En Alem el pasado cobra vida

Miércoles 20 de mayo de 2015

Los inmigrantes europeos que llegaron a Misiones huyendo de la guerra dejaron como legado a las nuevas generaciones el idioma, las costumbres y las recetas de una rica gastronomía. Del mismo modo, su rastro quedó plasmado en sus pertenencias. Son estas las que Estela Gallo y Alberto Betzel rescatan y muestran en el Museo Abolengo, en Leandro N. Alem. Es una colección que comenzó con un fin decorativo y actualmente llega a cerca de 400 piezas.
Estela Gallo y Rodolfo Betzel llegaron a Leandro N. Alem hace 25 años. El matrimonio compuesto por la mendocina y el correntino quedó hipnotizado por la belleza misionera y ya no se pudo ir.
Casi sin darse cuenta se sintieron atraídos no sólo por esas pertenencias sino también por las historias que traían consigo. Huidas de guerras, hambruna, el aprendizaje de trabajar una tierra distinta a la que estaban acostumbrados, la crianza de los animales y la fabricación de sus propias herramientas.

Unos años después, luego de recorrer distintas chacras de la provincia buscando lo que para ellos era un tesoro, el matrimonio se vio desbordado de cosas. Fue entonces cuando decidieron, en 2009, exhibir lo que habían reunido y ponerlo a disposición del público, con entrada gratuita.
Los habitantes de Alem y visitantes de la provincia y del país pueden encontrarlo por la avenida Güemes 268, justo al lado de Rústico, el local de artesanías locales que tiene la familia.

Recoveco de la historia
Traspasar las puertas del museo es como pasar por un umbral hacia el pasado. Allí se pueden observar una variedad de herramientas elaboradas por las manos de los inmigrantes como trapiches, rastra de dientes de madera, elementos de labranza, tornos y prensas. Así como también cocinas a leña, carruajes de la época, lavarropas de mano, bombas para agua y morteros, que datan del 1900 en adelante.
“Visitamos todas las chacras recolectando estas cosas. Algunas de estas herramientas se siguen usando en las chacras porque recordemos que es una inmigración muy reciente. En el interior todavía se sigue arando con buey. Acá hacemos énfasis en lo que fabricaron esos inmigrantes”, explicó Rodolfo, quien apasionadamente se tomó el trabajo de indagar sobre el significado y el uso de cada una.
Casa rincón del museo es un descubrimiento. La silla del primer peluquero del pueblo, una de las primeras cajas registradoras, máquinas de escribir, teléfonos, tocadiscos y patentes también forman parte de la colección. 
En un lugar destacado se encuentran los recuerdos que le dejaron los padres a Rodolfo, inmigrantes alemanes: guantes de encaje, libros, anteojos, cámaras fotográficas, y entre ellas un pedazo del emblemático Muro de Berlín, derribado en Alemania en 1989, este último conseguido por intermedio de la Embajada Alemana.
Sin embargo, el museo no recibe muchas visitas, dejando de lado las escolares, que lo hacen a menudo. “No estamos enganchados en ningún circuito turístico. El museo se solventa con el negocio de artesanías. No cobramos entrada porque esto es una pasión para nosotros”, dijo Estela.
El Museo Abolengo representa un aporte a la cultura de este territorio, es al mismo tiempo, el patrimonio afectivo de la familia. “Es lindo recibir a personas grandes que trabajaron con esas herramientas. Las vuelven a ver y se sorprenden, se les pianta un lagrimón al verlas rescatadas y restauradas”, finalizó la mujer que se enamoró del rojizo terruño y de su gente.

Datos útiles para la visitaDirección: El Museo Abolengo se encuentra por av Güemes 268, de Leando N. Alem.
E-mail: rustico.abolengo@gmail.com
Sitio web:www.rusticoabolengo.com.ar