Nuevos papeles viejos

Miércoles 30 de junio de 2010

aCuando el viejo se murió vendieron todo; hasta la rueda del carro polaco que no terminó de reparar.
Cacharros, boteyerío, pilchas, catre, reposera, bicicleta y sombrero. En una palangana de zinc quemaron sus papeles.
Quizá fueron recuerdos de la juventud que lo visitaron de repente cuando situaciones modernas le refrescaron episodios de otro tiempo.

O quizá, remedo del Gran Poema en tono de Vizcacha, que seguramente leyó con adhesión de sustancia.
Esto es un fragmento escrito con letra trancada, de lo poco que se salvó del fuego, gracias a la lluvia.

I
Es injusto en el yerbal
el reparto de jornada:
alza el patrón miyonada
y en el galpón sin alivio
corto, lavao y tibio,
ceba mate la peonada.

II
Ni gremio ni sindicato,
no hay amparo al tarefeo,
hasta la ley del negreo
como Pilato estribiya:
Dende que hay estampi
ya
¡será asunto del correo!

III
Que estampiya, ni correo
ni jornada, ni destajo
consinaciones ¡barajo!
Palabrerío guaú
mientras el pobre mensú,
cuartea la mano en tajo.

IV
Es un gualicho Señores
pero ansí es la realidá:
no hay luces ni voluntá
en la cuestión yerbatera,
parece que no le diera
el mate a la autoridá.

... y siguen diez estrofas más que ya verán la luz del día. El resto, algo desteñido,  es ilegible.
La ilustración es de Carlos Clerice; la foto de Marcos Otaño.

 

Aguará-í