Para los federales, custodiar la frontera misionera es un castigo

Lunes 18 de noviembre de 2013
Frente a Colonia Oasis. | Llegando al puerto de Prefectura, los uniformados especiales tras horas de patrullaje. | Foto: Facundo Correa
Recorrer las colonias de esta localidad significa confirmar lo que hace años viene sucediendo y que los vecinos de los barrios y del centro conocen muy bien. En Colonia Oasis inclusive hasta pareciera haber menos gente en la calle, por ejemplo, que hace dos años. En determinados momentos de una mañana, el silencio y las calles desoladas son cada tanto, interrumpidos por extraños coches o camionetas que claramente no pertenecen a ninguno de los que viven camino a la costa, al río Paraná.
En las colonias ubicadas al norte de la localidad de las diagonales se conforma nada menos que la zona roja del contrabando y a pesar de que aseguran que ahora los narcos buscan por otros puntos de la frontera con el Paraguay, Jardín América continúa ostentando su fama de ser uno de los portales de ingreso de marihuana y de cigarrillos de contrabando.
Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional y el Ejército son las fuerzas federales que hacen patria en una zona en donde el río Paraná es mucho más angosto que en otras zonas de la provincia de Misiones. Claro que hay menos gendarmes y la presencia de los militares es algo nuevo, por eso de los traslados masivos hacia el Gran Buenos Aires de los gendarmes para hacerles frente a los delincuentes que se adueñaron de varias localidades. “Desde que están los militares, mejoró algo”, dijo una fuente policial que pidió la reserva de su identidad.
Esa misma fuente que admitió que hace un par de años la situación del consumo en la vía pública se había descontrolado, ahora afirma que la nocturnidad en Jardín volvió a sus cauces casi normales. Hace casi dos años, la propia Policía debió intervenir en las reuniones nocturnas porque los ruidos y  las actitudes de los más jóvenes estaban afectando a la comunidad del centro. Las mujeres apuntaron en principio a los boliches. Pero lo peor estaba sucediendo en la plaza central, en la plaza Colón. Por entonces, el jefe de la Unidad Regional 9, Jorge Dulko admitió lo que todos sabían y hasta no creían: “Marihuana y hasta crack, y sabemos que el crack es tanto o más dañino que el paco”.
Las acciones desde comienzos de 2012 se direccionaron hacia el centro de la localidad que estaba siendo víctima de las consecuencias directas del tráfico de drogas. El consumo alto y la facilidad de conseguir marihuana, crack o cocaína.
Y ya por entonces, la situación estaba mostrando apenas su figura nocturna. El propio cura había alertado a la Policía que tuvo que pedir a un grupo de jóvenes que bajara la música porque no podía oficiar la misa normalmente. Todos los fieles presentes en la iglesia vieron cómo el religioso pedía por favor a los desbordados chicos y tuvieron que ver también cómo no lo tenían en cuenta.
Casi dos años después, el mismo sacerdote, Julio Freitag, debió escuchar casi permanentemente a los gendarmes o a los prefecturianos, que el traslado a Jardín para ellos supone un castigo. Porque no pueden hacer nada para frenar el contrabando en general, mucho menos el de drogas.
Desde la Policía se detalló que por las acciones del Ejército en la zona de Oasis y Polana, los narcos y los cigarrilleros están buscando otros puntos de acceso entre la vegetación de la costa misionera. “Entran por otros lados y están cayendo muchas cargas”, detallaron desde la fuerza provincial.
Pero en uno de los lugares más habituales de los cigarrilleros, en una arbolada cerca de un camino principal hacia Colonia Oasis, todavía sigue siendo lugar más que apto para desarmar las grandes cajas de cartón de la marca Eight, para luego ubicarlas en bolsas más chicas y así empezar a cargar la mercadería de contrabando en los vehículos preparados para tal fin. En el lugar los restos de esas acciones son más que pruebas sobre lo que allí sucede diariamente desde hace años. Y de la misma forma, con quienes deben cargar con las bolsas de marihuana desde la costa hacia lo más cerca posible de la ruta 12 o el centro de Jardín América.
El contrabando sigue en su misma línea de operaciones, quizás con algunas modificaciones propias del “oficio”, pero lo que había empezado como un trastorno y una alarma, lamentablemente ahora, las consecuencias son las relacionadas al consumo entre los adolescentes, al mercado interno, a los narcos más pequeños, esos que se encargan del microtráfico en los barrios.

El radio del portal
Desde San Ignacio hasta los Saltos del Tabay. En el medio, los pasos de Corpus, Colonia Polana, Colonia Oasis y Leoni. La Prefectura Naval Argentina tiene, en esa jurisdicción, alrededor de 30 kilómetros para custodiar, vigilar y reprimir.
La frontera con el Paraguay en ese tramo es la más delgada entre una y otra ribera.
Y de la ribera hacia el centro de la provincia, hacia el centro de Jardín América, los caminos de las colonias, lo que sucede se asemeja al juego de las escondidas. Lejos de ser un juego, los que reciben la mercadería desde las canoas y los que deben asegurarla hasta los distintos destinos, ya no se toman tantos recaudos en realidad.
El pasado viernes, a media mañana, en la bajada de lanchas de la Prefectura Naval Argentina, tres integrantes desembarcaban de la patrulla. Sin mayores detalles, dijeron estar bien. Pero que no podían dar información alguna.
La patrulla quedó vacía con el horizonte paraguayo. A los prefecturianos les tocaba descanso.
Y quizás algunos hayan ido a  la iglesia, para hablar con el sacerdote amigo y en donde verán varios carteles de la juventud católica, pidiendo ayuda casi milagrosa para frenar el ingreso de las drogas a Jardín América.


“Es preocupante la falta de infraestructura en las fronteras del NEA y NOA”
El diputado nacional Ricardo Buryaile, en concordancia con los pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la Iglesia y de los jueces federales de Salta, Tucumán, Jujuy y Formosa, dijo que el avance del narcotráfico en Argentina se está agravando por la indiferencia del Gobierno nacional.
"En los últimos años se relajaron los controles, tanto el ingreso físico de la droga como del lavado de dinero que este negocio genera. Un claro ejemplo es la reciente ley de blanqueo de capitales, a través de la cual las organizaciones criminales internacionales tienen la puerta abierta para venir sin problemas a blanquear sus dolares sucios sin que nadie les pregunte de dónde vienen", dijo el diputado.
"Es sumamente preocupante la falta de infraestructura para combatir el narcotráfico y la trata de personas en las fronteras del NEA y NOA. No sólo las fronteras son absolutamente permeables, sino que en cuanto aéreos, nuestro país tiene uno de los niveles de radarización más bajos de Sudamérica, con apenas el 11 por ciento de la superficie continental cubierta por radar. Y como si fuera poco, las provincias del NEA y NOA se quedaron sin gendarmes porque los trasladaron a Buenos Aires".