y cuando termina nos reunimos todos, subimos al colectivo y regresamos a Posadas”, narró.
Otra de las características que cualquier hincha tiene son sueños por cumplir viendo al club de sus amores, y Marcelito, a pesar de su corta edad, ya pudo hacerlos realidad. “Con River ya pude cumplir todos mis sueños. Lo vi campeón, vi un Superclásico y el otro sueño que tenía de chico era que mi viejo me lleve a la cancha, pero se dio al revés, fui yo el que ahora de grande lo llevé a mi papá a la cancha. Pude cumplir ese sueño”, recordó.
Y al momento de destacar a algún referente, no lo dudó. “Mi ídolo máximo de River es el Burrito Ortega. Sé que el Enzo (Francescoli) y el Beto (Alonso) también son ídolos, pero yo no los vi. Desde chico siempre mi ídolo fue el Burrito, y cuando lo conocí acá también fue muy emocionante".

El descenso y la primera vez
Sin lugar a dudas que haber perdido la categoría en junio de 2011 es una marca que ningún hincha podrá olvidar. Pero Marcelito cree que ese trauma hizo que los hinchas reafirmaran su amor por el Millo.
“El descenso fue lo peor, pero nos unió más. Mucha gente se hizo más hincha de River. Justamente el primer partido de River que vi fue en la B cuando le ganamos a Instituto 1-0 con gol de Trezeguet. Esa semana previa no pude dormir y una vez que entré al estadio me quebré en llanto. No podía creer estar en ese lugar”, finalizó.

Por Facundo Alzaga
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