Estaba convencido que pasaba, falleció atrapado en un ventiluz

Domingo 3 de mayo de 2015
Hallazgo. | Rubén fue encontrado a pocas cuadras de su casa en Campo Viera.

Campo Viera fue noticia a principios de mayo del 2012, con la inesperada y trágica muerte de un carpintero de 31 años, quien de un momento a otro se topó con la muerte de una forma tan insólita como llamativa.
Rubén Darío S. fue hallado sin vida por el cuidador de una vivienda deshabitada de dicha localidad, con la mitad del cuerpo atorado en el ventiluz de un baño, por donde intentó ingresar con fines de robo.
Según fuentes policiales, Rubén nació y se crió en su Campo Viera natal, pero por cuestiones de trabajo decidió irse a Buenos Aires.

Pero sus años en la capital del país no fueron como él esperaba y sólo encontró salida a sus problemas en el consumo desmedido de alcohol.
El cambio de planes para escapar de esa vida, lo motivó al retorno a la provincia por ayuda y contención. Buscó refugio en una iglesia evangélica de la zona y con el tiempo fue perfeccionando su habilidad en las tareas de carpintería.
Sin embargo, todo lo bueno que hacía en su taller, lo tiraba por la borda cada fin de semana, cuando se juntaba a beber en un bar con sus amigos. Desde ese momento,  gastaba hasta perder el dinero de la semana en rondas de tragos, por lo que, desesperado, iba por la ruta más rápida: lo ajeno.

Atrapado
La última vez que Rubén fue visto con vida fue la noche del 30 de abril. Aquella jornada, pasó varias horas bebiendo junto a sus amigos. Alrededor de las 22 le dijo a su madre que se ausentaría un par de horas de la casa, sin dar mayores detalles de su salida.
Las minutos que pasaron fueron muchos. Dos días después, la progenitora recurrió a la  comisaría del pueblo, pensando que el hombre habría caído nuevamente. Los guardias le dijeron que no sabían nada de él.
Familiares y amigos, junto a la Policía, buscaron al hombre por toda la localidad sin encontrar siquiera un rastro.
Hasta el sábado 5 de mayo, cuando el sereno de un predio privado que tenía una vivienda  deshabitada, ubicada a pocas cuadras de la casa de Rubén, lo halló sin vida, atorado dentro de la pequeña abertura.
Según los peritos forenses, el carpintero falleció por asfixia luego de haber intentado deslizarse hacia el interior de la casa por un pequeño ventiluz. En un principio el hombre logró meter ambas piernas pero la campera que llevaba puesta y el volumen de su torso impidieron que atravesara la ventana, provocándole la muerte, sin que nadie lo oyera gritar por socorro y arrepentimiento.

Por Agustín Mazo
fojacero@elterritorio.com.ar